PI RA TE RÍ A.
Bueno, el ensayo de hoy es largo, pero es sobre un tema tan importante que había que hacerlo todavía más infumable con una introducción que no tiene nada que ver, de estas que te dejan descolocado, pero que al final voy hilando los puntos y acaba teniendo todo el sentido. Es sobre Ronald Reagan, sí, el presidente ese de EEUU. Uno de sus pilares principales durante su mandato fue su cruzada contra las drogas, como la marihuana o la cocaína. No es que las ilegalizara, ya eran ilegales, sino que vio cómo los jóvenes se metían esas drogas hasta olvidar su miserable vida o matarse, y los ricachones como él, en lugar de hacer autocrítica como país para averiguar por qué desde tan jóvenes necesitaban joder sus vidas, pensó que todo estaba perfecto y la culpa era de las propias drogas, de las drogas y de los jóvenes debiluchos que no soportaban su satánica tentación.
Esa campaña anti-droga, más allá de ser un gasto público curioso, no frenó su consumo de manera concluyente. Con el tiempo se ha ido consumiendo menos, pero igual que ha pasado en España, y es más razonable pensar que se debe a que con el tiempo hemos conocido mejor sus efectos y nos hemos educado mejor sobre sus consecuencias. Desde luego, es más razonable que demonizar y mitificar la figura de "las drogas", generando una sensación de miedo en el niño que, cuando fuera adolescente y sus amigachos le dijeran que las drogas no están tan mal, se daría cuenta de que asies enefecto no eran para tanto, se sentiría engañado y probablemente su consumo se disparase, porque ni el drogo sería ese monstruo que le han vendido, ni a él le habrían educado bien sobre sus efectos reales.
Por otro lado completamente diferente, tenemos a Carli, un chico apuesto, guapísimo y humilde (yo), que allá por los 2010s pirateó como un guarro en todos los aspectos del arte que te imagines. Hay gente que dice que se usa la pobreza como excusa para piratear, claramente gente con pasta, porque yo no tenía un duro y quería jugar a juegos. No había tenido consola en la vida más allá de 2 portátiles de Nintendo, y por fin me compraron un ordenador decente para afrontar la universidad. ¿Lo primero que hice? Pirateé el Skyrim.
Ése fue el primero. Mass Effect, Assassin's Creed II, World of Warcraft, Dishonored, Civilization V, esos fueron sólo algunos de todos los juegos que probé. Cualquiera hubiera podido decir que estaba robando a las compañías, pero años después, con mi primer sueldo, fui a Steam y compré todos los juegos que me gustaron de los que pirateé, de los cuales varios no tenía pensado rejugarlos, pero compré por agradecimiento. Incluso pagué el WoW. Y si no los hubiese descargado porque "total, es gratis", me hubiese perdido muchos de ellos.
No estoy en contra de la piratería y voy a explicar por qué se la demoniza y por qué no es para tanto, es más, voy a explicarte por qué tú tampoco tienes por qué estar contra ella. Ojo, que no he dicho que la apoyes, sólo que no la consideres algo negativo. Empezando por lo más básico: la piratería no es un robo, sino la clonación de un juego, como si un tío con miles de amigos fuera rulándolo. Definitivamente no es legal, pero tampoco es ilegal, porque la violación que se produce sólo tiene que ver con los derechos de dicha obra, es decir, que nadie va a ir a por nosotros por jugar pirata y la única vulneración la han hecho los que han clonado con las empresas que han hecho el juego.
Y bueno, los desarrolladores a lo mejor no van a ir puerta por puerta detrás de los piratas, pero sí han puesto barreras para impedir que sus juegos se pirateen que... ¿sólo han jodido a los que compran el juego? Un momento, ¿qué?
Este artículo no habría existido sin los vídeos de BaityBait y Lextorias, por aportarme datos que me han inspirado a redactar una opinión más profunda y robusta que un caso personal que no tiene por qué cumplirse con todo el mundo. Así que coge tu capa de torero si estás en España, tu pistola si estás en EEUU o tu billete de huida si estás en sudamérica, y démosle durito y jugosón a esos carcas que dicen que la piratería es mala porque se lo han dicho sus padres, mientras les sacamos el asta de bandera del culo.
Los casos en la música, el cine y la literatura.
Vamos a ser realistas: los principales ingresos en estas 3 industrias están en los conciertos, los cines y la venta de derechos a Netflix, respectivamente. Sí, obviamente la compra de discos, DVDs y libros da pasta, y de hecho hay películas que se la pegaron en el cine pero se han recuperado sólo por las ventas de DVDs, como El Club de la Lucha, pero normalmente el ingreso principal se llama principal por algo.
