¿Qué hace bueno a un videoclip?

Es duro escribir en serio en vacaciones. Tienes la mente en otro lado, y cuesta entrar en situación. Sin embargo, escribir por aquí se me hace muy fácil y natural, y siempre que tengo un poco de tiempo, quiero daros algo de mi amor caliente.

Videoclips. Vídeos que acompañan a las canciones. Algunas veces son cortos animados, otras veces son cortos que parecen sacados de una película... otras veces solo consisten en el cantante mirando a la cámara y moviendo los labios en diferentes localizaciones y con otras ropas. Por supuesto que hay mejores y peores videoclips, no desde el punto de vista de los gustos, sino del arte. En otras palabras, a cada quien que le guste lo que quiera, pero hoy voy a hablar sobre qué es lo que hace bueno a un videoclip. La pregunta se hace sola.

"Peroooo Carli, si tú eres escritor, ¿qué coño sabes de videoclips?"

Y es completamente cierto, no sé absolutamente nada. He estudiado para escribir, no para cine y fotografía, solo me guío por lo que me dice el sentido común. Pero he estudiado música durante nueve años. Sé sobre ritmo, sé sobre tiempos, y sobre cómo se expresa el arte.

Vamos a ver qué puedo hacer con estas herramientas, ¿sí?

Un videoclip no es una película.

Si miras este videoclip, es muy posible que te mantenga enganchado hasta el final, y ese es el propósito último de un videoclip: si no te retiene la mirada, no vale para absolutamente nada. Sin embargo, este en concreto es un poco alienante, porque aunque sea una película cojonuda, no tiene nada que ver con lo que la canción cuenta. Fue unos de los primeros (que yo sepa) en hacer este tipo de cosas, y fue dañino para la industria. Sí sí, desde entonces se hacen videoclips de puta madre, pero se ha creado una brecha en el espectador entre la música y el vídeo.

El buen videoclip no solo no tiene brecha, sino que encima empasta y refuerza el mensaje de la canción. No es cuestión de hacer una película, sino de rebajarlo un poco y hacer que nos fijemos tanto en una cosa como la otra. Si en un grupo de música, un instrumento toca siempre la hostia de fuerte, incluso cuando estamos en un momento tranquilo, el equilibrio se rompe. Pero, por otro lado...

Un cantante cantando no expresa nada.

Si vamos a finales de los noventas y principios de los dosmiles, vamos a ver muchos videoclips que consisten en tener al cantante moviendo la boca en diferentes sitios, con diferente ropa. Eso no es guay, y no expresa nada. Oh, sí, estás cantando tu canción a la vez que suena, ¡qué guay! ¡Seguro que tu mensaje me ha llegado al alma y la ha partido!

Al menos, grupos como 'Smash Mouth' trataron de hacer que no fuera tan cutre, aunque acabó siendo cutre de todos modos. En serio, ¿cuántos videoclips habréis visto así? Que encima, para justificar que quieren hacer algo guay, hacen que la canción empiece más tarde que el videoclip, o cortan la canción. ¡Aaaaarrrggg! ¡No, Adele, no es bonito! ¡Esperar un puto minuto para escuchar tu canción cuando estoy en la ducha y se pone sola no mola una mierda!

Que quede dicho de ahora en adelante: todo videoclip que interfiera con la canción es una porquería. Les concedo como máximo diez segundos al principio y otros tantos al final. Si el final es silencioso, incluso unos pocos más.

Un buen videoclip debe ser característico.

Un buen vídeo capta el espíritu de la canción y lo hace suyo. Deben ser uno. Pero, además, debe ser interesante, algo que, en cuanto nos acordamos de la canción, nos aparezca inmediatamente el videoclip en la mente, o al revés. ¿Me dirás que tú no te mueves como un muelle con la canción de Karol G? No solo se presta a ello, sino que el videoclip convierte ese efecto en algo propio.

También se pueden recurrir a otras técnicas para impactar al espectador. Muchas veces, la animación ayuda. El estilo de dibujo en la canción de Peter Bjorn and John hace que, en cuanto suena, tenga las caras grabadas de los dos chavales. Encima, el propio videoclip potencia y promociona el silbido, sin duda lo más característico de la canción.

