Final Fantasy X y la crisis de fe.


¿El ser humano merece la salvación? Nos llevamos haciendo esta pregunta desde antes de decir "mamá". Tal y como yo lo veo, ser inteligentes nos ha hecho tener un sistema complejísimo de comunicación, poder ver series desde el váter y crear obras de arte maravillosas, pero también nos ha hecho ser conscientes del daño que hacemos en otros seres humanos y al propio planeta. Nos queremos casi tanto como nos odiamos. Seguimos teniendo hijos e hijos, incluso sabiendo que la mayor plaga del planeta somos nosotros. ¿Nuestra espiritualidad? Tan podrida como nosotros.

Esta crisis se puede observar en muchos medios artísticos diferentes y por una lista de autores más larga que mi cipot* ancho. Wonder Woman no cuenta. Por un lado, tenemos a los Monty Pythons con su La vida de Brian, que muestran a una humanidad que necesita creer en cualquier cosa, por estúpida que sea. Nolan también viene a decir algo parecido con su trilogía del Caballero Oscuro, y a diferencia de los Montys, que se resignan, éste parece tener una mínima esperanza en la humanidad, y reconoce que, con el suficiente tacto y con su respectiva crisis, cualquier sociedad puede acabar aceptando la verdad incómoda, antes que perpetuar su sufrimiento con la mentira. Una filosofía más gris tiene Star Wars, que, con su profecía de "aquel chico que traería el equilibrio a la Fuerza", resulta que la Fuerza tiene maneras retorcidas y sangrientas de alcanzar el equilibrio.


Pero ésto de ponerse intensitos con la crisis de identidad no es algo exclusivo de las películas. Aunque sea de forma superficial, Dan Brown refleja en su universo una Iglesia corrupta que mata por el "bien" de su institución. También la hemos visto en videojuegos, como Hellblade: Senua's Sacrifice, en cómo un líder espiritual de un pueblo ha asesinado a muchos por una mentira, y ha arruinado la vida de su hija. El viaje de Senua no sólo es para superar la pérdida de su marido, sino también para enfrentarse a las mentiras de su padre.

En esta marea de crisis de identidad, Final Fantasy X entra en el juego con una crítica explícita (y demoledora) al cristianismo o cualquier otra religión predominante. Que su visión optimista del futuro, como todo Final Fantasy que se precie, no te distraiga: su mensaje esconde muchos tragos amargos.

Este artículo no tendrá espóilers graves sobre la trama de este juego, pero sí contaré cómo funciona su mundo y la filosofía del título, lo que incluye un par de giritos.

Final Fantasy X, sobre la calma y el paraíso prometido.


En el mundo ficticio de Spyra, hay un monstruo que ataca los pueblos y mata a todos los que quedan a su alcance. Le llaman Sinh. Es un monstruo formidable, imposible de matar con cualquier arma, a no ser que un invocador (alguien que invoca, no es tan raro) invoque la invocación suprema. Imagínatelo como si fuera Mewtwo. La cosa es que, incluso cuando el monstruo muere, y llega la calma a Spyra, pocos años después renace para causar la destrucción de nuevo, porque es inmortal. El nombre no es casual: Sinh ("sin" es pecado en ingles) representa el pecado original del hombre, su ansia natural de guerrear y destruir, y el nombre de este mundo, Spyra, representa de la misma forma tan poco sutil la espiral de muerte que este monstruo crea alrededor de sus habitantes. Porque, cada vez que un alma muere y no es enviada al más allá, se transforma en un monstruo que se une a las fuerzas mortales de Sinh.

Este "ciclo de muerte" también tiene otro nivel de significado. El invocador que suelte sobre Sinh el pokémon supremo morirá, de forma irremediable, convirtiéndose así en un mesías, un profeta que expiará nuestros pecados, por diez años, a cambio de su sacrificio (Jesús, ¿estás ahí?). Y ya sabes que alrededor de los profetas suele erigirse una Iglesia.

Te presento el Dogma de Yevon.


Los líderes de esta religión son prácticamente el único Gobierno del mundo, por lo que su credo es literalmente la ley, y su mandamiento principal dice que Sinh sólo desaparecerá cuando la humanidad purgue todos sus pecados, algo imposible, que lo único que consigue es que la gente se fije como objetivo algo ideal, inalcanzable, por lo que se fustigan a sí mismos continuamente con la muerte de los que Sinh mata cada semana.

Lo que sólo los dirigentes del Dogma saben es que Sinh es en sí mismo una invocación, un pokémon, y su invocador original, Yevon, el "dios" que resulta que está dentro del bicho, utiliza la energía del pokémon definitivo del mesías mártir para regenerarse y volver. Dicho en castellano. El Dogma de Yevon, por miedo o por fanatismo, ha creado un sistema de reglas y ha encarrilado una forma de matar a Sinh, en la que los elegidos mueren por su pueblo, el demonio reaparecerá siempre porque dios lo crea, y la culpa será del pueblo. Todo sigue igual, SIEMPRE. Y mientras tanto, la espiral de muerte, el sufrimiento. Los sacrificios. Si esto no es una de las críticas más complejas a las tres religiones principales del planeta, yo soy feo y analfabeto.

Tu verdad es mentira.


Es duro, pero es verdad, de hecho, es la única verdad que conozco: que nadie tiene razón y que nada es bueno o malo del todo. ¿Tu religión? No tiene sentido y seguramente su institución esté formada por personas más corruptas a medida que ascienden de rango. La película 'Spotlight' muestra bastante bien la consternación al descubrir que los curas cristianos que han abusado de niños son demasiados, todos cubiertos incondicionalmente por la institución. Esto es real, ¿sabes? Si eres cristiano, puedes creer que en un Dios uno y trino y en su hijo Jesús, pese al poco sentido que tenga, pero cada vez que donas dinero a la Iglesia, estás financiando traslados a pederastas, entre otras cosas.

De nada por la info, bro.


Y es que esto es así. Es duro descubrir que nada de lo que pensabas es real, que tu padre fantástico ha puesto los cuernos a tu madre durante 14 años, que tu primo no murió por un accidente de coche, sino por las drogas, que tu mejor amigo es un maltratador. Nuestra fe se tambalea, y nos hacemos preguntas. ¿Está bien querer algo que no es tan bueno como pensabas? ¿Hasta qué punto está bien combatir la mentira, si hace "feliz" a mucha gente?


No voy a dar ninguna respuesta, obviamente, porque yo sólo soy un madrileño joven que ahora mismo está escribiendo esto mientras se está cagando encima, pero 'Final Fantasy X' afronta el problema de una forma interesante. Como ya dije, su optimismo no esconde el lado amargo de esta crisis, y, superando mis expectativas, plantea que un pueblo que es feliz bajo una mentira estable que les envuelve de miedo por el sueño de ese paraíso, no es feliz en absoluto. Despierta de tu sueño. No es culpa tuya haber sido creado con ciertos instintos, y no es responsabilidad de ningún elegido echarse al hombro toda la mierda acumulada y morir por nosotros. Miedo. Sufrimiento. Culpa. La fe nos ayuda a levantarnos cada mañana, pero un sistema de creencias tan fanático que cree que el fin justifica los medios y doblega y explica la realidad, en lugar de adaptarse a ella, es el que crea sus propios demonios que aseguren su existencia perpetua.

Un besi de fresi, invocadora.

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