Serie: Bruja Escarlata y Visión.

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--No soy fan de las sitcoms. Puede que sea la presentación, los personajes, las risas enlatadas o simplemente que no me hagan puta gracia, pero prefiero ver mil veces antes una serie como South Park o Futurama antes que cualquier sitcom. Pero claro, si la sitcom la hace Marvel y la protagoniza Wanda... pues habrá que verla, ¿no?

Y pasó algo extraño. De no ser por Paul Bettany, que es brillante haciendo comedia, ni siquiera hubiera sonreído una sola vez. No me lo estaba pasando bien viendo los primeros capítulos, todo lo contrario, una presión, una mala energía estaba creciendo dentro de mí. Era una sitcom, y necesitaba más. Me estaba poniendo mal cuerpo, y me estaba encantando.

No sé si fue cuestión de potra, pero sin ver un solo tráiler, la idea que yo tenía de lo que iba a ser esta serie ha acabado resultando exactamente lo que yo pensaba que iba a ser, y pese a ello, a cada capítulo que veía, el misterio se me escapaba de las manos una y otra vez, en un alarde narrativo de los guionistas, que manejan la paranoia, lo extraño y la sensación de amenaza como si fueran putos maestros en el tema, y han sabido jugar con todos nosotros, incluso con la gente que, como yo, pensaba que sería lo que al final resultó que fue.

Entonces, ¿cómo lo han hecho? ¿Cómo una serie que jamás hubiera pasado de "interesante" o "recomendable" ha volcado internet patas arriba sólo por tener la marca Marvel? En una era en la que las series semanales son muchísimo más mediáticas que las películas, ¿cómo acabó siendo WandaVision el único producto audiovisual beneficiado por el coronavirus? Todo ésto, y bastante más, en la reseña sin espóilers de la primera serie Marvel relacionada de forma total con las películas.

Sobre cómo Freud acertó con Wanda.

--Freud fue un psicólogo rarito de los siglos XIX-XX, y en mi opinión, es uno de los mejores y que más ha aportado a la psicología. Tenía una teoría particularmente interesante sobre cómo funcionan los sueños, que un servidor se leyó sufriendo la gota gorda. Él decía que a lo largo de nuestra vida tenemos varios sentimientos e ideas que ponen en compromiso nuestra identidad; fóllate a ese joven y que le den por culo a tu marido, mata a este otro cabrón, no entregues la cartera perdida a ese señor sin quitarle los billetes, manda todo a tomar por culo y múdate a Islandia... Todos son pensamientos que nuestro cerebro podría reprimir porque "un buen ciudadano/marido/familiar" no se comportaría así.

Sin embargo, cuando dormimos, todos esos pensamientos reprimidos se mezclan con los normales, y durante el descanso el cuerpo recopila la información del día y la clasifica. ¡Los pensamientos reprimidos salen a la luz!, y el cerebro, para seguir disimulando, crea los sueños, que son imágenes cuyo propósito está en enmascarar estos pensamientos para que no te alteres y sigas durmiendo. Así, en lugar de pensar explícitamente que te follarías a ese joven y le darían por culo a tu marido, soñarías con el mismo vagón de tren en el que viste al joven, pero verías a tu marido más guapo y con las ropas del joven... por poner un ejemplo simple. Los sueños protegen algo siniestro.

Quien haya visto la serie ya sabrá por dónde van los tiros con la explicación que acabo de dar. A lo largo de los capítulos, que homenajean sitcoms de diferentes épocas, vemos detalles inconexos, objetos a color cuando todo es blanco y negro, escenas con segunda toma. A veces, el humor de las sitcoms parece acentuarse estratégicamente cuando un elemento extraño e inquietante ha asomado la cabeza. En cada capítulo hay un comercial cerca de la mitad, cuyos productos, para el que está al día con Marvel, no resultan tan amables como parecen...

No estoy diciendo que la sitcom sea un sueño, sino que los cineastas han cogido los poderes de Wanda, su personalidad inestable y sus vivencias, y se han apoyado la naturaleza errática de los sueños para que el espectador capte todo antes de explicar siquiera qué cojones está pasando. Y hablando sobre éso...

¿Podemos hablar sobre los cineastas un momento?

