El feminismo y los métodos anticonceptivos.
¡MUY ROCAMBOLESCO! cumple un año, bitcheeeeeeeesssssssssss. ¡A celebrar!
"Uno de los blogs más alocados y que más tendencia marcará en los próximos años" «The Hollywood Reporter»
"La revelación hecha palabra: tenemos gurú para rato" «The Guardian»
"El futuro de la crítica de cine se llama ¡Muy Rocambolesco!" «Vanity Fair»
"Le contrataríamos si él quisiera" «El País»
"Este Carli me pone to burraco" «Carlos Boyero»
Que se quite PewDiePie, que se aparten el Rubius, HolasoyGermán y Dross. El verdadero movimiento de masas, el acontecimiento, the man, es Carli Love. En el día de hoy este blog cumple un año de palabrotas, talleres y verdades absolutas, y quería celebrarlo hablando de algo curioso. Quiero decir... estoy seguro de que esperabais cualquier cosa, pero seguro que no esperabais una opinión seria que hablase sobre algo serio, ¿verdad? Bueno, es tan serio como yo quiera llevarlo, pero como poco, es curioso.
Hoy quiero hablarte sobre una opinión mía, teoría mía, llámalo como quieras. No respondo ante nada ni nadie, podría equivocarme de forma catastrófica, pero no importa. Todos sabemos que es delicado hablar sobre el feminismo, y que vamos, criticar cualquier aspecto de esta nueva tendencia es ser un machista cisheteropatriarcal. Por suerte para mí, hoy no vamos a criticarlo, sino a explicar por qué creo que ha empezado ahora y qué tiene que ver con los métodos anticonceptivos.
Pido perdón por las imágenes genéricas que van a acompañar este artículo. No me apetece currármelo tanto.
Empecemos por el principio de los tiempos.
Soy partidario de la teoría del gen egoísta. Esta explica que nuestros cuerpos están diseñados, más que para ninguna otra cosa, para reproducirse. Si comemos es para vivir más para reproducirnos más. Si hacemos amigos es para conocer más gente con la que poder reproducirnos. Sí, creo que tenemos alma, y creo que hay almas que hacen más bien que otras, pero nuestro principal cometido en el mundo es follar como conejos, y nuestros genes quieren eso. Perpetuarse. Así que veamos todo este artículo desde esta perspectiva, porque es clave para entender mi punto.
En mi opinión, lo que ha hecho que durante toda la historia sea el hombre el que corteje a la mujer es que las mujeres se embarazan y los hombres no. Piénsalo. Los hombres, al no embarazarse, tienen la posibilidad de desentenderse, de decir
"Pos yo a lo mío",y seguir a lo suyo. En la antigüedad, cada vez que una mujer tenía sexo, tenía una posibilidad real de quedarse embarazada. Sí, también existía la marcha atrás, pero si el hombre no la hace voluntariamente o decide no avisar, una mujer lo tiene complicado para echarle. Y claro, si una mujer se queda embarazada con un mal partido, un hombre débil en tiempos de mamuts y cacerías, o enfermizo, o feo... estará cargando nueve meses con una mezcla mala de genes. Podría salir de ahí un bebé débil, lo que le hace más próximo a morir, o feo, lo que hará más difícil que los genes se perpetúen.
Mira, ahí tienes al gen. Conspirando.
Piensa como yo, en la lógica de hace miles de años, cuando vivir otro día más era el regalo de la vida. El hombre es la llave, mientras que la mujer es el candado, y no, no cojo esta metáfora porque la llave es un palo y el candado es un agujero. Lo cojo porque el hombre probaba suerte, mientras que la mujer decidía si era apto o no como para mezclar genes con él durante nueve largos meses.
Culturalmente, las mujeres sexualmente abiertas están mal vistas.
Si todos somos libres, el sexo nos da placer y no hace daño a nadie, ¿por qué vemos mal que una mujer tenga sexo con cualquiera? Es algo que está dentro de nosotros, porque aunque luego la cabeza diga que puede hacer lo que quiera, nuestro sentimiento negativo ha aflorado de forma inmediata. Hablo por mi caso, en el que estuve años y años sintiendo eso sin saber por qué, y actualmente, aunque lo tenga más asumido, me sigue chocando.
Pero, ¿por qué? Siguiendo con el tema de antes, puede que se deba a que una mujer que en la antigüedad se acostaba con cualquiera, realmente estaba jugando a la lotería de los genes con su hijo. Cuando algo es bueno para el cuerpo, como el dulce, nuestro cerebro tiende a que ese sabor te resulte placentero. Lo mismo pasa con lo malo: aunque actualmente no se ve oficialmente mal que una mujer sea sexualmente abierta, queda en nosotros un resquicio del pasado.
Ahora los tiempos han cambiado, por suerte, y los dos géneros estamos más iguales que antes. Y yo creo que el hecho de que el feminismo esté siendo tan importante ahora mismo no es para nada casual. Ha habido un proceso de preparación cultural, sí, pero también de preparación científica.
Hubo grupos 'feministas' en el pasado.
