Película: Dune.

Hay una regla no escrita en el cine que dice que todos sus elementos (luz, música, etc.) deben ser buenos por separado, pero sutiles en conjunto. Es como una orquesta, y cada elemento es un instrumento. Habrá veces que uno tenga un solo o destaque más, pero en general, cada instrumento juega su papel, y éso significa que también hay que tocar bajito a veces, porque el momento lo requiere o porque otros compis deben destacar. Lo importante es mantener al espectador dentro de la historia.

Denis Villeneuve, el director, se propuso crear una película de escala épica, una nueva Ben-Hur, una nueva Cleopatra, devolvernos esa sensación de estar viendo algo espectacular que los efectos por ordenador nos quitaron, porque sabemos que es mentira. Pero claro, si se tienen que usar sí o sí efectos por ordenador, ¿cómo lo hacemos? Villeneuve, que el cabrón tiene mucho talento, tuvo una buena idea: hacer que todos los instrumentos de la orquesta de esta película destaquen continuamente por separado. Los planos son espectaculares y abarcan mucha extensión, y de ahí pasamos a primerísimos primeros planos cuando los personajes expresan sus sentimientos. La música es estridente y enigmática, y el sonido... joder con el sonido. Lo mejor de la película. Salí del cine con dolor de cabeza y todo. ¿Los gusanos de arena? Espectaculares y místicos.

La historia también es bastante autoconsciente de que está contando algo muy épico, aunque en realidad es todo apariencia, porque es un teatrillo insultantemente simple, barnizado de palabrejas raras que nos pierden adrede, para que digamos

"¡Oh, uau, qué mundo tan diferente al nuestro!".

Basura. Las historias están hechas para evadirnos, pero si no entiendo nada durante los 20 primeros minutos de la película, estoy de todo menos evadido, me estoy haciendo preguntas. Es doblemente insultante cuando los buenos son muy buenos y los malos son muy malos, joder, si va a ser una historia tan simple, con unas primeras frases que son literalmente como los cartelitos de inicio de Star Wars, que imiten a Star Wars y punto, que al menos esa peli se deja entender. En lugar de éso, quisieron imitar al libro, y lo siento, frikis, pero éso no es bueno. Ni un libro es lo mismo que una peli, ni me parece que la fantasía sea un buen género para adaptar fielmente, porque casi todo lo escrito en fantasía es malillo. Decir palabrejas raras no te hace un buen escritor de fantasía, todo lo contrario. Sabía que Dune, escrito por Frank Herbert, sería mediocre, y si la peli es fiel al libro, no me equivocaba.

Otro tema es el de las visiones, que, aunque en el segundo acto me estaba ayudando a entender lo que pasaba, en el tercero me dejaron con el culo torcido. Ni entiendo qué son, ni entiendo si se deben cumplir o no, y no entiendo tampoco por qué el protagonista logra salvar su vida gracias a consejos del futuro... de un futuro que no va a ocurrir. Si elimináramos las visiones, nos ahorraríamos media hora de metraje que nos hace falta para avanzar un poco la historia, porque ésa es otra. Se queda a medias.

No hay final, no hay clímax. Villeneuve puso "Primera parte" y se lo tomó de forma literal, hasta el punto de cortar la peli a mitad del libro, en el punto más meh posible. Éso no funciona así. Si vas a dividir una historia en dos mitades, cosa que entiendo, debes otorgar a cada una un tema, de forma que la primera, aunque obviamente muchas cosas de la historia se queden a medias, tenga su propia autoconclusión, su propio mini-final. De ésta, ni siquiera sé su tema. Y me da igual que a los lectores del libro les flipe que la peli sea fiel, porque esa actitud de reverenciar pelis iguales a libros sugiere que las pelis son un medio superior y más disfrutable, en lugar de entender que son distintos y cada historia se cuenta diferente en cada medio. Que una peli sea igual a un libro siempre es terrible, y aquí tenemos la prueba.

Entonces, ¿cómo queda la cosa? Tenemos dos horas y media de epicidad que sí o sí debe verse en el cine, aunque sea por el sonido, una maravilla cinematográfica que recrea la magnificencia de las superproducciones de antes con los medios de hoy, una mamá llorona que es una lacra para nuestro protagonista invencible-y-todo-bien, y una historia de la que no entenderás nada ni los 20 primeros minutos, ni los 15 últimos. Allá tú lo que cocines con los ingredientes que te doy. Entiendo los elogios que se le han dado, pero creo que es momento de relajar la paja y entender que algo tan épico, tan estúpidamente simple y tan incomprensible al mismo tiempo no es una maravilla, sino una novela de fantasía del s. XX. Y es tan densa que me va a cansar que flipas ver 5 más. Un besi de fresi.