--Me suelo referir como arte orgánico al que utiliza las mecánicas de un medio, como puede ser las películas, pintura, escultura... y las utiliza para potenciar el mensaje que quiere contar. Hacer que WandaVision roce lo onírico cuando su protagonista es Wanda es utilizar muy bien tus herramientas, conocer a tus personajes y tomarte molestias adicionales por respeto y amor hacia sus personajes.

Y no sé ni por dónde empezar a hablar bien sobre las cosas. Esta historia es una ida de olla personal de Kevin Feige, el jefazo de Marvel Studios, y ese toque personal se nota, pero es que podríamos estar hablando de su producto mejor enfocado, obviamente el más arriesgado, y el mejor dirigido con el permiso de Waititi y Gunn. Observa cómo cada capítulo está rodado de la misma manera en la que se rodaba en la serie que hace homenaje, pero en las escenas más extrañas rompen con ese estilo e incluso cambian de eje. Lo del eje es importante, porque como las sitcoms se desarrollan en platós, las cámaras siempre tienen que estar detrás para grabar hacia adelante. Al romper el eje, recordamos que (¿quizá?) no estamos en una sitcom, y hay algo más siniestro que no están queriendo contarnos. Que alguien no quiere que sepamos. Y, por favor, fíjate en lo bien rodado que está el octavo episodio, en mi opinión el mejorcísimo de todos, y cómo juega con la idea del espacio como le da la puta gana.

Marvel es una franquicia de acción. ¿Cuántas series, por más que tengan el nombre de Marvel, pueden soltarte dos capítulos autoconclusivos de sitcom en blanco y negro, sin acción, con un gancho pobre que tarda en crecer, y que la gente hable de la serie durante toda la absoluta semana? Y mareando a esa gente, con unas teorías que tienen o no sentido según la semana, meme de Mephisto incluido. Y que, pese a ello, todo cuadre. La respuesta está en una mezcla entre una premisa extraña, personajes que ya queremos, una marca reconocida y la confianza de la productora en su audiencia.

Hay que reconocerlo, Kevin Feige ha tenido los huevazos muy gordos al dar luz verde a un proyecto así. No es todo lo loco que pudiera haber sido, todavía tiene el sello Marvel de dirección y fotografía estándar en algunos momentos, pero es un muy buen primer paso, para que ellos comprueben que pueden hacerlo, y para que la audiencia descubra, igual que ocurrió con Joker en 2019, que los rollos más artísticos también les gustan.

El coronavirus irrumpió en occidente justo antes de que Marvel estrenara su cuarta fase de películas. El plan original era empezar con Viuda Negra y con Falcon y el Soldado de Invierno. Y de ahí, una matraca de títulos, difíciles de seguir a no ser que te los apuntes en el calendario. Pero el coronavirus lo paró todo. ¡Qué suerte tuvo Marvel!, ¿no crees? Después de un año y medio sin saber nada de ellos tras terminar su Saga del Infinito, Marvel Studios tuvo más tiempo para planificar bien sus próximos trabajos, los fans tuvieron la sensación de que la historia se había reposado, y necesitaban más Marvel en su vida. Y el que iba a ser lo quinto producto por salir, WandaVision, se adelantó a la primera posición, haciendo que los fans, con gusanillo después de tanto tiempo, estuvieran más dispuestos a tragarse una serie que cuando estás empachado te llama menos la atención. Y así, apreciaron mejor el título más extraño de Marvel hasta la fecha.

No sé tú, pero yo me alegro sobre ésto. Puede que se hayan alineado los astros y Marvel decida hacer más productos así en el futuro. Y éso es... bueno, ¿no? ¿No?

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Por favor, sacadme esta serie de mi cabeza.

Está aquí, me está mirando, controla mis pensamientos, ¡no puedo parar de-!

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--</retake>

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--Y esta ha sido la reseña de hoy. ¡Ojalá la olvidara para poder verla una y otra vez, para siempre, hasta que me muriera! ¿Y tú? ¿También tienes el gusanillo por ver la serie del momento? ¡Estás de suerte, porque sólo 9 capítulos te separan del final! ¡El fin! ¡Jajaja!, el fin... Un besi de fresi.