Película: Avatar: El sentido del agua.

¡Hola, caracola! ¿Qué tal, Pascual? Espero que hayas ido a ver la peli del momento y estés meneando el esqueleto de emoción. ¿La has visto? Querrás saber mi opinión al respecto, pero qué dices, ¿que no la has visto? ¡Querrás saber mi opinión al respecto! Como no somos ingleses no puedo hacer un chiste sobre que ai am so blu abaut esta película, y por no poder, tampoco puedo hacer una reseña normal. Te explico.

Avatar no es... cómo decirlo, no es la típica película que te pones de fondo mientras haces la cena ni tampoco es sesuda como para disfrutar de sus planos y sus reflexiones. Va totalmente a parte. Quien la ve en su casa, suele ser para ver colorinchis bonitos en la pantalla, es decir, lo que quieres es ver Pandora, pero Avatar no es para ver en casa, ¿sabes? Es para ver en el cine. No porque si no la ves te comas el espóiler, porque de hecho esta reseña es sin espóilers, pero tampoco es que pudiera hacer ninguno. Vas al cine por el artificio. No es una peli como servicio, ni como historia, ni como trabajo autoral, es un espectáculo. Es lo más parecido a ver el musical de El Rey León o ver al Circo del Sol, pero siendo una película. Se ha rodado de una manera muy rebuscada, con un equipo muy puntero, y aunque obviamente rebosa efectos digitales por todos lados, todo lo que se ha podido hacer con efectos prácticos, se ha hecho. ¡Ah!, y han dado a los artistas de efectos digitales todo el tiempo que han necesitado. El resultado es que se ve como dios, con un 3D como dios, y unos efectos especiales de cagarse. No vas a ver una peli, vas a ponerte las gafas y flipar.

Y como Avatar 2 el azulretorno va a lo que va, el resto de cosas (todas) bastan con que sean pasables y no molesten. La historia es normalita, con la misma estructura que la primera, y cuando digo la misma, joder, digo la misma, pero tampoco hay nada que pueda criticar al respecto, es simple y es funcional. Se nota que la primera va por un lado y ésta y las próximas van a ir en un pack distinto, porque sirve como re-introducción al mundo, y las cosas que hay en juego también rebajan el nivel, para que vuelvan a crecer en las siguientes. Respecto a la dirección, no tiene ninguna movida artística, pero tampoco la siento en piloto automático. Lo mismo digo de la iluminación.

¿Todo muy normalito? Pues sí, pero hay un PERO, así, bien gordo como mi tranca. Y ese PERO me lo guardo, porque es una mickey-herramienta que usaremos más adelante. Que no se te olvide.

Vamos con la guapa del baile, ¿sí? Es alta, es rubia y es despampanante, tiene clase y sólo vive en Madrid: hablo del 3D HFR. El 3D viene porque es 3D, si no sabes qué es, estudia, y el HFR viene del inglés high frame ratio, que significa ey radio flama. Las películas las vemos a 24 imágenes por segundo, y nuestro ojo capta unos 60, pero no se ve mal, porque nuestras 60 imágenes por segundo son analógicas, vamos, que cuando hay movimiento, el cerebro mete un borrón en la mitad de imágenes y se queda tan a gusto. Vale, pues esta película está rodada a 48, y que yo sepa, sólo la podrás ver a 48 en Madrid, en el Kinépolis de Ciudad de la Imagen, croquetamente en la sala 17. ¿Mucho número? Bueno, no te masturbes demasiado con ellos, no tengo claro que me encantara la experiencia.

Como digo, vemos guay las pelis a 24 fotogramas por segundo porque nuestro cerebro rellena los huecos, igual que en la vida real mete borrones. Sin embargo, al meter 48 (y Dios sabe que se notan, joder si se notan) deja de parecer una película para parecer un videojuego, porque además es todo digital. Dicen que con el 3D, como tenemos más información que procesar, el 48 pasa a ser el realismo, pero no es cierto, vi el HFR con las gafas puestas y parecía que estaba viendo una cinemática de un videojuego de Play 6... con dos pares de gafas. Y es una pena, porque los efectos especiales de esta peli son perfectos, y me jode dejar de verlo realista. No es que sea una experiencia hiperrealista, como me dijo una compi del curro, sino que hace que sólo me parezca real lo que estoy viendo en las escenas calmadas, que sí están a 24 fotogramas, y el resto me parezcan casi animación.

