Matar a tus personajes.


Pocas cosas generan más morbo en la audiencia que una muerte importante. Estoy segurísimo de que conoces a gente que en lugar de decirte...
"Oie oie ió quero que me cuenteh el final, bebé"

te dicen, en su lugar...

"Chsss chssss calla corre corre cuéntame quién se muere que de verdad que no me importan los espóilers que lo paso mal si no me lo dices".

¡Es un clásico! La gente sabe que se va a acabar bien, pero no sabe quién se muere, y eso pasa a ser el acontecimiento más importante de la historia. ¿Y qué pasa si no muere nadie? ¿A cuántos habrás oído decir que el universo de Marvel es una perra de Disney porque no se cargan a todo cristo en cada película? ¡¡¡Pero qué pasa aquíiiii!!! ¿Por qué encontramos un extraño placer en el dolor que nos produce que un personaje querido se vaya? ¿Es que somos masoquistas o qué?


¡Pero no te confíes, amigui! Porque como dice el pareado, la muerte es un arte, tú me comes el nardo, y va a gustarte. Hoy, en esta entrega especial de cómo ser un psicópata y ocultarlo matando a personajes en lugar de a gente real, voy a enseñarte por qué las muertes son parte fundamental en las historias, cómo reconocer una buena muerte cuando la tengas delante, y cómo venerarme utilizar ese conocimiento para que tú mismo escribas unas muertes fetén.

¿Estás preparado, beibi? En este taller habrán espóilers de Guardianes de la Galaxia vol. 2, Cómo entrenar a tu dragón 2, El Ascenso de Skywalker, The Walking Dead, Stranger Things y Juego de Tronos. ¡Hale, métele el pedal a fondo, Paco!


Por qué las muertes importan.

Ésta no cuenta como espóiler porque revive en la siguiente. ¡Ups!

Los personajes de las historias no son personas reales, sino una idea, así que es normal que no les lloremos como a alguien real. Todo lo contrario: cuando maté a 8 personajes importantes en mi anterior novela, así, de golpe y porrazo, un gran amigo mío dijo
"Muy bien, había muchos",
y así se quedó, más plácido que un mejillón. Sin embargo, mi amigo no es que sea un ejemplo muy representativo, y me sé de muchas personas que han llorado con varias muertes, más de lo que han llorado a familiares lejanos... y es que las muertes importan, porque los personajes nos importan.

La muerte es definitiva, y por ese pequeño detalle, la pérdida de alguien importante para el protagonista es un catalizador perfecto para nuestra historia, ya sea de venganza o de crecimiento, y una muerte cerca del final nos hace entender, de forma inconsciente, que el precio a pagar por el final feliz ha sido caro. Muchos se refieren como "final Disney" a ese que se resuelve sin grandes consecuencias para los buenos, porque, al no pagar precio, se acaba viendo como barato y fácil. Es cierto que hay varias formas de hacer grandes cambios sin matar a nadie, pero de todas las opciones, la muerte es la que más nos hace sentir.


Y ese sentimiento es clave. El cariño que sentimos por el personaje ido se mezcla con el impacto que crea en el protagonista, y si los dos son intensos, se vuelve efectiva. Estas dos cositas es importante que vayan de la mano, porque si nuestro protagonista llora demasiado a alguien generalmente detestado, va a separar a la audiencia de la obra. Por eso, cuando un padre complicado como Yondu va a morir en Guardianes de la Galaxia vol. 2, a lo largo de la película se muestra su versión, su lado más humano, y termina con un sacrificio incuestionablemente altruista, para que, cuando el protagonista le llora pese a lo mal que le trató, la audiencia lo entienda. La audiencia puede entender todo, si se lo presentas correctamente. Aquí, la capacidad de ponerte en las zapatillas de tu audiencia es clave para hacerles sentir lo que buscas.

¿Quieres causar tristeza o ira?

La muerte de Estoico se vio venir durante un largo minuto, y cuando por fin ocurre, es devastadora.

Una muerte que nos deprime o cabrea es, para empezar, la de un personaje que nos cae muy bien, y además, nos debe crear un gran impacto, es decir, ese personaje no debería haber muerto. Si un viejo la palma, qué pena, pero es el orden natural de las cosas, por lo que se lleva todo mucho mejor. Aquí la clave está en el tiempo de la escena, es decir, lo que dura, y cuánto dura la agonía.

