¿Por qué el Joker es tan buen villano?


¿Me has echado de menos a lo largo de la semana? Sé que sí. Tal y como prometí hace miles de años, hoy toca hablaros de por qué el Joker es tan buen villano. Podría haber hecho un taller en el que te explico cómo hacer un buen villano, pero ya que es un tema taaaaan amplio, prefiero explicar hoy tan solo por qué este funciona.

En concreto, voy a centrarme en el Joker de Heath Ledger, porque si tengo que analizar al Joker en sí, con todas sus variantes y versiones, no acabaría nunca. La razón por la que ha habido tantos Joker diferentes es porque, precisamente, ha habido muchos Batman diferentes, así que, en lugar de hablar de todas las generaciones y todas sus relaciones, explicaré la de la famosa 'El Caballero Oscuro', que servirá como representante del resto. Del resto, menos la de 'Suicide Squad', que rompe con todo lo anterior y por eso ha resultado ser tan mala.

No voy a andarme con introducciones hoy. ¿Qué atributos convierten al Joker en tan buen villano? Este taller tiene algún que otro espoiler de 'El Caballero Oscuro'.

1. Es carismático.


Empecemos por lo básico nivel uno, por el Rattata de la Ruta 1 de Kanto. Un villano que no entretiene no es buen villano. Es la regla número de las historias y de la vida, porque en mis 24 años de vida, no he conocido a nadie que tenga por afición aburrirse. La gente aburrida no es gente con la que mola juntarse, porque para empezar, no es gente del todo. ¿Verdad?

Pues con los villanos lo mismo. Cuando el Guasón aparece en escena, disfrutamos viéndole, y aunque nos inquieta y nos da miedo, no podemos apartar la vista de él. Se come la pantalla. Y alguien con tanta personalidad es un imán para los vítores del público.

Además, es raro de narices.

2. No podemos comprenderle.


Es tan raro que no podemos saber qué le mueve, en qué piensa, o qué va a hacer después. Su personalidad es tan poco humana que se convierte en un misterio para nosotros, y de hecho, la película deja sus motivaciones y sus orígenes en un misterio.

Más que una persona, es una idea. Es tan malo, pero tan malo, que se escapa a los límites de nuestra comprensión. Adora ganar, pero adora ser desbancado por Batman, porque en el proceso de todo ello ha habido caos, y su verdadera adoración es al caos que provoca. Para el Joker, una vida solo vale para dos cosas: para ser corrompida, o para arder.

Y eso es algo que se escapa a nuestro sentido común.

3. Tiene los pies en el suelo.


Un villano así, tan maquiavélico y malvado, no triunfaría en ninguna parte, no tiene sentido. La clave para poder verle y sentir que su oscuridad es real es otorgar un puntito de luz. Para empezar, nunca aspira a un plan demasiado pretencioso. No secuestra una ciudad como hace Bane, pero sí hace huir gritando a sus ciudadanos, y se aprovecha de la situación.

Aunque el Joker quiere que Batman le golpee, sentimos que le duele cada golpe. De hecho, y valga como curiosidad, Heath Ledger le pidió a Christian Bale, actor de Batman, que le golpeara de verdad en la escena del interrogatorio.

A veces cuando camina, se resbala y casi cae. Los golpes que le dan pueden hacerle desequilibrar, y aunque su carisma le hace conservar el tipo, notamos que algunos elementos de su plan los está improvisando. No es una máquina del mal, después de todo, aunque casi lo sea. Aunque confía en que todo le saldrá bien, sabe que debe guardarse las espaldas.

4. Va un paso por delante.


Pero no importa cuánto improvise, porque siempre sabe qué va a hacer su rival. No como Lex Luttor en 'Batman v Superman', o Zemo en 'Civil War', películas en las que los dos villanos se marcan un buen Nostradamus y adivinan todo lo que va a pasar. No. El rival del caos es el orden, y, pensándolo un poco, el orden es bastante predecible, ya que hará siempre cosas moralmente buenas.

Batman, aunque sea un justiciero, sabemos que pertenece al bien porque es igualmente predecible. Él siempre hará lo correcto y lo mejor objetivamente para la ciudad... pero fíjate. Desde que el Joker descubre que siente algo por Rachel, sabe que si le dan a elegir entre salvar a su amada o salvar a la persona correcta, elegirá la opción egoísta. Ve a través de los buenos como si fueran transparentes, y los parte en dos.

