Coronavirus: Edición Ayuso.

Aunque pueda parecer mentira, Ayuso me cae bien. Siendo discípula de Esperanza Aguirre, está claro que tiene un lado rancio, el típico que descubres cuando llevas tres meses de relación con ella, pero parece la típica persona con la que te podrías ir de cañas, demasiado natural y humana para ser de la raza política. También creo que viene de familia rica, porque ya me contarás cómo ha llegado tan arriba siendo lo tonta que es y teniendo un don de gentes regulinchi. No la he votado, ni de coña la votaré, pero lo que intento decir es que lo que voy a decir no es personal, porque al contrario que casi todo el mundo, ella me parece buena gente.

Por otro lado, también hay que tener en cuenta de dónde vengo. Soy un chaval de familia humilde, de barrio humilde, con enormes dificultades para tener empleo y dinero en mi cuenta, y cuando he estado trabajando, ha sido en un curro de mierda, explotado. Cojo el transporte público a menudo, e intento comprar en el pequeño comercio siempre que puedo. Soy de la España de a pie, y como tal, no me siento representado por la aristocracia.

Con Sánchez, sin embargo, no he sido tan duro. En general, su gestión me parece mediocre. Creo que han puesto los huevos en las cestas correctas, pero o los han puesto tarde, o se han dejado en casa algunas de las cestas que iban llenas. No me parece una gestión terrible, simplemente creo que podríamos haber cogido todos sus apartados y haberlos mejorado (bastante) pensando las cosas un poco mejor. Teniendo en cuenta que esta pandemia nos ha empezando a perseguir borrachos y meando en un árbol, con la picha todavía fuera, creo que no hace falta ser tan duro con su Gobierno, aunque merezca mucha crítica. Sobre todo teniendo en cuenta que, dentro de lo que cabe, me parece que están afrontando el asunto con humildad. Yo, que no me informo casi de política.

Entiendo que en Madrid se vote a las derechas y, aunque sus medidas económicas siempre me jodan más de lo que me benefician, es fácil lidiar con ello. Con lo que no sé lidiar es con los comportamientos erráticos.

La opinión política de hoy tiene espóilers sobre las medidas que ha estado implementando Ayuso y su Gobierno en Madrid en las temporadas 9 y 10 de 2020, pero tampoco voy a entrar en detalle, que ni soy experto, ni pretendo instruir a nadie. Disfruta. O no.

Que sí, que no, que Ayuso no se decide...

Hace un par de años llamé a Almeida hijo de puta, por twitter, y no estoy de acuerdo con muchas de las cosas que está haciendo, pero lo primero que hizo cuando la pandemia empezó fue hacer las paces con la oposición y trabajar juntos. No sé si seguirán de buenas, pero en lo que Almeida y compañía han estado haciendo, mejor o peor, había un criterio unificado. Se equivocaron al cerrar los parques en Fase 0, y a la semana que viene los abrieron y punto, sin despeinarse. Perfecto. No importa el estilo que lleves, siempre que tenga sentido y sepas escuchar para mejorarlo.

La Comunidad de Madrid tardó en hacer crecer su curva de rebrotes, pero desde que lo hizo, en agosto, Ayuso ha estado en guerra contra el Gobierno de Sánchez. No es que tuviera un plan y desoyera sus consejos, sino que básicamente se oponía a cualquier cosa que le recomendara, y bueno, sabes que el rollo de politizar las víctimas del coronavirus yo lo llevo un poco regular. La verdad es que se me hace chungo hacer un historial de las contradicciones que ha hecho y deshecho, y paso de documentarme ahora para algo que me chupa medio huevo. Básicamente, ella se ha puesto en contra de cualquier confinamiento, pero cuando cerraron la ciudad y un juez movió su dedo mágico para in-cerrarla, recomendó a todos que se mantuvieran en sus casas.

Enemigos, hasta que nadie mira...