Si detallamos minuciosamente todo lo que sufre el personaje antes de que ocurra la muerte, generamos mucha tensión en la audiencia, alimentando su ira y la del protagonista, y si esa escena la cargamos de injusticia y dejamos al protagonista en una posición de impotencia, el sentimiento se triplica. Sin embargo, si la muerte ha sido por un sacrificio, un accidente o una muerte poco dolorosa, lo que alimentarás en la audiencia será pena, y también será más grande si detienes la acción unos segundos antes de la muerte, como una despedida emotiva.

Pero algo que debes hacer siempre, sí o sí, es parar la acción después de que pase. Tanto los personajes vivos como la audiencia necesita respirar y asimilar los sentimientos. Si además hace que la trama tome un rumbo nuevo y fuerza un cambio en el protagonista o un personaje principal, la muerte habrá causado todo el impacto que podía hacer.

Finjamos que ahora quieres causar sorpresa.


Una muerte que sorprende es, fásil y sensillo, una muerte repentina e inesperada. Buá tú, péinate después de esta revelación, que te he dejado el pelo revuelto. Normalmente suele ser cuando de un momento de calma, PUM, un personaje muere y empieza una escena de acción. Como no hemos parado la acción antes y si hay acción no la vamos a parar después, estas muertes no generan drama en el espectador, sino que se usan para mostrar que el antagonsita tiene una fuerza antes desconocida, o queremos cogerle miedo, como hicieron más o menos con Thanos al principio de Infinity War.

Por ésto, lo suyo es que al acabar la escena de acción y los malos se vayan, insistamos bien en el impacto que esta muerte ha generado, o de lo contrario podría crearse una separación entre la audiencia y la historia. Si el personaje es importante, claro, si es Ciudadano Extra #17, dudo mucho que nadie le llore nunca, a no ser que seas Marvel y quieras hacer una peli dentro de 20 años sobre cómo su hermano se hizo villano.

¿Y qué me dices sobre la alienación?

Lars von Trier es buenísimo alienando a la audiencia.

¡No subestimes el poder de la alienación, joven gorgonita! No, no estoy hablando de poner juntas muchas líneas, sino de alien-ar a la audiencia, separarla adredemente de tu obra. Es un efecto difícil de manejar, muy contextual y puede cansar mucho, por eso es muy raro. Básicamente, si la muerte es un evento triste, la obra va a intentar que te sientas alegre o que no pasa nada, como poner música apacible y agradable en las pelis, o escribir en el libro como si no pasara nada, como si no fuera importante o como si el narrador estuviera alegre, incluso. Seguimos hablando de la muerte triste de un personaje, y, por ello, la audiencia no va a tener la misma temperatura que la que nosotros le ponemos.

Para hacerlo bien, tenemos que tener muy en cuenta quién narra, porque a no ser que el protagonista sea psicópata, malvado o sea él el asesino, no se me ocurre una manera de que algo así pueda parecer natural. Normalmente lo usamos con la muerte de civiles inocentes o personajes desconocidos que nos importan poco, aunque siga siendo una escena triste... pero ojo, el efecto que puede causar cuando se usa con un personaje importante es muy poderoso. Eso sí, cuando separes a tu audiencia de tu obra, seguramente recuerden que están leyendo un libro o mirando una peli, por eso asegúrate de que te merezca la pena.

Hablemos ahora de cuando los personajes reviven o nunca estuvieron muertos.


Es muy importante que hable sobre ésto, porque una revelación así o sienta de maravilla o es súuuuuper rechazada. Todos nos alegramos por Glenn en The Walking Dead (para matarlo poco después, jajá) o por Jim en Stranger Things, que al saber que pudieron sobrevivir a esa muerte horrible, nos dio un gustito en el cuerpo que queríamos salir al patio de nuestro portal a bailar un friestail y que los vecinos nos corearan desde sus balcones. Pero, ¿qué pasó con Palpatine en Star Wars 9, qué? Después de que mis huevardos hicieran un estudio exhaustivo, puedo concluir que el 0,00% de personas querían que ese villano reviviera, o al menos, así de la nada, de la manera que lo hizo.

Y es que resucitar personajes, o decir que se salvaron por el poder del guión, puede ser muy vago, y darle un golpe duro al mensaje de la historia. ¿Te acuerdas de lo que he dicho antes, sobre el precio a pagar? Si luchamos duro para conseguir algo, sufrimos, y luego nos damos cuenta de que al final el precio de la victoria fue cero, parte de la potencia de lo anterior se pierde. Así que escucha muy bien estos consejos, porque yo, como matador profesional de personajes, he tenido que anotármelos a fuego, ya que he usado esta técnica hasta en tres ocasiones.