Hay muchas formas y estilos de hacer un buen videoclip, por su originalidad, su uso de la imagen, o la pequeña historia que hay detrás. Aquí tienes unos cuantos ejemplos:

Sin embargo, quiero que te centres en uno en concreto, de Alice Merton. Tenemos un videoclip en el que la cantante canta, sí, pero tal como lo hace transmite un mensaje. La clave es el uso de la luz y pequeños detalles artísticos como el uso de los hombres. Échale un vistazo... es uno de mis favoritos.

Vale. Un buen videoclip, ¿no crees? Lo tiene todo. No es una película, es original, la imagen potencia la música y viceversa, tiene una atmósfera característica... El uso de la fotografía no creo que sea el mejor, pero creo que lo han hecho aposta, así que no digo nada. Sin embargo, pese a ser tan bueno, le falta algo. A todos los de arriba les falta, de hecho.

Hablemos sobre arte.

El arte es muy difícil de definir, pero ya sean cuadros, cine, música, baile, todos cumplen las mismas reglas: si quieres transmitir, muestra, no cuentes. Si yo digo en mis escritos que alguien es feo, no te estoy transmitiendo nada más que información. Sin embargo, si digo que tiene una nariz enorme con las fosas alargadas y peludas, y una gran berruga en la barbilla con puntos blancos en la punta... ¿a que dentro de ti ha habido un cambio?

Lo mismo pasa con las letras de las canciones. De nada sirve decir que 200 sirios han muerto por el último ataque yihadista, porque eso no nos transmite nada más que un número. Sin embargo, si nos mostraran varias fotos de los fallecidos, y nos contaran solamente, solamente, la historia personal de uno de ellos... se nos saltarían las lágrimas.

No es cuestión de contar, sino de transmitir. Pero ahora no estamos hablando de letras de canciones, sino de los vídeos que las acompañan. Vídeos secundarios, supeditados a la canción, cuyo deber es reforzar ese mensaje. No es solo cuestión de ser característico para que acordarme de la canción signifique acordarme del vídeo y viceversa, sino de algo más. Llegar aún más lejos. Transmitir un estilo, una sensación y que te recorra el cuerpo entero.

Como ya dije al principio, no soy ningún experto en videoclips, pero uso mi sentido común, y mis sentimientos, para medir cuánto transmiten. De entre todos los videoclips que recuerdo, he seleccionado cuatro que considero obras maestras, cada uno con un estilo muy diferente. Esto es apreciación subjetiva, pero seguro que le veréis el sentido.

Lady Gaga: Applause.

Una canción que habla sobre el arte, con un vídeo que habla sobre el arte. Es todo tan meta, que me hace sentir vivo. Plasma el espectáculo y su capacidad para aparentar, la artificialidad y la naturalidad que transmite en sí el arte. Y al mismo tiempo, la naturalidad y artificialidad en la que se convierten los artistas. Mitad arte, mitad ovación. Además de tener una de las imágenes más poderosas de la industria musical.

Rag'n'Bone Man: Human.

Una canción que habla sobre lo imperfecto del ser humano, con un vídeo en el que el cantante se mezcla con decenas de rostros diferentes, jóvenes y viejos, algunos bellísimos, otros demacrados, pero todos iguales. Grabado en un edificio viejo y algo ruinoso, de pared desnuda. Eso es lo que somos, dice el cantante. Un gran edificio imperfecto y frágil, de piel desnuda. Además, tiene una hermosa toma en el 2:48.

Calvin Harris, Dua Lipa: One Kiss.

Un toque retro de canción, para un toque retro de videoclip. Este es un caso curioso, porque aunque en la letra de la canción la cantante se expone como hace en el vídeo, no comparte una conexión real con lo que dice la letra. Sin embargo, sí cuadra a la perfección con la sensación Netflix and chil que da, y eso es lo más importante al final. La carga de arte de este vídeo, además, es sublime. He estado a punto de poner 'New Rules', de la misma cantante, porque me parece un proceso cojonudo a la hora de romper con la dependencia hacia alguien, pero al final me he dicho a mí mismo que era demasiado del 2017.

Vale, y ahora tenemos a la joya de la corona. No es que esto fuera un top ni nada, sino que este videoclip lo considero perfecto. Nada que añadir y nada que quitar, las sensaciones se transmiten solas. De hecho, ni siquiera voy a decir por qué lo considero así... creo que no hace falta. Sé que tiene más fuerza de lo normal por el impacto del mensaje, pero aún así, nunca he visto un mensaje transmitido de forma tan cojonuda. Disfrútalo. Un besi de fresi.

La Oreja de Van Gogh: Jueves.