Serie: Andor, temporada 1.


¿Quién nos iba a decir, cuando El mandaloriano salvó Star Wars y se veía tan fresca y buena en sus dos primeras temporadas, que las series de la franquicia iban a acabar cayéndonos tan mal? No es tanto problema de Lucasfilm, la productora, como de Disney, su dominatrix latigona, que la obliga a producir contenido como si fueran churros, y digo contenido porque cuando haces algo por hacer, por mantener vivo tu puto servicio de pago, va a tener poquito de genuino. Vamos a tachar casillas: un malo con espada láser porque ahora TODO EL PUTO MUNDO TIENE ESPADA LÁSER, un girito predecible, un principio aceptable contra un final decepcionante, tramas de relleno, personajes LGTB, abuso de los efectos digitales, el cameíto de turno y la presencia de la puta Fuerza. No he visto casi nada de esas series, pero ¿a que he acertado bastante?

Olvídate de todo. Me recomendaron Andor y pasé del tema, la recomendaron mucho los críticos de YouTube a los que sigo, pero nada, que no iba a verla. Lo único que sabía de ella, a parte de que había sorprendido para bien, es que era un manifiesto antifascista... y claro, ya sabemos lo que ha pasado el último año. El auge del fascismo y la extrema derecha en occidente no es casualidad, y basta con pararse a mirar para ver que aquellos que nos aprietan están instrumentalizando la ansiedad de los más borregos para dirigirla contra su propia gente, en lugar de contra los que les están apretando, y el problema, que era predecible, es que la humanidad de media es borreguera, es estúpida a decir basta. Se nota en el clima político de España, cómo la derecha no hace más que deslegitimar y no proponer una mierda mientras el ambiente, incluso dentro de mi grupo de amigos, se está enrareciendo. Necesitaba en vena un manifiesto antifascista, así que le di una oportunidad. Esta es la reseña sin espóilers de Andor.

No hacían falta planos tan exquisitos, pero hay varios.

¿Qué, querías ver una serie de Star Wars para huir de la política? Como si la trilogía original de Star Wars no fuese en sí misma una guerra civil, o como si el Emperador no fuera un dictador. El arte es política porque, hasta donde tengo entendido, todavía es creado por humanos y el humano, en el momento en el que se junta con otro para cazar, ya está haciendo política.

Voy a contarte una historia. Érase una vez un país que invade a otro por motivos de religión. Lo ocupa, se expande por él y lo hace desaparecer, casi al completo y sin el beneplácito de ninguno de los países vecinos, que ven con recelo la conquista. ¿Pero el país invadido se extinguió del todo? ¡No! Un grupo rebelde todavía aguanta los embistes del opresor. ¿Y qué van a hacer? Obviamente, hacer la guerra, por recuperar lo que un día fue suyo y les arrebataron por la fuerza. Podrás pensar que estoy hablando de la Reconquista española desde Asturias, de las cruzadas, de la problemática invasión del Imperio Romano a Judea o de las historietas de Asterix, pero estaba hablando de Israel y Gaza. Cualquiera que piense que los palestinos son terroristas es porque ni conoce la historia de Israel, ni medita las versiones oficiales, porque entre la Reconquista y Palestina no hay diferencia y esto lo hemos vivido un millón de veces: el opresor y el oprimido, y cómo el oprimido, si no juega a la violencia, desaparece.


Realmente, las guerras convierten a todos en monstruos. Obviamente, las personas que luchan por la libertad están en el bando correcto, pero no se puede ser buena gente en un sistema que te lo impide. Algo que siempre le faltó a las películas originales de Star Wars era esa sensación de estar en una guerra, y la película Rogue One, aunque su historia no tiene sentido, consiguió esa atmósfera. Partiendo de aquí, Andor, que es una precuela de ésta, consigue una atmósfera muy similar y lo hace mejor en casi todo. Andor es buena. Así, sin darle más vueltas y yendo al grano, es buena porque tiene un apartado visual bueno, tiene una buena historia, una más que buena producción y una todavía mejor preproducción (que, en cristiano, significa que han planificado las cosas con antelación). Tiene buenos personajes con diálogos más que buenos, que hacen que les sintamos humanos, y están envueltos en situaciones que hasta ahora no habíamos visto.

Aunque hayan rodado en el Volume, una sala con pantallas que muestra el entorno digital en directo, es sorprendente la cantidad de escenarios físicos que hay, y cómo cambia la atmósfera de un sitio a otro, y, si te sirve de algo mi opinión, es con lo que yo más me quedo y me encantaría que te fijaras cuando la veas, si puedes. Pero oye, claro que tiene defectos, porque cuando digo que algo es bueno no estoy diciendo que sea extraordinario, sino que pudo haberse limitado a cumplir como el resto, pero le echó algo más de ganas. Me encanta cuando un personaje vuelve a casa en un planeta lejano y vemos que su vuelta a casa es casi igual a la que hubiésemos hecho tú o yo, no tenían por qué haberse tomado las molestias de reflejar eso, pero suma muchos puntos. O cuando meten al protagonista en una cárcel de trabajos forzados y, tras ver de qué va el tema, nos damos cuenta que, simple y llanamente, está trabajando.

"Bienvenido a EnglishGenericName, empresa líder en el sector."

Porque hay mucha crítica al capitalismo para aquellos que quieran mirar. No hablo del capitalismo tradicional en el que algunos memos todavía creen que vivimos, sino en este entorno competitivo/hostil en el que el peor se va a la calle y el mejor no asciende. Ese capitalismo en el que no se pueden tocar ciertos temas, como pasó con el anuncio de Nocilla y el Satisfyer, porque la gente deja de comprar la marca; donde todo es blanco, puro y deshumanizado. ¿Y sabes qué gobierno encaja a la perfección con un entorno en el que uno se autocensura por dinero? El fascismo, sólo que el fascismo no lo hace por dinero, pero qué más da, porque mientras el dinero llegue a la gente y la gente tenga para comer, ¿por qué iba a quejarse? ¿Qué mal te ha hecho a ti el fascismo, eh?

Y así nos arrebatan todo. Poco a poco, concesión a concesión. Nos conformamos, pasamos por el aro porque total, el que arriesga es el empresario, bro, y si te quejas irás a la fóquin calle, y aquí seguimos, un día más, números cada vez más altos para la ultraderecha, algo que era inevitable porque el propio sistema económico en el que vivimos la promociona. Y así aparece Andor, obviamente respondiendo a todo esto. Cada día que pasa vivimos en un mundo donde las grandes multinacionales mandan más, hasta el punto de que ahora lo raro es entrar a trabajar en una empresa que no sea una puta multicadena. ¿Qué vas a hacer? ¿Vas a arriesgarte y harás lo correcto, por el bien de tus hijos, aunque eso signifique perderte a ti? Es una pregunta pertinente hoy en día, planteada por un subproducto de un subproducto de una de las franquicias más millonarias, donde no hay espadas láser, no hay giros baratos, el final no es Dios pero es decente, hacen que todas las tramas importen, los únicos personajes LGTB debían serlo, no abusan de lo digital y por fin no aparece la puta Fuerza y se siente una guerra de a pie, precisamente lo mejor que hizo Rogue One.

¿Qué más da Al-Ándalus, Ucrania, Polonia en el 39 o Palestina? Al final, todo va de lo mismo: los oprimidos sufren, hasta que pegan un tiro en la cabeza a esos desgraciados fascistas. Un besi de fresi y tal.

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