Lo primero de todo, es que para que un personaje vuelva, sea en una secuela o en la misma historia, debe de haber una muy buena razón, directamente relacionada con lo que quieres contar. Si tu mensaje final es que el poder de la amistad salvará el mundo, ese poder de la amistad debe de haber salvado a tu personaje. En general, cuando un personaje vuelve, siempre, siempre debe ofrecer respuestas, ya sea en cuanto a la trama, como información sobre el villano, o sobre el tema, es decir, la filosofía con la que afrontas el final. En mi novela Legado de Mil Mentes (link en las letras rojas) quería hablar sobre cómo, por más que nos controlen o nos corrompamos, nunca dejamos de ser nosotros mismos. Así que tenía sentido que apareciera un personaje, en teoría muerto, y convertido en un cascarón vacío que, pese a estar controlado por el villano, reconocemos en él que no le hemos perdido del todo.

La madre de Hipo, supuestamente muerta, volvió como un personaje muy cambiado.

Y hablando sobre reconocerle, otro aspecto muy interesante es que haya cambiado después de su odisea. Que esté irreconocible, si hace falta. Ésto nos da la oportunidad de volver a conocerlo desde otra perspectiva, lo tridimensionaliza, y le hace parecer más completo y humano. ¿Parece igual que antes, pero en realidad piensa traicionar a nuestros buenos? ¿Se ha traumado y no quiere saber nada de los buenos, pero en el fondo todavía guarda a su anterior yo? Su retorno puede darnos esperanza, o tirárnosla al suelo con un cruel engaño.

Otra opción viable, y en la que no tienes que hacer obligatoriamente los consejos de arriba, es hacer que sobreviviera uno de los personajes después de una matanza de varios a la vez. Igualmente tiene que aportar algún detalle importante para la trama como mínimo, y molaría verle en una faceta diferente, pero si hemos matado a varios personajes, a nuestra audiencia le parecerá comprensible que uno sobreviva.

Matar a tu protagonista.


¡Jojojo, hemos llegado a la cima de esta montaña! Para graduarte con honores en el asesinato de personajes, debes aprender a hacer lo más difícil: matar al más importante. Normalmente, cuando un protagonista muere, suele ser al final, en la última página, o todo el libro es una carta que él está escribiendo en su lecho de muerte, esas cosas. Pero no te hablo de eso, sino de matarle en medio de la historia, con dos cojones.

Tienes que saber que en una historia siempre hay un narrador. En los libros tienes el punto de vista de alguien que te cuenta la historia, mientras que en las pelis tienes a la cámara, y en los dos casos puede ir siempre detrás del mismo personaje, o ir saltando de uno a otro. El protagonista no sólo es el personaje más interesante y que más cambia, sino también el que acapara la mayoría de la narración.


Cuento ésto porque asesinar a un protagonista sólo significa una cosa: que nunca fue el verdadero protagonista. Un buen ejemplo lo tenemos en Juego de Tronos, cuando Ned Stark, que había sido el centro de la historia, muere. Su muerte comienza la verdadera historia de la saga, obliga a crecer a todos sus hijos, y pasa el relevo de figura central a Robb Stark, que, ¡sorpresa!, muere libro y medio después. La muerte de Robb significa la derrota definitiva de los Stark, lleva a sus hijos al exilio o a pasar mil miserias, y les hace crecer definitivamente: por parte de los Stark, los verdaderos protagonistas en Juego de Tronos son Jon, Sansa y Arya. Ned y Robb sólo fueron catalizadores que impulsaron el cambio de los protagonistas con su muerte, sólo que convenía que narraran primero.


Esta técnica, que se ha usado más de lo que podrías pensar, es con la que más cuidado tienes que tener, más incluso que la de alienar a la audiencia. Usar esta técnica dos veces, por parte de RR Martin, fue un acierto y un error al mismo tiempo, porque al final, lo que enganchó a la gente a Juego de Tronos fue que cualquiera podría morir, y muere mucha gente, pero si lo ves desde la distancia, es una historia la mar de tradicional. Para evitar malacostumbrar a la audiencia, o dejarla demasiado frustrada y cansada, hazlo sólo una vez. Yo estuve a nada de abandonar la serie después de la Boda Roja. Y el impacto que genera nunca, nunca va a compensar que tu audiencia abandone tus historias.

¡Pues ya estaría  todo! Me he tirado escribiendo más tiempo de lo que esperaba, pero, aunque haya sido bastante largo, por otro lado se me ha hecho corto. ¡Si es que el tiempo pasa rapidísimo con la buena compañía! Espero que este taller te haya servido, y toma, un besi de fresi, que lo tenía en el bolsillo y es tuyo.

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