A la música y al cine la piratería pegó bien duro. Los MP3 de Artista Desconocido empezaron a rular en los aparatos prehistóricos de todos los adolescentes y todos empezaron a tener tonos de llamada variopintos que se pasaban por BlueTooth™. Fue una locura y de repente me empezaron a llegar las colecciones que mis amigos habían obtenido de otros amigos, de grupos que jamás había oído hablar. Respecto al cine, más de lo mismo. Un amigo de mi padre me enseñó una funda con más de 100 DVDs piratas de pelis que había grabado en ellos. Ahora, cualquier pavo podía alquilar una peli en un videoclub y tenerla en su casa para siempre. ¿Qué coño? ¡Los videoclubs cerraron!
La piratería hizo que miles millones de personas escucharan cuando quisieran canciones por las que no habían pagado un duro, y yo, que era un jovencito sin mucha cultura fílmica, descubrí después de ver 300 que el rollo me gustaba y empecé a piratear una ristra interminable de películas que me ha acabado llevando a estudiar crítica de cine y ha hecho que este blog sea lo que es. Sí, me he ahorrado mucho dinero adquiriendo una cultura por la que no he pagado, pero teniendo en cuenta que no empecé a poder pagarme caprichos hasta 2018, sabes de sobra que no habría visto ni un sexto del total y que haber pagado por ese sexto me hubiera hecho todavía más pobre de lo que soy. Pero gracias a esas pelis piratas que despertaron el crítico que llevo dentro, he ido recurrentemente al cine desde entonces y pago una entrada siempre que considero que una película vale la pena verla en el cine, sobre todo cuando considero que necesita mi chiqui-empujón.
Lo mismo para la música. ¿Sería quien soy ahora si un amigo no me hubiese dado la copia pirata del Black Album de Metallica, el que sería mi despertar musical? Rock, metal, rap, y luego jazz, blues, electrónica. Hasta entonces mis padres sólo me habían comprado música clásica, pop y disco, porque querían ir a lo seguro, y eso era lo seguro porque no había probado otra cosa. Nadie quiere pagar 20 pavos para tener el disco cogiendo polvo.
La cosa es que las dos industrias cambiaron, no porque la piratería les estuviese quitando dinero (nunca se ha notado un bajón debido a ella), sino porque la piratería era un síntoma de la nueva era de internet, y era por internet por el que debían afrontar el cambio. Ahora, podemos escuchar todo cuanto queramos en estrímin por el precio de un par de anuncios (si no los bloqueas, guiño guiño), y podemos ver bastantes películas en casa por el precio anual de 6 entradas de cine. Todo oficial, todo legal.
No he incluido a los libros en esta epopeya porque nunca han sufrido demasiada piratería, y aún así, la industria del libro se ha modernizado y ofrece bastantes audiolibros y libros digitales por el precio de 6 libros al año. Pero tampoco es tan exagerado porque entre los lectores todavía persiste la cultura de que si un libro gusta, hay que comprarlo en físico, y ya que hablamos de comprar en físico, eso sigue pasando. Los fans de un grupo o un director han seguido comprando sus discos y películas, y las ventas no se han reducido por la piratería, al contrario, ésta ha resultado ser un escaparate en el que publicitarse y por el que muchos han descubierto a autores que, de otra manera, no hubiesen querido probar. La música lo ha entendido y lo ha adaptado a la perfección, los libros no lo han notado apenas, y a las pelis les pica un poco, pero lo entienden. Pero hay una industria que he dejado fuera por algo. Dejáme hablarte sobre...
La industria reaganista de videojuegos contra la piratería.
Te contaré un secreto: la gente está más dispuesta a pagar 10€ por dos horas de película mala que pagar 50€ por cincuenta horas reguleras de videojuego. El comprador medio de videojuegos se guía bastante por el jaip de los títulos más esperados, pero estos títulos también son los más pirateados. Esas empresas grandes, que suelen cotizar en bolsa y quieren cada céntimo que les corresponde, han utilizado a lo largo de su historia un montón de prácticas antipiratería.
No sé, desde obligarte a comprar de nuevo el juego si cambias de PC hasta implantar programas que lastran el rendimiento, pasando por que te obliguen a tener conexión a internet constante aunque sea un juego para sólo un jugador, o que la cámara de la Xbox One esté continuamente encendida para detectar que estás sólo y cobrarte si hay más personas jugando en la misma habitación, o, por qué no, instalarte virus que te hackean el ordenador para controlar que no estás jugando pirata. Sí, sí. Medidas perfectamente legales y que impiden que hagas travesuras, bribón.
