Hablemos sobre identidad de género y gente trans.


Una conversación reciente me ha hecho meditar sobre este asunto, y tengo ganas de compartir mis meditaciones contigo. Interrumpo durante un momento el Evento Marvel y me centro en la identidad de género, la gente trans y la transfobia.

Creo que a mediados del 2019 es un poco antiguo que me ponga a definir qué es cada cosa, porque lo tenemos muy integrado, ¿no? Bueno, a lo mejor no tanto. Aún a día de hoy es importante matizar qué es un trans. ¿Trans...sexual? ¿O trans...género?


Este es un tema delicado que afecta a la identidad y a la autoestima de las personas, y nunca querría que nadie se sienta invalidado. Lo que vas a leer ahora es mi opinión, que podría cambiar dentro de un año, no se basa en nada objetivo ni científico, y, de nuevo, siempre desde la perspectiva de la libertad individual.

Todos estos avisos son porque, efectivamente, se vienen curvas, y alguien con poca paciencia podría dejar este discurso a la mitad, y tener una idea equivocada de lo que pienso. Pero vamos, tampoco van a ser unas curvas de esas que pegas la cabeza al cristal.

Primero de todo: hablemos de la realidad.


Cuando miras a tu alrededor, no ves colores, sino ondas lumínicas que captan tus ojos, y que tu cerebro interpreta como colores. No es que eso esté ahí, literalmente, dispuesto a que lo veas y disfrutes, sino que es tu cerebro el que ha interpretado desde dentro, como si te imaginas un paisaje mediante la descripción detallada de un escritor. El cerebro, además, nos engaña, y quizá haga que los colores cálidos parezcan más agradables porque no queremos morir congelados. Si el dulce es sabroso... ¿por qué algunos animales lo repudian, y se van directos a la caca? A nuestro cuerpo el dulce le sabe bien porque lo necesitamos, y si necesitáramos la caca para alimentarnos, la caca nos sabría a manjar de dioses.

Eso significa que la manera en la que percibimos los colores es subjetiva, y podría ser diferente la forma en la que yo veo el azul de la tuya. ¿Quién sabe? Quizá tú veas el rojo como veo yo el azul, y viceversa. ¡Y jamás nos enteraríamos!


Te puedes imaginar que la realidad, tal y como la vemos, se construye a partir de lo que nuestro cerebro percibe. Yo personalmente no soy un cientifista y creo que hay otras vías para comprender la realidad, como la filosofía o lo místico, pero no creo en la verdad absoluta, o, al menos, nosotros no podemos alcanzarla.

Con esto explicado, probablemente entiendas por qué me gusta tanto el arte, porque es la manera más pura que tenemos para acercarnos a la subjetividad de una persona, aunque siempre desde nuestro filtro personal, claro. Y por exactamente lo mismo, definir a alguien por cómo piensa y marginarlo me parece dañino, pero sobre todo, egoísta. Prepotente. Porque estás definiendo y marginando a alguien mediante tu filtro hacia esa persona, y tu filtro vale lo mismo que el suyo.

Por eso, siempre que hablemos sobre temas que toquen tanto la identidad de una persona, como es su identidad sexual, hay que hacerlo sabiendo esto, que una persona es como es, que pertenecer a una minoría cuesta, y que todo lo que pueda opinar sobre otra gente vale algo parecido a cero.

El sexo y el género.


Lo que vaya a decir ahora va a ser lo más importante de todo el discurso, así que tengo que escoger las palabras adecuadas.

El sexo viene dado por nacimiento. La naturaleza otorga al humano un pene o una vagina (salvo casos aislados), de modo que tener pene le define como hombre y tener vagina le define como mujer.

El género es la construcción cultural que la sociedad ha hecho del sexo, así como la percepción subjetiva de la sexualidad de cada individuo. En sexo solo he diferenciado a hombres y mujeres, pero el género, que viene a ser el qué te sientes y quién te gusta, hay de muchos tipos.


Es perfectamente posible que un hombre se sienta mujer por dentro y se defina como mujer. Pienso que en los temas mentales de cada uno nadie puede opinar, y decir que un homosexual está enfermo es una frase propia de un megalomaníaco peligroso, y lo mismo con un hombre que se sienta mujer, que, por cierto, es algo diferente. Es decir, un homosexual puede sentirse hombre y gustarle los hombres. De hecho, ¿una persona que se sienta mujer aunque tenga total apariencia masculina y le gusten los hombres, sigue siendo homosexual, o se le llama de otra manera? No lo sé, como ahora le ponen nombres a todo, me pierdo...

Y toda esta reflexión empezó a raíz de dos frases polémicas.


La primera frase es que "hetero" significa que te gustan las personas del sexo opuesto. Por lo tanto, a un hombre hetero le podrían gustar las chicas trans (chicos que se sienten chicas), y seguiría siendo hetero.

