¡Carli te enseña a narrar escenas de acción!
Bueno, pues me he levantado con ganas de marcha y he dicho,
"¿Por qué no me amargo la vida con un taller de escritura amplio y complejo?"
Claro, el taller es largo y complejo para mí, para ordenar y concentrar todas las ideas, con tal de que para ti sea lo más corto, picadito y nutritivo posible. ¡Y te conviene leer este taller! Si te gusta escribir sobre todo, pero si eres artista estoy seguro de que algo valioso podrás extraer, porque voy a hablar sobre varias reglas universales en el arte. Qué misterioso, ¿no? ¿Me achino los ojos, me pongo barba y me voy a meditar a un monte en Nepal? Reglas universales, digo, qué cachondo. Pero sí.
Vamos a dejar claro lo básico: ¿qué es una escena de acción? Porque no son sólo cuando los personajes se pegan de hostias. Una acción es hacer cualquier cosa, así que una escena de acción será una escena en la que las cosas que se hagan son más importantes que las cosas que se dicen. Lo digo porque, en historias como Death Note, las escenas en las que el asesino escribe los nombres de sus víctimas en el cuaderno son en sí mismas escenas de acción. Y, haya puños o no, suele haber un antagonista haciendo fuerza contra el protagonista, por lo que están ocurriendo cosas muy rápido. Son escenas dinámicas, hay movimiento, así que deberían ser entretenidas... pero no es raro que los lectores desconecten o pasen estos momentos, porque son difíciles de narrar, y si no están bien narradas, la cagaste.
¡Por eso Carli viene al rescate con un montón de consejos para que la próxima escena de acción que escribas haga llorar de emoción a Michael Bay! Créditos al canal Awesomepedia por darme algunas ideas.
Planteemos primero la escena.
Todas las escenas deben servir para un propósito dentro de la historia. Algunas aportan información importante, otras nos dan información sobre las motivaciones de los personajes, o elementos de su personalidad que resultarán luego relevantes para la historia. Las de acción sirven generalmente para avanzar la historia a una nueva fase, pero muchos escritores las utilizan (como la típica persecución de una organización malvada) para rellenar un momento que estaba empezando a ser aburrido, o no es aburrido, pero el escritor no confía en su audiencia.
No, una escena de acción no debe ser nunca de relleno. Tiene que tener un propósito como todas, por lo que una vez acaba, no podemos ver la historia con los mismos ojos: algo ha cambiado irremediablemente. O bien se ha muerto un personaje importante, o se ha robado el objeto que debíamos proteger, o el antagonista ha hecho que fracasar sea más costoso.
Respecto a la relevancia de la acción, me he percatado que muchos escritores tienen miedo de lesionar a sus personajes. Huir, luchar o esconderse de una explosión son ejemplos de escenas que suelen acabar con lesiones, y al contrario de lo que piensan los novatos, limitar al personaje aumenta el interés, porque significa que de ahora en adelante va a tener que usar más la cabeza y es más vulnerable. Las lesiones, además, cuestan MUCHO de recuperar y suelen notarse a largo plazo en forma de molestia. Incluso aunque no les lesiones, limitar a un personaje durante una escena de acción, como impedir hablar a Kirk en el momento en el no está al mando y sólo él sabe que la Enterprise se dirige a una trampa, siempre es más enganchante.
Pero de nada te sirve enganchar si al acabar el lector se siente timado. Con el final de la escena en mente, debemos balancear las fuerzas del "bien" y del "mal". Significa que, si el antagonista es demasiado poderoso y podría vaporizar a todos los buenos, debemos otorgarle un motivo para no hacerlo. Si quieres que, aunque el antagonista gane, la mayoría de los protagonistas acaben vivos, hay que plantear cómo podrían hacerlo. Podría haber rutas de escape, podría haber un "bueno" que se sacrifique para ganar tiempo... Y este balance de fuerzas es clave para que la escena acabe siendo coherente. Sobre ésto, te recomiendo que pienses bien qué haría cada uno de los personajes implicados, para evitar que sean pasivos, o que parezca que son extensiones del protagonista. No digo que se tenga que narrar cada uno por su cuenta, pero piensa bien si alguno haría algo extraño que convenga narrar, como intentar enfrentarse a todos los malos en lugar de huir, y que el protagonista tenga que empujarle o cogerle en brazos.
Y, una vez tenemos el esqueleto, cuida los detalles. Las escenas de acción pueden generar tensión, pero esa tensión no sirve de nada si no la revientas. Puede ser algo simple, como esconderse, y reventaríamos la tensión cuando el protagonista es o no es descubierto. Pero hay otras formas complejas de elevar la tensión: que Van Helsing se esté quedando sin balas benditas en su lucha contra un vampiro es una putada añadida al peligro en sí del vampiro, pero es una putada que sólo sirve si al final se queda sin balas, o le mata con la última. Si mencionas la escasez de balas y luego esa escasez no vuelve a ser problema, estás añadiendo tensión vacía a la escena.
¡Pero también va al revés! Menciona lo que sí va a ser importante para hacer crecer la tensión. Acuérdate de la famosa arma de Chéjov, una regla en la escritura que dice que todo aquéllo que será importante en el futuro, debe ser mencionado por lo menos una vez antes de que tenga que usarse.
Con ésto tendrías lo básico, que es a dónde queremos llegar, qué ganamos y qué perdemos a cambio (o al revés), un recorrido coherente de la escena y los detalles importantes que nos van a aportar tensión. Pero ah amigo, ahora hay que escribirla.