El Joker conoce la naturaleza del bien y la utiliza para ir siempre un paso por delante, lo que da al espectador la sensación de que es invencible. Tiene un plan muy complejo, que no es más que una rueda que gira y gira mientras causa caos en el proceso.

5. Porque sí, tiene un plan.


Es muy fácil saber quién comprende al Joker en esta película. Si dicen que les encanta porque es caótico y anárquico, es que no le han entendido. La gran ironía de su personaje es que, para causar el caos, utiliza un plan metódico y calculado.

¿No me crees? La prueba más clara está en la escena del hospital, en la que Dent y el Joker hablan. El payaso le suelta un discurso sobre el caos, y se compara con un perro detrás de un coche, que no sabría qué hacer si lo alcanzara.


Pero, después de ese genial discurso, cuando Dent le apunta con la pistola, el Joker tiene el dedo en el martillo, lo que significa que no lo dejará subir, lo que significa que, por más que Dent apriete, no habrá un disparo.

Esta manera de guardarse la espalda no solo ocurre aquí, sino de forma general, porque en caso de fracasar y que Batman logre romper la rueda, el recurso del Joker sería Dent. Es decir, el propio Dent son las espaldas guardadas del Joker.


Sin embargo, esto solo se descubre después de verla un par de veces y hacer un análisis, porque mientras la vemos por primera vez, estamos enganchados a la tele, pensando que de verdad el Joker es un agente del caos que deja las cosas al azar... y eso es algo que admiramos. Personalmente, lo admiro mucho más cuando, igual que un mago, resulta tener todo controlado detrás de su fachada.

6. Su filosofía es sólida.


No tiene sentido, porque no gana nada siendo el rey en un mar de acero y llamas, pero al Joker le da igual. No solo ha dejado claro que todo le da igual y solo quiere ver fuego y gritos, sino que encima, sus movimientos tienen un sentido filosófico.

No me atrevería a decir que es un nihilista, pero los tiros van por ahí: cree, al igual que Hobbes, que el hombre es un lobo para el hombre, y basta someter al hombre recto a presión para que haga cosas horribles y egoístas.


Su plan último es mostrarle a Gotham que no hay salvación. Que, por más que intente acabar con el crimen, las mafias... la maldad no podrá erradicarse porque se encuentra en el corazón de las personas. Quiere erradicar esperanza, porque, para el Joker, no la hay.

Y esa es su única debilidad. Bueno, no es su única debilidad.

7. Se mancha las manos.


Un malo que decide hacer el trabajo él mismo pudiendo no hacerlo, solo porque le encanta ser malo, es algo que adoramos. Un villano que planea está bien, pero uno que planea y, además, le vemos moverse, es un 2x1 muy suculento.

Y esto, como una rueda, hila con el primer punto: su carisma.

¿Por qué es tan buen villano?


He dado siete razones, pero no son suficientes. Aún falta una octava, el toquecito de canela en este taller de hoy: el Joker es un buen villano porque pertenece a esta película.

Parece una basura de frase obvia, pero no lo es. ¿Te imaginas al Joker en una película de Transformers? Los autobots se lo merendarían. ¿Nos lo imaginamos en 'Rick y Morty'? Lo mismo. Pero vamos a un lugar realista como esta película. ¿Qué tal 'Brokeback Mountain'? Podría hacer de personaje doble, y todo. ¿No? ¿Y por qué no funcionaría? ¿Y en 'Una Rubia muy Legal'?


Algo que no podemos olvidar nunca es que un villano es buen villano si se adapta a su historia. Si cogemos una amenaza demasiado grande o demasiado pequeña, la historia no funciona, pero incluso eso no basta. El villano debe estar alineado con el mensaje de la película.

¿Cuál es el mensaje de la película? Que, siempre que haya esperanza, el ser humano se comportará con bondad. No es que el hombre sea un lobo para el hombre, sino que la falta de esperanza nos convierte en eso.


Batman es el opuesto del Joker: representa la violencia, el orden y la esperanza. Por eso, el Joker es tan buen villano, porque representa absolutamente todo lo contrario: los planes, el caos y la falta de esperanza. Es objetivamente buen villano por los siete puntos de arriba, pero si su personalidad no está alineada con la historia, no sirve de nada.

De hecho, si apartas al Joker de Batman, creo que solo triunfaría en una película del Capitán América. Pero nunca lo sabremos... creo. ¡Un besi de fresi! Y abracitos de aventura y gominola, oh, sí, sé que te encanta la gominola. Abrázame la gominola... así... ¡muy bien!

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