Hemos llegado a un punto en el que no sé ya cómo están las cosas. Creo que después del cierre y el in-cierre, el Gobierno decretó el Estado de Alarma en la comunidad para volverla a cerrar (y Ayuso recurrió a los tribunales, después de que pidiera que nos quedáramos en casa), así que me suena que ahora estamos cerrados, pero creo que nos abren en breves. Como digo, es un poco confuso, y frustrante para alguien como yo que detesta la indecisión.

La cuestión es que puedo quejarme de ésto por twitter, o en el próximo volumen de las Cagaícas de Carli, y me quedo agusto. Lo que ha hecho que estalle ha sido lo último:

Aquí, dando promo a mi pana campechano La Razón.

A partir de ahora, todos los colegas y amigotes estarán a la medianoche en casa, y entiendo que tampoco se podrá ir a trabajar. ¿Te preguntas por qué estoy indignado? En realidad, este vídeo corto lo describe todo con bastante detalle.

Errejón es un chico de izquierdas que apoya al Gobierno y, cómo no, va a atacar a las derechas, pero las soluciones que ha propuesto son reales. Si no se invierte en personal sanitario y en pruebas, los posibles positivos no van a saber con certeza que lo son hasta que ya tienen los síntomas, una semana después de estar infectando. Si no se invierte en transporte público, tanto metiendo más vagones como implementando nuevas dinámicas, cada mañana vamos a ver el mismo hacinamiento en Atocha. ¿Crees que el virus trabaja más por la noche que por la mañana? Obviamente no, eso lo sabemos todos, pero siguen focalizándose en la gente que sale a pasárselo bien y se olvidan del currante. ¿Por qué crees que el sur de Madrid se infecta mucho más rápido que el norte? Porque coge más el transporte público y vive en pisos pequeños. Y eso afecta mucho más que la juerga que se pueda pillar por la madrugada con cuatro amigotes.

No sólo la medida está lejos de solucionar el problema, sino que la gente no es subnormal. ¿No pueden salir a la calle de medianoche hasta las seis de la mañana? Pues harán noche en la casa de uno de ellos y seguirán la juerga, en un interior, donde el virus se propaga mucho más rápido que en un parque, y donde la temperatura más elevada hace que el alcohol suba todavía más y las barreras de seguridad sean todavía más débiles. El virus no es mortal, por lo que la gente no va a dejar de pasárselo bien. Ya lo han hecho 2 meses de este año; no van a repetir. Y no voy a echarles la bronca, porque con esta gestión errática y que está lejos de solucionar nada, cualquiera va a sacrificarse porque una ricachona estúpida diga misa.

Un momento... ¿este final de temporada nos está confirmando un triángulo amoroso?

Vengo de un barrio humilde. Cojo el transporte público frecuentemente, aunque intente evitarlo. He estado confinado en mi propia habitación por convivir con más de un positivo, y mis amigos han estado una semana en vilo, esperando unas pruebas que, por falta de personal, nunca llegaban. Y, para colmo, cuando salgo, lo poco que salgo, lo hago de noche, de madrugada. Ningún plan loco, simplemente dar una vuelta nocturna por el parque, cosas del estilo, ¿y sabes qué? Las calles de madrugada ya están vacías. Jamás me he cruzado con nadie, CON NADIE, a menos de quince metros. Hay más policías que personas.

Eso sí, vamos a prohibir las reuniones nocturnas, no vaya a ser que vea a esos mismos amigos por la tarde, porque tú y yo sabemos que de 14 a 23 horas el virus está en su casa coronaria durmiendo o jugando a la consola. Pues nada, Ayuso, no te preocupes. Normalmente a las 4 y media como tarde ya tiraba hacia mi casa, pero como estamos de pandemia y todos hacemos sacrificios, mi grupo fijo de colegas y yo nos quedaremos hora y media más. Que no sea por voluntad de recuperarnos. ¡Resistiremos!

Un besi de fresi, amigui, esto ya está. ¡No dudes en comentar qué te parece todo ésto!

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