Escribamos esa escena.
Un tipo sabio, no sé quién, dijo que una buena escena de acción se resume con frases que empiecen con "pero" y "entonces". Si vemos un capítulo de Tom y Jerry, vemos cómo el ratón Jerry aparece frente al gato Tom. Entonces, Tom quiere cazarlo. Pero Jerry es más rápido. Entonces, Tom decide tenderle una trampa, pero Jerry es más listo y hace que el gato caiga en su trampa. Pero Tom, que tiene un brazo libre, agarra una bola de bolos y plancha en el suelo al ratón. Entonces, va dando saltitos hasta que llega hasta Jerry, y todo parece perdido para el ratón. Pero el pollito al que salvó Jerry antes, su amigo, ha venido para sobrevolar la habitación como un avión de la primera guerra mundial y picotear a Tom hasta que suelte al ratón.
Acción, reacción. En toda escena de acción hay por lo menos dos fuerzas, la del protagonista y la de su antagonista, sea otra persona o una tormenta en el mar, y vemos cómo cada una de esas fuerzas utiliza sus recursos como una partida de ajedrez, reaccionando continuamente al pulso del otro.
Digo ésto para que veas que una buena escena no tiene que ser complicada, todo lo contrario. Plantéalas como pequeños segmentos (o pulsos), y ve de uno en uno. No importa que intercales breves momentos calmados entre un pulso y otro, todo lo contrario, deja que el lector respire y asimile lo que está pasando. A no ser que la idea sea precisamente que haya mucho caos, deja que los personajes hablen, que se griten o recriminen lo que se tengan que recriminar. Que sus acciones pesen. Recuerda que en una escena, un segundo de lectura equivale a un segundo en lo que está pasando, y en la mayoría de peleas, sobre todo cuando las emociones están por las nubes, un puñetazo tarda lo mismo o más en prepararse que en lanzarse. Una escena de acción no es buena por ser caótica para el lector, todo lo contrario, y ya te digo que el lector siente mucho más cuando el personaje duda entre si disparar o no, que cuando lo hace, debido a que el lector siente más cuanta más tensión haya acumulada.
De hecho, las peleas en sí mismas son cortas y extenuantes. No te recrees demasiado en ellas, porque una ensalada de puñetazos, de por sí, es largo de narrar, tedioso de leer y tiene poco interés.
A NO SER...
¡Resulta que hay trucos para hacer que las peleas sean interesantes! Si tienes en mente lo que he dicho, si nos ponemos a describir cada golpe por separado, necesitaremos 5 segundos o más de lectura para un segundo en la escena, y eso no puede ser. En una pelea, narra sólo las cosas más características o importantes. Al lector no le importan los detalles obvios si no son importantes. Si los personajes utilizan magia o armas extrañas para este mundo, es bueno que menciones antes cómo funcionan, para que el lector pueda entender cómo están ocurriendo los golpes. Recuerda, sólo lo esencial, porque 1 segundo de lectura = 1 segundo de acción. Si ocurren muchas cosas importantes a la vez, hay muchas maneras de hacerlo bien, pero la más simple es esparcirlas ligeramente en el tiempo.
Y no he insistido lo suficiente en que dejes que el lector coreografíe por ti, porque si sabe cómo funciona un arma, se la puede imaginar, y su imaginación funciona más deprisa que su lectura.
Céntrate en los sentimientos de tu personaje.
Otro truco para hacer una escena de acción entretenida, peleas o lo que sea, es que juegues con los recursos que tiene la escritura, no las películas. Si diriges una película, te vas a centrar en lo visual y sonoro. Si pintas un cuadro, puedes usar el difuminado o el uso de posturas inestables para mostrar movimiento. Pero éste es un taller de escritura, y te recuerdo que la escritura juega con los cinco sentidos y la mente de nuestro protagonista. ¿Se ha caído al suelo embarrado? ¿Cómo se siente ese barro en los dedos y la rodilla? ¿A qué le sabe? ¿Puede oler con una nariz taponada por sangre seca? ¿El aire frío se cuela bajo su armadura y el sudor se hiela en su espalda? ¿Y cómo aúlla el viento en los estandartes de guerra? El protagonista no puede ver a su enemigo, ¿pero escucha agitarse su armadura, y sus pies golpeando el barro y esparciendo gotas en su mano?
Por no mencionar el huracán que debe de haber en su mente, cuando se está enfrentando a la general invasora que asesinó a su familia, al demonio que ha convertido su vida en un infierno, que le hace temblar, y por éso está perdiendo.
La escritura es fascinante, y nos puede hacer sentir un montón de cosas, también en las escenas de acción. Lo único que necesitas es que el lector entienda de forma clara lo que está pasando y las cosas que hay en juego. En una partida de ajedrez, es tan importante, o más, lo que piensan los dos contrincantes que lo que sucede en el tablero. Normalmente narraremos como uno de los dos que juegan, y el lector es muy probable que quiera que ganemos, pero el oponente no se lo va a poner fácil. No sólo está la partida en juego: hay cinco sentidos y una mente conflictuada con nosotros.
Al final, todo el taller podría resumirse en que la buena escena de acción es la que hace sentir al lector que está allí mismo. Plantea bien la escena para que mueva la historia y sea coherente. Narra los elementos útiles para que el lector se haga la idea del resto. Utiliza todos tus sentidos.
Espero que este taller te haya servido de ayuda. Un besi de fresi, ¡hasta la próxima!
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