"Sin ti no soy nada".
Pero bueno, ¿qué tal ha ido? Yo he vivido una montaña rusa de emociones que me ha tenido absorbido, ¿y tú? Después de un buen tiempo apartadito de la escrituración, era hora de afrontar-abordar-señalar-sacar a relucir un tema en el que llevo pensando durante meses. Es lo típico que estás to tirao jugando una partida al Candy Crush Multisugar Ultra-rush Chocolate Bonus y escuchas la tele de fondo, en ese momento de la peli tan emotivo en el que el chico hace parar un aeropuerto entero para hacer salir a la chica que le gusta y arrodillarse delante de todos mientras dice "Cárolain, me he portado como un capullo, ¿pero querrías casarte conmigo? Ahora he entendido que sin ti no soy nada". Ay, pero qué tierno, ¿verdad? Pues no, se acaban de conocer, qué coño están haciendo. Este asunto me da repelús y, aunque ya sé que medio mundo opina como yo, no está de más volver a hablar sobre una de las redflags más extendidas y aplaudidas de los años 90s y que todavía sigue viéndose hoy.