Esto no es poca cosa. Puede que con el avance de las tecnologías, muchos quieran rodar ahora a 48 fotogramas igual que ahora se rueda en resolución 4K como si nada, pero... ¿es realmente el futuro del cine? La primera Avatar también puso de moda el 3D pero pronto se vio que, si no ruedas desde el principio en 3D, suele verse como la mierda. Además, a mí el 3D me ralla mucho, igual que el HFR, porque mi cerebro sabe que en el fondo estoy viendo una pantalla, no le cuadra que tenga nada a un palmo si puedo ver de reojo los bordes de la pantalla a tomar por culo de lejos.

Resumiendo, el 3D no me convence, incluso siendo nativo, y el HFR me ralla que flipas y, aunque no me voy a cerrar como un pollavieja y me falte verla con HFR sin el 3D, así de primeras no lo considero el futuro del filmin. Sin embargo, hay un PERO gigante aquí también, ¿te acuerdas del PERO anterior? Pues es el mismo. Resulta que en las sombras, había otra guapa del baile. Una guapa del baile que dejaría a la guapa del baile como a Lindsay Lohan después de operarse. La villana final del anime, sólo que es guapa, y por eso no es villana, sino que quieres metértela por el culo.

Hablo del agua.

Prefiero no meterte las imágenes más chulas para que las veas en el cine.

Lo de El sentido del agua iba totalmente en serio. ¿La dirección y la iluminación eran normalitas? Adiós a eso, mientras que un personaje tenga medio cuello metido en el agua, de pronto la dirección es la polla y la iluminación es tu madre, es decir, se encantan. ¿Que había dicho que el 3D me estaba dando dolor de cabeza y el HFR me hacía verlo como la Play 6? Bueno, a veces lo seguía viendo como Play 6, pero la mayoría del tiempo era la hostia, y el 3D funcionaba perfecto. Mi hermana se la pasó llorando media peli, pero el único momento en el que casi me pongo a llorar yo fue cuando uno de los personajes da un paseo con una ballena. No pasó nada. Pero es que era muy bonito. Y entonces, el sentido del agua es lo que da sentido a toda la película. Se notó muchísimo que se rodó en agua real, agradezco que se tomaran tantas molestias, porque a diferencia de una peli Marvel, que se ve como el puto horto, aquí es todo lo contrario. Qué bien, qué bonito, qué espectáculo. QUÉ COLORESSSSSS.

Un par de notas antes de despedirme. No he leído otras reseñas, la verdad, no sé cuáles son los puntos más criticados, pero si es sobre la historia, no les hagas ni puto caso, porque creo que no lo han enfocado bien. Durante la segunda hora no pasa prácticamente nada, es sólo conocer el mundo del agua, y es la hora donde yo mejor me lo pasé. No necesitaba pasar nada relevante, ni tiene que estar todo bien explicado, ni las evoluciones de los personajes megatrabajadas. Joder, si hasta hay un momento gris en el que los malos no son tan malos que ni me lo esperaba. No les hagas ni caso. Nadie va a ver El Rey León o al Circo del Sol por la trama.

Por último, una advertencia a los talasofóbicos, los que tengan miedo a las aguas profundas. Hay una escena que es así, y otra en la que hay agobios porque los personajes se ahogan. Si estáis dispuestos a apretar el culo 15 minutos, bien, si no, ya sabéis. Cuidao. En fin, yo me marcho ya. Tener tanto curro tiene la ventaja de que al menos puedo masticar las reseñas en la cabeza antes de vomitártelas en la cara. ¿Has ido a verla? ¿Alguna opinión? Déjamela sin espóilers en los comentarios, o con espóilers por twitter. Venga, a chupar vagina aguada. ¡Besis de fresi y hasta la vista, artista!