Probablemente, lo que más te haya llamado la atención sea el virus que te monitorea el PC, pero, para mí, lo más relevante está en lo más pequeño, en el hecho de que muchas empresas, Electronic Arts la que más, tomen medidas para que no compartas el juego con tus amigos. Para ellos, un juego prestado es una venta perdida, y, técnicamente, prestar un juego es piratería, ya que tu juego está usándose en otra casa para que tu colega lo juegue gratis. Para esas empresas, no hablamos de cultura ni de experiencia de usuario, sólo venta, sólo dinero. Así que, como los títulos de estas empresas son los más pirateados, ponen las mayores trabas. Si el usuario debe comprar otro juego por cambiar de PC porque su clave estaba vinculada al anterior, y manda tanto al juego como a la empresa a la mierda, a ellos eso les da igual. Sólo dinero, sólo hoy.
Y de todas las trabas, la más famosa actualmente es Denuvo. ¿Sabías que los juegos que utilizan Denuvo para que no los piratees funcionan mucho peor? Parece ser que monitorear tus archivos en tiempo real consume muchos recursos y la experiencia a veces es casi injugable. Normalmente, que un juego utilice Denuvo hace que se tarden unos 20 días en piratearlo. ¿Y sabías que el juego pirateado va muchísimo, muchísimo mejor, porque ya no utiliza ese programa? Cómo será, que las desarrolladoras retiran Denuvo cuando el juego es pirateado, para que sea también jugable para los que han pagado.
Has leído bien. ¡Los que pagan el juego arden en deseos de que lo pirateen para poder jugarlo como es debido! ¡Es de putos locos! Contraproducente como poco.
El consenso general es que la culpa la tiene el usuario. Es decir, si la gente no fuera comunista, no haría falta poner Denuvo ni esas mierdas que te espían el PC. Como si la industria de la música, en vez de moverse a Youtube y Spotify, hubiese puesto una membrana a sus discos que distorsionara el sonido a cambio de no que no pudieran piratearse. Culpan a la gente por poder descargar en internet en lugar de encontrar su justa monetización dentro del nuevo modelo. En los videojuegos no había nuevos modelos, hasta que alguien entendió la realidad.
Siendo yo un gran fan del formato físico, compro en Steam de forma recurrente por todo lo dicho antes y porque hay bastantes ofertas. También juego en Epic Games, porque cada semana regala al menos un juego y, ya que estamos, sus cupones son jugosos. Con tanto juego gratuito, tantos fri tu plei multijugador y tantas demos, cada vez piratear tiene menos sentido. Y esto se ha conseguido actualizando el modelo de negocio, no por ese estúpido anuncio anti-piratería en televisión o el discurso agorero de la mujer de Reagan en contra de las drogas. Los fri tu plei funcionan, por ejemplo, porque el 80% de la gente que lo juega "porque es gratis" mantiene vivo el juego y las colas de espera rápidas para los que sí pagan.
Estudios científicos, preservación e indies.
Antes de ofrecer una conclusión, me gustaría aportar una serie de datos y perfilar dónde creo que la piratería es inequívocamente nociva o totalmente positiva, porque hemos visto cómo se ha combatido en otros medios, pero realmente no queda claro siquiera si es algo negativo. No, hablo en serio. De forma oficial no está claro que sea mala, y lo han intentado probar muchas veces.
Los estudios científicos tienen varios problemas. ¿Qué muestras de población coges, si ni siquiera podemos obtener estadísticas fiables sobre cuánto ha sido pirateado, ni dónde? Podríamos utilizar las cifras anuales que sí sabemos y contrastarlas con las ventas vendidas año por año, pero habría que tener en cuenta el crecimiento de la industria y contextos más grandes como las guerras, las crisis económicas, la pandemia, etc. Es difícil, pero todavía queda un problema superior: los estudios son financiados por alguien, y ese alguien suele querer un resultado en concreto, y cuando obtienen algo que no les gusta, entierran el estudio. Eso pasó con el de la Unión Europea, que, tras 300 páginas de estudio (que te descargarás directamente si pinchas el enlace), no pudo evidenciar que la piratería tuviese un impacto real en la economía del videojuego salvo con los títulos más grandes, y el estudio quedó en la oscuridad hasta que lo filtraron.
Vamos, que nada nos asegura que a nivel económico la piratería sea ni mala ni buena, sobre todo porque tampoco podemos medir si alguien juega pirata a un juego y luego lo compra si le gusta, o el poder de la publicidad gratuita que supone la ""muestra gratis"" y el boca a boca.
Pero, obviamente, la piratería resta dinero de copias suponiendo que todos los que lo prueban estuviesen dispuestos a pagarla, y hay casos en los que es imposible compensar esa copia perdida. Los estudios indies son pequeños, trabajan con juegos menos ambiciosos y tienen mucho en riesgo. Los creadores de Cuphead y No Man's Sky, por poner dos ejemplos, hipotecaron sus casas para sacar adelante su proyecto. La industria indie está en alza, tanto que lo que han ganado en notoriedad lo han ganado en competencia también, y toda copia cuenta. Para el precio reducido que supone, te sugiero que siempre les compres, ya que son los curritos que más se arriesgan, los pequeños.
