Película: El Ascenso de Skywalker (SIN SPOILERS).
A los que no les gusta Star Wars, probablemente no sean fans de Star Wars, y El Ascenso de Skywalker, pese a quien le pese, es el noveno episodio de la franquicia, y es Star Wars.
He decidido empezar con estas palabras tan duras para deshacerme de un plumazo de la gente que no me iba a escuchar, de todas maneras. No he conocido comunidad más tóxica que esta, y estoy harto de ella, hasta el punto en el que me miro al espejo y de verdad me planteo si quiero seguir considerándome parte. Pero en esta reseña hemos venido a hablar de la película, y no de su comunidad... ¿o sí? Porque cuando una franquicia es autoconsciente de los gustos de su público y se rinde ante ellos... ¿Se mezcla con la comunidad?
Empecemos por el principio. Esta cinta de 2 horas y 20 minutos ha sido dirigida por J.J. Abrams, el mismo que empezó esta trilogía con El Despertar de la Fuerza, y claramente ha venido a acabar su trabajo, cosa que valoro positivamente. Filmaffinity está lleno de "enteraos" que solo saben valorar la historia y las actuaciones, pero eso solo es rascar la superficie. La fotografía del Episodio VIII le da un repaso a esta, pero me encanta cómo ha sido dirigida, con una secuencia inicial que acabó siendo mi favorita de todas, muy vertiginosa, como, por desgracia, acaba resultando toda la primera hora, al completo. Se ve que a Abrams le quedó una peli larga para los estándares de Star Wars, tuvo que recortar y decidió no tocar la segunda mitad, cosa que entiendo.
Otra cosa también a valorar es que, aunque el noveno episodio continúe por donde el séptimo lo dejó y sigue sabiendo a Abrams, logra conservar la gravedad que Rian Johnson imprimió en Los Últimos Jedi. Una mejora, en mi opinión, que sigue aquejando del mismo problema que tuvo El Despertar de la Fuerza: los mundos están habitados, pero no se sienten vivos, y, aún así, están muuuy bien ambientados, y otorgan un sutil componente político a la atmósfera que le hacía falta. Otro elemento que conserva Abrams del séptimo episodio es el elemento onírico de la Fuerza, mucho más simplificado por Johnson, otra de las cosas que yo más destacaría.
¿Y qué hay del final? Porque hablamos del final de la trilogía más polémica de todos los tiempos. Mira, los que odian a esta película me chupan un huevo, yo pienso que disfrutar el arte es mucho más divertido y satisfactorio que odiarlo, así que decidí disfrutarlo, porque, estuviese de acuerdo o no, El Ascenso de Skywalker es y será siempre Star Wars. ¡Y me parece un final satisfactorio, realmente se siente que se ha cerrado un ciclo! Es el final que tenía que ser... y ese es el problema. Es el final que tocaba, el modo A, el final guay y redondo... y eso es lo que siempre ha habido en Star Wars.
Es lo que siempre ha habido. Es lo que los fans querían. Y Abrams es el primer fan de todos.
Y esto me lleva a pensar en todo el odio que ha tenido que tragar injustamente esta trilogía. Aunque El Despertar de la Fuerza sea una historia clónica a Una Nueva Esperanza, ¿merece la pena odiarla tanto y pasar por alto su maravillosa acción, la actuación de Daisy Ridley y Adam Driver, probablemente los dos mejores actores de las nueve películas? Cuando los "fans" se metían con Hayden Christensen por la actuación de Anakin, ¿por qué no amaron a Kylo Ren? ¿Porque no se parecía a Vader? ¿Es que querían un nuevo Vader? ¡Pues no, no lo querían, solo querían odiar! Cuando se estrenó Los Últimos Jedi se odió por ser diferente, y cuando viene El Ascenso de Skywalker, que es el regreso de la franquicia a los orígenes, se odia incluso más. ¿Y esa gente se hace llamar fan, seguro?
Pero no he terminado... mis últimas palabras se dirigen a Abrams, que sé que no me va a leer nunca, porque estoy escribiendo en castellano y porque soy un blog desconocido de mala muerte, pero ahí van: Abrams, has hecho una buena película. No dejes que los puritanos, los intoxicados de la necesidad de que todo esté conectado y los partidarios de Johnson te digan lo contrario. Probablemente seas tú el primero en necesitar que todo esté innecesariamente conectado... pero, ¿sabes qué? Lo entiendo y lo respeto, porque me has entregado una película que jamás hubiera podido dirigir, y tú lo has hecho... y ahora, tienes que admitir que te cagaste en los pantalones, que tuviste miedo del odio, y fuiste a lo seguro, quizá fueras a lo seguro desde el séptimo episodio. Como fan de Star Wars, me encanta reconocer su esencia en la continuación de una historia que se ha transmitido entre generaciones, créeme, ir a un estreno y ver a padres e hijos disfrazados es todo un regalo. Pero como fan, también pido algo diferente, que justifique la creación de una nueva película, y que empuje los límites de la franquicia a territorios que jamás esperé que podría ver. ¡Eres un artista, entrégame lo que solo tú podías mostrarme!
Ni con unos, ni con otros... yo me despego de todo esto. Disfruté El Despertar de la Fuerza como un enano, maduré con Los Últimos Jedi y disfruté, en parte porque decidí disfrutar, de El Ascenso de Skywalker, un título que espero que el tiempo le acabe dando validez y recuerde la increíble atmósfera del comienzo y de su clímax. Amemos Star Wars por lo que es, no por lo que quisiéramos que fuera, porque eso no es amar. Puede que Star Wars te gustase antes... pero no estás casado con ella, ni le debes nada, ni te debe nada. Respecto a los demás, que cada cual elija su camino, porque yo, desde luego, estoy siendo feliz con el mío.
Un besi de fresi, y que la Fuerza te acompañe, siempre.
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