Aunque el movimiento no se llamara feminismo, la historia de pequeños grupos de mujeres que se dedicaran a leer, cultivarse y hablar sobre igualdad es muuuuy larga. Obviamente estos eran grupos clandestinos, y sinceramente, no me apetece invertir una hora de mi tiempo en encontrar recortes o pruebas de que lo que digo es verdad, pero vamos, sí, existieron.
No quiero hablar mucho del tema, porque tampoco tengo demasiada idea. Simplemente, quiero decir que antes no cuajó, y ahora sí. Y si te preguntas si tiene que ver con el sexo, oh amigo, yo te digo yes.
Sexualidad de doble filo.
Antes hemos hablado del hombre como llave, y la mujer como candado, y repito, no es por el palo y por el agujero, sino porque el hombre intenta seducir a la mujer, y ella la que decide si los genes son aptos. Esto en el pasado, claro, porque ahora ha habido un cambio. A veces es la mujer la que ahora va al chico. Ahora la mujer puede hacerse el viaje interdimensional con cincuenta maromos y dejar a todo chico muerto de envidia deseando que fuera al revés. Ahora pueden, culturalmente hablando. Ahora pueden.
Quiero dejar algo claro. Que las mujeres sean violadas y los hombres no, no es algo casual. No tiene que ver con la fuerza física, porque las mujeres podrían compensarlo con número, y no lo hacen, las mujeres no violan a ningún hombre. Para empezar, es raro, porque aunque el sexo sea repentino y violento, a muchos tíos les da igual, pero eso es otro tema.
La pregunta es, ¿por qué ibas a forzar una llave? Una llave no tiene más utilidad que abrir candados, es el pase que abre la puerta. Si vas a forzar algo en esta vida, es el candado, porque es lo que guarda el tesoro, y para la teoría del gen egoísta, el tesoro no es el sexo en sí, sino la preservación de los genes. En el caso de una violación, la preservación de genes más abyecta y ruin de la historia. Pero es así, el hombre desea porque puede, y la mujer criba porque tenía que hacerlo. Tenían el poder en lo que a sexo se refiere, y de hecho lo siguen teniendo. Ellas tienen la última palabra, pero ese poder ha sido, al mismo tiempo, su maldición en el pasado.
Imaginemos un grupo feminista en el pasado. Sí, la educación y la cultura eran basura, pero vamos a pensar que casi todas las mujeres se ponen de acuerdo y se plantan frente al patriarcado. No hubiera funcionado en última instancia, porque el hombre se hubiera puesto violento al sentirse amenazado, y esto va a sonar insensible de cojones, pero a unas muy malas, el hombre podría amenazar a la mujer con un hijo. La forma en la que lo estoy contando es insensible precisamente porque no quiero sentir las implicaciones fatales de lo que he dicho, y no quiero hacértelas sentir a ti. Pero sea como sea, igual que la mujer tiene el mando sexual, también tiene sobre ella el deseo sexual.
Hasta que llegaron los anticonceptivos.
Anticonceptivos o la libertad de la mujer.
Durex, págame barcos.
Al fin llego a donde quería llegar. Desde que existen los condones o las pastillas anticonceptivas, la mujer tiene libertad para tontear y sentirse tanto aceptada como rechazada, para tener tanto sexo como quiera. Los anticonceptivos dan verdadera igualdad a ambos géneros, no solo en el terreno sexual, sino también en el cultural.
Ahora que existen las pastillas anticonceptivas, la mujer tiene el bebé cuando ella quiere, que ojo, es una cosa que va a llevar nueve meses encima y su voto es más importante. Y ahora que el aborto está empezando a legalizarse en los países con cultura desarrollada (ejem, políticos de Argentina), la mujer tiene completa libertad sexual. No hay amenaza que valga. Una violación sigue siendo terrible, pero no aporta más consecuencias terribles. Ahora, el candado se ha transformado en algo diferente, en algo más simétrico respecto al hombre, y el deseo de transmitir genes de nuestro cuerpo se cumple, aunque claro, lo engañamos con unos anticonceptivos que aún no hemos procesado en nuestro yo reptiliano. Nota para los que no sepan qué es eso, hablo de nuestro yo más básico.
Por supuesto, la opinión que te traigo hoy va a ser malinterpretada por esa gente que quiere malinterpretarla. A saber qué se les ocurre. Que justifico la violación con los anticonceptivos, o barbaridades semejantes, pero no.
Viéndolo de manera esquematizada y a modo de resumen, podríamos decir que la mujer podía tener sexo con quien quisiera cuando quisiera, pero no podía decidir siempre cuándo tener el bebé. Los hombres ni podían con quien quisieran ni cuando quisieran, pero podían desentenderse del bebé. Los anticonceptivos igualan la balanza, convirtiendo a los dos sexos en libres, y por lo tanto, posibilitando la igualdad real, y el auge del feminismo.
Esta es mi opinión, claro está. ¿Qué opinas tú? Cuéntamelo en la sección de comentarios de abajo, que si a Google le apetece avisar, estaré encantado de leerte.
¡Un besi de fresi! Agradezcamos al condón.
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