Viajando: Lisboa.
¡Muy Rocambolesco ha abierto sus fronteras para que otras ciudades lo visiten! En otra reseña sobre cómo es vivir fuera de las fronteras españolas, voy a hablar sobre la capital lusa, el rollito que tiene, mi experiencia allí y algún consejo para el que quiera descubrirla. Primero de todo, decir que esto no es una guía de viaje, lo que significa que ni soy un viajero cultivado, ni tengo por qué saber de lo que hablo. Esto es solo una opinión como la que puede tener cualquier turista.
Ahora te digo cuáles han sido las condiciones de mi viaje: he estado allí algo menos de 48 horas, acompañado por otras tres personas y en plenas fiestas de Lisboa, por lo que he estado más de fiesta que visitando la ciudad. Además, a mí los lugares (edificios, monumentos) me dan un poco igual, un sitio es un sitio, y me interesa mucho más cómo ese sitio ha afectado a los ciudadanos, por lo que estoy más pendiente de las diferencias entre mi cultura y la suya.
Y las fotos que acompañan al artículo van a ser una mierda, porque las he hecho todas yo.
Viajando allí.
Hemos ido en coche desde Madrid y hemos tardado 5 horas y media habiendo pagado un peaje de 20 euros. El peaje es caro de cojones, pero te ahorras una hora y algo con él, y eso se nota mucho cuando solo vas a estar un fin de semana. Lo bueno es que a partir de las 19 horas del viernes, hasta las 9 del lunes, aparcar allí es gratis, sea donde sea, o al menos en línea verde, que es donde nosotros lo hicimos. No sé la roja cómo irá.
Si no, me consta que hay aparcamiento baratillo por el centro.
Impresiones generales.
Viviendo a 20 minutos a pie del centro, en uno de sus barrios, me he asombrado de lo fea que es la ciudad fuera de la parte turística. Uno de cada 4 edificios por los que pasábamos estaba abandonado, tapiado o en ruinas. Las calles, todas hechas con un adoquinado típico de allí, descendiente de las calzadas romanas, están impolutas en el centro, pero conforme nos alejamos están más hechas mierda, y los grafitis, aunque algunos tienen verdadero arte, suelen crear una imagen de abandono, si lo sumamos a todo. Tampoco ayuda que a los lusos les encanten los azulejos y recubran sus edificios como un baño construido en los 50s.
De hecho, fíjate, si quieres: en todas las fotos que veas más allá del centro vas a ver o un edificio en mal estado, o un grafiti, o bolsas de basura tiradas por la calle, o vallas, o alguna obra. No critico que haya obras, porque eso significa que la ciudad está mejorando (y al parecer lo está haciendo rápido), simplemente no doy crédito, porque así no debería verse una capital europea. ¡Hay fotos a edificios chulos que no hice porque considero que no está bien fotografiar a tantos mendigos en un solo encuadre!
Dejando claro que no me ha gustado la estética, sí diré que hay algunos espacios, incluso fuera del centro, que son magníficos, y que, critique lo que critique, la ciudad tiene encanto para los amantes de lo cutre. La plaza del Dr. Sousa es mi favorita, por tener por allí gansos, gallos y gallinas viviendo en armonía con lo humano. En el centro, que viene a ser la zona próxima a la desembocadura del río, y el barrio de Belem, se nota que han volado los billetes, y es una zona preciosa que recomiendo mucho. La Avenida de la Libertad (acabo de lanzar un triple, porque no me acuerdo si es el nombre correcto) tiene lo que a la ciudad le falta, muchos árboles, verde y fresquito. ¿Y quieres saber qué otra cosa me gustó mucho? Como la ciudad se edifica sobre colinas y la mayoría de cuestas son como la empalmada de Nacho Vidal, muchas de ellas te las puedes ahorrar entrando en los edificios o paradas de metro correctas, donde hay escaleras mecánicas o ascensores secretos. Me encantan los lugares con secretillos.
A donde quiero ir es que porque la haya criticado al principio no quiero decir que sea una ciudad horrible, simplemente me lamento que su reconstrucción tras el terremoto de 1755 (historia interesantísima) fuera poco inspirada en sus barrios comparando con el centro.