Y también hay casos de piratería en la que es directamente buena, sin debate ni matices. ¿Que no? ¿Qué pasa con los juegos que sólo han sido publicados digitalmente y sólo estaban en bibliotecas digitales que a día de hoy han cerrado, como la de la Wii U? Aquí tienes una lista, nada corta, sobre los juegos que jamás podrás jugar, a no ser que la piratería los haya rescatado.
No voy a entrar mucho en este tema porque ya hay vídeos y artículos al respecto y no hay mucho que debatir. Las empresas, sobre todo las que sólo miran el dinero, no les importa la preservación, es decir, que no les importa el trabajo de esos desarrolladores ni que ese pedacito pequeño de cultura siga viva. Pero a nosotros sí, y un gran sector de los piratas (el bueno) entiende que la piratería no es un negocio, sino un acto de mantener la cultura viva y gratuita para todos, pero no por joder al artista, sino como medio alternativo. Cualquier verdadero bucanero te dirá que, si puedes, compres el original.
¡Aaarrrrr! Ha quedado un ensayo largo.
Todos los artistas necesitan remuneración por su trabajo porque nos han hecho un servicio y no comen del aire, pero el artista lo es por vocación y ha creado algo porque ha tenido esa necesidad. No hablo del desarrollador contratado (y posiblemente explotado) que hace lo que le dicen, pero a ver, estarás de acuerdo en que todos los artistas quieren ver su trabajo terminado y llegando a las manos de todo el mundo. El que crea, suele crear para compartir.
Y ni tú ni yo hemos nacido ayer. Por supuesto que hay gente que utiliza la piratería siempre para no pagar ni un duro, y es, de hecho, el sector que más pica, pero no debería picarnos. Esa gente hace eso porque, igual que los que aprecian una obra tienen la necesidad de tenerla físicamente, estos no aprecian el arte ni a los artistas, ni aprecian el impacto positivo que le dan a su vida. Si no existiera la piratería, no comprarían prácticamente nada nunca.
¿Pero cuántas personas, a cambio, van a descubrir un nuevo título favorito gracias a que pudieron probarlo gratis, o se lo dejó un amigo? El arte no es sólo crecimiento personal y blabla, es compartir y comentarlo, vivirlo juntos, como todos los grupos de música diferentes que tengo el placer de conocer gracias a varias bibliotecas de Artista desconocido que me pasaron los amigos.
Los tipos de corbata que entienden la piratería como una copia no vendida no entienden que puede convertirse en una copia sí vendida dentro de 1 año, porque no sienten el arte, sólo están ahí porque son buenos con los números y las acciones de bolsa. Mientras tanto, la piratería no ha cerrado ningún estudio, y títulos como Amnesia o Minecraft no serían lo que fueron si los chavales bigotudos no los hubiesen pirateado primero. Mira Baldur's Gate 3, juego de nicho que fue lanzado sin Denuvo y sus ventas han sido espectaculares porque han hecho un trabajo sobresaliente y la gente sabe que se lo merecen. Y fue lanzado sin Denuvo porque sus desarrolladores querían que quien comprara el juego, jugara sin problemas, a riesgo de que les piratearan. Eran artistas, apasionados, no gente que sólo mira los números. La gente lo notó, porque es igualmente apasionada, y lo han petado igualmente. Queda claro el punto, ¿verdad?
En fin, voy a terminar ya. La piratería es una herramienta como lo es una pistola, y ya sabemos que no es lo mismo que la pistola la tenga Er Richar del barrio de Los Pinos que el alumno estadounidense que le susurra a su único amigo que mañana no venga a clase. Sin embargo, de EEUU nos han llegado más ruidos contra los videojuegos y la piratería que contra las armas. Mirad a Reagan, un tipo rico que entendía poco sobre las personas; culpando a las drogas de todas las desgracias como viejo que grita a las nubes, gastándose millones en propaganda contra ellas. Culpando a los jóvenes por consumirlas y dando la turra a los que nunca pensaron hacerlo, en lugar de cambiar el sistema que provocaba toda esta situación.
De lo que Reagan no habló tanto en sus discursos es que tuvo un trato con Pablo Escobar para meter la coca en el país, en concreto a los barrios bajos negros, para destruirlos y así mostrar gráficamente lo mala que era. Combatir el mal le tenía tan ocupado que solía olvidarse de esa parte, pero supongo que, como no enfocó bien el problema, pensó que todo valía con tal de que pareciera que tenía razón. Un besi de fresi.
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