Videojuego: Duck Game (PC).
No me apetece reseñar un gran proyecto, porque no me apetece estar horas frente a la pantalla hablando de algo grande y lleno de detalles, al menos hoy, que tengo tantas cosas que hacer. Se me ocurrió reseñar alguna temporada suelta de alguna serie que sigo, pero prefiero seguir esperándome a que la serie se acabe y reseñarla en todo su conjunto.
Hay películas pequeñas que se me ocurren ahora mismo que podría despacharlas en cinco minutos, pero resulta que esas en particular me gustan mucho, y no puedo despachar así algo que me gusta, por más crítico y objetivo que me ponga... no.
Hoy me apetece algo pequeño. Hoy me apetece 'Duck Game'.
¿Desempato?
El nihilismo patuno.
No me malinterpates por lo que he dicho antes, este juego es la hostia. Pero es tan pequeño, tan fácil de reseñar, que incluso con implicación emocional no voy a tardar más de cinco minutos en escribir esto. Bien, empecemos. ¿Qué es 'Duck Game'?
Páticamente, es un juego en 2D de plataformas en el que tú y otros jugadores-pato cogéis armas y os matáis, y es divertido porque os matáis. Aunque la premisa es violenta, el juego resulta no serlo mucho. No hay sangre, no revientan cuerpos, ni pueden ser cercenados, y encima, las físicas del juego hacen que los cuerpos muertos de los patos sean graciosos de por sí.
Es eso, es como un extraño culto hacia la violencia, hasta el punto de banalizarla y volverla graciosa, estúpida. El juego tiene tan poco sentido, y las situaciones que se crean jugando son tan ¡rocambolescas! (guiño guiño), que al final la violencia es el único cuacmino y, al mismo tiempo, uno tan vacío como la propia vida. Casi sin quererlo, me transmite existencuaclismo puro... no somos más que polvo patuno en el inmenso universo, nadie existe a propósito y todos vamos a morir. ¡Entonces, matémonos!
Los propios controles transmiten esta sensación. Hay un botón que al pulsarlo bloquea el lado al que está viendo el pato, por lo que puedes caminar hacia la izquierda pero mirando todo el rato hacia la derecha o viceversa, útil cuando te persiguen. Este botón es usado por los pros, pero al mismo tiempo, también puede ser usado para hacer el Michael Jackson sobre el patadáver de un amigo.
¿Una pistola que apunta a uno mismo?
Ven, colega, acércate... Acabemos con esta vida sin sentido...
Hay un botón que sirve para fingir la muerte y que los enemigos pasen de ti, pero ese botón también sirve para arrastrarte por el suelo como un cuacsano, o un pato al que le está dando una embolia. Todo comando tiene un retorcido propósito oculto de hacer el payaso. ¡Joder, si hasta hay un botón que solo sirve para que tu pato diga "Cuac"! ¡Y otro para hacer ese cuac más agudo o grave!
Que un pato-nevera te cuente su religión siempre es interesante.
Cualquier cosa puede matar al pato. Una caja que cae en la cabeza, una sola bala... hasta un petardo. Una piel de plátano puede hacer que te resbales y caigas a un abismo, y un saxofón puede salvarte la vida si se lo lanzas a ese que lleva el cuaczoca y te estaba apatando. Cualquier objeto, bien usado, puede ser un arma, y eso crea situaciones trambólicas. Es por eso que, aunque el juego tenga online para patear culos extranjeros, yo recomiendo y mucho jugarlo con amigos, ya sea online o en patalla divida. Que por cierto, no es dividida, porque al ser entornos 2D, la cámara solo se aleja o acerca para abarcar a todos los jugadores en la patida.
Espíritu arcuacde.
Mitad payaso, mitad competitivo. Verás, encuentro en el título dos grandes peros. El primero es que, por más que esté hecho para hacer el tonto con amigos, puede dominarse, y premia mucho al que lo hace. Si tienes el típico amigo que es muy bueno con los videojuegos y no siente pena al machacar a la peña, te recomiendo no jugar con él, porque puede matar la diversión.
Antes, cuando los videojuegos comenzaban a gatear en pañales, había unas salas recreativas en ciudades y pueblos grandes, con máquinas arcuacde en las que metías dinero y podías jugar alguna patida. Los viejunos calvos que crecieron en esa época tienen esas máquinas más endiosadas de lo que deberían, pero lo cierto es que el espíritu arcuacde es bastante bonito, porque exuda amor por los videojuegos. Sí, sí, mucho amor, pero no precisamente porque los juegos sean fáciles. Los títulos con el "espíritu de antes", como 'Cuachead', 'Metal Duck' o este mismo son jodidos.
La segunda pega que puedo ponerle va un poco por ahí: mientras que el modo para varios jugadores son varios patos matándose, no existe este modo para un solo jugador, sino que tenemos diversas pruebas individuales en las que paticamos una habilidad muy concreta... una especie de escuela de genios, en la que paticamos para patear culos en el modo online.
Esta escuela no me parece mal en sí, porque ayuda a pillar mecánicas de forma rápida y directa, pero sí critico enormemente que no pueda patear culos yo solo contra la máquina. ¿Y si no tengo amigos cuanectados, pero me apetece jugar? ¿Y si no me apetece ir en serio como para jugar online contra desconocidos? Esa sensación es una mierda, y no me parece tan difícil diseñar una IA simple que coja armas, se pasee y te dispare.
Vale pató.
Minijuego: encuentra el cuarto pato.
¿Juego matatiempo? Sí. ¿Juego para beber? Sí. ¿Para ir en serio? Sí. ¿Desahogar tus penas? Sí. ¿Coger el cadáver de tu amigo y darle un meneo sexual? Sí. ¿Lanzarlo al fuego y comer pato asado? Sí. ¿Apostar que el perdedor se bajará los pantalones delante de la vecina? Sí. ¿Beber lejía y rociar gasolina por el mundo porque, total, todos vamos a morir? Sí.
Reconozco que este juego me ha cambiado, yo no era así... pero su filosofía me dejó impatado, y ahora pertenezco al Patolicismo.
"¡CUÁAAAAAAAA!" «Patón»
Juego muy recomendado si vas a jugarlo con amigos. Te ha hablado Carli, te doy un besi de napalm, y un abrazo explosivo. Muérete.
Ven, cariño, vamos a hacer cositas...
El indie más endiabladamente divertido que he conocido.
ResponderEliminar¡Muy cierto! ¡EmPATADO con 'Human Fall Flat'!
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