¡Y se me olvidaba! Si vas allí, vas a ver un montonazo de patinetes eléctricos de alquiler por minuto. Están bien si los conduces por la carretera, pero en plazas llenas de adoquines son jodidamente incómodos, más aún si llevas alguna copa en el cuerpo, y si son fiestas... bueno, he sido testigo de alguna caída graciosa.
¿Cómo son sus fiestas?
¡Son cutres! Pero mucho, ¡muy, muy cutres! Imagínate las fiestas de tu pueblo. Sí, son poca cosa, pero al menos en tu pueblo hay peñas, con sus bases de drogadicción, su musiquita... aquí no. Hay tres escenarios con una o dos personas dando ambientillo, pero no pidas peras al olmo. Los portugueses la verdad es que son bastante animados, cantan y bailan con cualquier cosa, pero a las 3 el chiringuito cierra y todo el mundo migra a una sola calle en la que están todas las discotecas, por lo que esa calle revienta de gente.
Imagínate los bajos de Argüelles, pero que todas las discotecas de la ciudad estuvieran en los bajos de Argüelles.
Claro, para alguien que le flipen los gentíos es un paraíso, pero ya de por sí a mí no me gusta la fiesta porque no me gusta bailar delante de desconocidos, así que imagínate hacinado junto a un grupo de ingleses, unas chicas a las que de verdad les gusta frotar su trasero con el tuyo, y una francesa que pregunta a todo tu grupo si alguno tiene condones (historia real).
Los lisboetas.
No solo son inclusivos con su cultura, también son mucho más inclusivos que nosotros con la gente que no conocen. En determinado momento, en el que un grupo de portugueses comenzó a cantar "Viva España" de Manolo Escobar, cuando nosotros por supuesto nos unimos a ellos, nos miraron, y por unos segundos su grupo se abrió al nuestro. Cuando el cantante del escenario dijo algo así como
"Los que pertenezcan a X (signifique lo que signifique) que levanten la mano",y un amigo la levantó, una chica que había cerca y que también la había levantado fue a hablar con él con plena naturalidad, y estuvieron unos segundos hablando, hasta que comprendieron que no se entendían una maldita palabra. A donde voy es que una ventaja que les reconozco frente a nosotros es su falta de complejos y su capacidad para abrirse a cualquiera con actitud amistosa. Joder, ni una sola persona en toda la ciudad me miró con mala cara.
Claro que antes he hablado de balance. Igual que los portugueses han cogido lo mejor de sus culturas hermanas, también han cogido lo malo, y vale, sí, no escuchan trap, pero a todo el sabor europeo que tiene la ciudad hay que añadirle un toque sutil a fabela, no en un sentido peligroso, porque de verdad que no sentí peligro ni inseguridad nunca, pero sí en un sentido pobre, cutre, y me da igual quien se pueda ofender. Aunque sea un 1%, parte de la cutrez de la ciudad tiene sabor brasileño, aunque su música se folle al requetón y, a diferencia del trap... bueno, sea música.
Aunque el toque brasileño realmente no me molesta porque, en pequeñas cantidades, me parece exótico. Dada su rivalidad natural con España (como hermanos geográficos que son), desde tiempos del imperio hasta la fecha han sido grandes aliados de Reino Unido, y comparten con ellos el modo de proceder, por eso, aunque sean compitruenos de península, comen a horas intempestivas como las 13, y a las 21... ¡ya han cenado! ¡Pero si según escribo esto son las 22 y no quiero cenar!
Podré criticarles lo que quiera, pero los lusos son buena gente, y me lo han demostrado, y el parecido entre portugués y español hablado y escrito hace muy fácil el entendimiento, hasta el punto que antes te entienden si hablas español que inglés... yo el inglés lo necesité usar solo una vez, y fue con un inglés.
En realidad, esto es todo lo que tengo que decir sobre la ciudad. Espero que hayas sacado algo en claro, aunque sea una opinión general. ¡Un besi de fresi!
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Bonus track: ¡Cuac Maul! |
Bom entradinha!
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