La segunda frase viene a decir que si no aceptas que los chicos trans son chicos, eres un tránsfobo.

Las curvas, o la confusión de género y sexo.


Las dos frases cometen el mismo error. Bueno, la segunda frase es bastante intolerante al imponer la tolerancia, pero su error fundamental es el mismo: la confusión de género y sexo. Antes he mencionado que cómo se sienta una persona es absolutamente sagrado y no tiene sentido que lo juzgue públicamente porque, mientras no me moleste físicamente o me ataque personalmente, no me voy a quejar. Y obviamente, con quién se acueste cada uno y qué haga con su cuerpo ni es molestia física, ni un ataque personal.

Con esto claro, profundicemos un poco en el sexo, algo de lo que se habla poco, quizá porque lo damos por hecho. Según la naturaleza, salvo casos poco frecuentes, o se nace con pene, o con vagina, e incluso en esos casos poco frecuentes solo hay un sexo que está plenamente operativo. Analicemos la primera frase. Si yo soy un chico hetero y me gustara una chica trans, ¿seguiría siendo hetero? Antes haría la pregunta que, de hecho, hice.
"Define chica trans. ¿Tiene rabo?"
Porque, si esa chica trans que me gusta tuviera rabo, y me gustara, significa que me gustarían los rabos. Y un chico al que le gustan los rabos, además de las mujeres, no es heterosexual. Claro que valoro a las chicas trans, y esa chica trans, cuyo género es claramente femenino, tendría sexualidad masculina, porque, literalmente, tiene el sexo masculino. No es una etiqueta, es que literalmente "sexo masculino" significa pene, y tiene el pene.


Vamos con la segunda frase, la que dice que si no se acepta que los chicos trans son chicos, es de tránsfobo. Porque según esa segunda frase, yo sería un tránsfobo, porque no estaría diciendo que esa chica trans es, sexualmente hablando, una chica. Es decir, puedes respetar a los trans, puede no importarte que tu hijo sea trans, pero si consideras que sexualidad y género no es lo mismo, eres un intolerante. ¡Me temo que no!

Sexo y género son conceptos diferentes, y no deberían juntarse. Una chica trans que se sienta chica y siga teniendo pene debería estar tan orgullosa de su identidad femenina como de su sexualidad masculina. No es lo que quiere, claro, pero es suyo, y mientras lo sea, va a seguir formando parte de su identidad, de su realidad subjetiva que solo ella puede tener. Sin embargo, me consta que hay chicas trans que se han operado, ya no tienen pene y se han creado una vagina artificial. Y al revés también, ¿no?


No estoy al tanto de cómo van los avances y el realismo de esas operaciones, pero la curva más cerrada de este discurso quizá sea que una chica trans que se ha operado, para mí es tan mujer en género como sexo. Es decir, para mí, el concepto "trans" vendría a ser solo una etiqueta de género, para indicar que tu género no se corresponde con tu sexo, o para indicar que el sexo que tienes no es el mismo con el que has nacido. Por eso, para mí el término "pansexual" no tiene sentido. Para mí la sexualidad viene atada al sexo, no al género, y si soy un hombre heterosexual significa que el cuerpo femenino me atrae y el cuerpo masculino no, porque vamos a ver, como animal que soy, a mí me pone burraco un cuerpo, no una mente: la mente es la especia que da más sabor. Y comerte mierda con pimienta no sabe rico, aunque para un escarabajo sea la gloria. ¡Y ojo! ¡Esto hace alusión al comienzo de mi discurso, no a la comparativa de que los hombres sean mierda! Jajaja...

Avanzar es abrir puertas, no cerrarlas.


¿Podría ser mi mantra? Podría. Sé que repito mucho esta frase, pero de verdad que se me puede entender a través de ella. Antes de decir si algo es bueno o dañino, habría que preguntarse si está cerrando puertas. Yo, por mi parte, no me importaría que mis hijos, mis padres y mis amigos se cambiaran todos de género y/o sexo. Quiero decir, sería un lío de nuevos nombres el primer año, pero poco más. ¿Podrías decir que cierro puertas porque entienda el sexo y el género como algo diferente?

Pues claro que eso significa para mí que una chica trans con pene tendría que ir al baño de los hombres, porque sexos solo hay dos aunque géneros haya múltiples, y no considero que esté quitando la libertad a nadie, teniendo en cuenta que yo me impongo a mí mismo ir al baño de hombres constantemente.

¡Y hasta aquí! Un besi de fresi. Creo que mi opinión ha quedado clara, pero como estamos en un capítulo de los 'Masters del Universo', toca una moraleja final.

¡No seas tránsfobo, machito de mierda!

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