Videojuego: Hades (Switch).


En la mitología griega, el rey Sísifo debía cumplir un castigo eterno en el Inframundo: empujar una roca colina arriba, con lo que eso cuesta, para que, una vez la roca llegara al final del todo y su castigo terminara, bajara rodando hasta la base. Y lo intentaba, una y otra vez, pero la roca nunca se quedaría en la cima, y su castigo sería eterno. Zagreo, el hijo de Hades y príncipe del Inframundo, no está de acuerdo con su padre, y, al contrario que Sísifo, desea escapar de la rutina repetitiva del Reino de los Muertos.

Supergiant Games es una desarrolladora con bastante buena fama. Tienen varias políticas anti-explotación y, dado que son una empresa mediana con cierto renombre y ambición, pero al mismo tiempo se conocen todos desde hace años, pueden permitirse hacer títulos grandes y conocidos sin perder ese trato humano, psicológicamente sano, sin la psicopatía de la obsesión por los beneficios y las acciones en bolsa.


Hacía tiempo que quería darle un lametón a este juego, y ahora que he invertido más de 80 horas a día de hoy (seguirá subiendo), puedo asegurar que esa filosofía de ir con calma y respetar los días de descanso se nota en el producto final. Al contrario que en la época oscura de Ubisoft, cuando todos los juegos eran mundos abiertos con un mapa lleno de puntos a los que ir pero todos igual de genéricos, aquí no hay mundos abiertos ni contenido que te mantenga entretenido las 50 horas reglamentarias y hale, a correr. Lo que encuentro es una idea clara, concisa, consistente en hacer lo mismo todo el rato, pero, al contrario que Ubisoft, cada partida igual es, al mismo tiempo, radicalmente diferente, y eso engancha muchísimo.


Para que comprendas bien el sistema, debo hablarte de los videojuegos rogue. Son títulos con una historia corta y generalmente difícil, en la que, si mueres en cualquier punto, tienes que empezar desde el principio. Cada vez que lo intentes, las salas en las que entres serán diferentes y con recompensas aleatorias, por lo que, con una parte de suerte y otra de tomar decisiones, puedes plantarte bien mamadísimo frente al jefe final, o puedes haber muerto a mitad de camino entre terribles sufrimientos.

No obstante, hay ayudas. Entre intento e intento hay monedas que no desaparecen, y te sirven para mejorarte a ti mismo, por lo que, cada vez que mueres, sube un pelín el porcentaje de éxito que tendrás para la próxima vez. También hay un "modo dios", que reduce mucho la dificultad si sólo te interesa la historia.

Los personajes reaccionan a lo que te ha pasado, a lo que tengas equipado...

Pero vamos a lo importante, ¿es aburrido hacer el mismo camino una y otra vez hasta que te lo pasas? No sólo pasárselo, sino que para pasarte realmente el juego has de vencer al jefe final 10 veces. ¿Aburre, eh? ¡Pues no! Quizá sea lo más mágico de Hades, que, al ubicarse en el Inframundo, la muerte no es definitiva, por lo que no vuelves al punto de partida como si nada hubiera pasado.

Eso significa que, cuando mueres, no sólo puedes mejorarte a ti mismo, sino fortalecer las relaciones que tienes con el resto de personajes. El juego cuenta con que lo vas a intentar muchas veces, y tiene diálogos y tramas para que estés entretenido un buen rato. ¡Los diálogos, Juan, los diálogos! Todos están doblados al inglés con textos en castellano, ¡y he necesitado jugarlo 80 horas para encontrarme alguna línea de diálogo repetida! ¡Es exagerado! Siempre hay algo nuevo que hablar, un nuevo recado secundario dentro del Inframundo, y la historia no sólo está integrada a la perfección con el género, eliminando toda la frustración de la muerte, sino que además es buena, adaptando un conflicto mitológico (que ya hemos visto en los vídeos de Destripando la Historia) de una forma más amable y cercana. Es muy satisfactoria. Joder, si hasta los jefes de zona, que vas a ver muchas veces, tienen su propio arco conforme te enfrentas a ellos una y otra vez. A uno le pones un mote al enésimo intento, y el mote se queda para siempre desde entonces.


No sería todo tan agradable si el diseño de arte fuera mediocre. Hades es bonito de ver y cada personaje tiene varias ilustraciones con estilo limpio. Las zonas del Inframundo son diferentes, cada una agradable a su manera.

También ayuda tener un buen diseño de sonido, pero la música no me parece tan bestial. Las canciones cantadas son un puntazo, pero la música ambiental, sobre todo en los momentos de pelea, se me hace algo cansina. Una pena, porque el sonido es fundamental a la hora de jugarlo, aunque esto es sólo mi opinión y creo que soy el único que piensa así.


La historia hace que "fracasar" deje de ser frustrante, pero lo que de verdad hace que te vicies, como si el propio Hades te hubiera castigado a ello, es la jugabilidad. Verás, en tu huida del Inframundo puedes utilizar 6 armas muy diferentes entre sí, cada una tiene 4 aspectos que cambian su forma de jugarla, y luego, dentro del Inframundo, obtienes bendiciones de los dioses del Olimpo y modificaciones funcionales a tus armas que todavía cambian más su forma de jugarlas, sumado a las habilidades personales que hayas decidido utilizar, por lo que... sí. Es posible hacer 80 intentos y que ninguno se haya parecido a los demás, sobre todo si te animas a probar cosas nuevas, cosa que recomiendo.

No te agobies. Es mucho, pero no abruma, porque todos estos añadidos aparecen poco a poco. El espejo, el lugar donde te mejoras a ti mismo, podría tener un menú más currado, pero el resto es bastante simple. Y, cuando juegas, las hordas de enemigos se ven con claridad gracias a la perspectiva isométrica con la que tanto trabaja Supergiant Games.


Desde que empecé a jugar, me está resultando difícil ir a dormir, ducharme, y ya ni te cuento salir a la calle. Como lo tengo en Switch, que tiene una resolución inferior pero puedo llevármela para ir a cagar, este juego está siendo mi propio Inframundo, y ahora lo chungo va a ser escapar de él y dejarlo. Se nota el detalle y el mimo, cuando, hagamos la combinación de habilidades que hagamos, todas funcionan juntas, todas tienen su propia animación de sinergia, todo funciona, pruebes lo que pruebes. Un título sin pasión no pondría tanta atención a cada detalle. Cuando vuelves a tu casa después de morir, además de mejorar tu relación con la gente de allí, puedes mejorar tu casa, cosas que pueden ser útiles o pijadas, igual que harías con la tuya cuando volvieras después de una dura jornada de trabajo.

Y eso me hace pensar. Zagreo quería escapar de la rutina, pero haciendo eso se metió en otra, en la de intentar escapar y morir, e intentar, y morir... igual que Sísifo arrastra la roca continuamente. Y, después de 80 horas, sigo divirtiéndome con este juego. Pese a la repetición, encuentro cosas nuevas, y eso me alegra. Igual que Zagreo, que, dentro de su propio autocastigo de sufrimiento, encuentra un nuevo propósito. Como nosotros al vivir, al trabajar, al estar con nuestros amigos. ¡Un besi de fresi!

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