Videojuego: Human Fall Flat (Switch).
¿Acaso hay algo más sexy que el bamboleo de caderas de ese hombre de pasados los 40, pasado de bebida y pasado de hora en un after? Estarás de acuerdo conmigo en que, cuando por fin decide separarse de la barra y empieza a caminar, sucede algo mágico, como si Campanilla hubiese ido por detrás a rociarle con polvos de hada y pudiera levitar... levitar al triple de gravedad de lo normal. ¿No es bella la vista? ¿No es genial vivir esa experiencia por nosotros mismos? ¡Este juego viene a saciar las fantasías perversas que tenemos!
¡JerónimoooooOOooOo!
A lo largo de los niveles temáticos que hay en el juego, nos vamos encontrando con diferentes puzles según avanzamos de la salida hasta la meta, y nuestras dos únicas herramientas son nuestras manos. Como lo oyes. Apretar el gatillo izquierdo sería coger (jalar) con la mano izquierda, y apretar el derecho lo mismo pero con la derecha. Donde mires con la cámara, allí agarrará el bicho, pero como no hay una mira para saber dónde estás apuntando, puede que quieras coger a tu compañero, que se está cayendo por un barranco, y en lugar de coger sus manos agónicas en el borde de la piedra, agarres el suelo y comiences a levantarlo, salvo que el suelo es el suelo y no se puede levantar, así que el resultado final sería un baile de tuerquin culo arriba y culo abajo mientras tus manos están junto a tus pies, y tu pobre amigo tratando de salvar su vida por cuenta propia, moviendo su cuerpo arriba y abajo pese a que sabe que eso solo sirve para que la vergüenza ajena no vaya toda para ti.
Si lo que se ha creado en tu cabeza es una imagen muy bizarra, es solo una de las muchas que te pueden suceder aquí. ¿'Human Fall Flat'? ¡Más bien 'Motrizmente Deficiente Fall Flat'! Y sí, puedes jugar con un amigo, en modo pantalla partida si solo hay un juego, u online si el otro también lo tiene. El hecho de que haya un amigo es lo que le da toda la gracia, porque cuando lo he jugado yo solo también me río, pero por dentro.
Pese a su simpleza, el título tiene muchas virtudes, como la fluidez (no he probado el online) o la dificultad, que sube poco a poco, y, en relación a esto, el mayor logro que ha conseguido es su diseño de niveles, que considero perfecto. Alguien que entra nuevo al juego siempre tendrá que pensar qué hacer, cosas básicas en el primer nivel, y cosas más complejas en los últimos, y el que ya se ha pasado todo y quiere rejugarlo, descubrirá caminos secretos y nuevas maneras de hacer las cosas que la primera vez no se le habían ocurrido. De hecho, quitando las múltiples risas con los colegas por la vergüenza hacia nosotros mismos, el título merece la pena solo por su rejugabilidad... Eso sí, si lo compras, debes saber qué estás comprando: un juego de puzzles relajado pero desquiciante, que marea un poco los primeros minutos y que ofrece unas 15-25 horas de juego sin contar la rejugabilidad. Y en Switch es portátil.
Como ya dije en mi reseña de 'Hellblade: Senua's Sacrifice', la atención que se le está dando hoy en día a los juegos independientes permite que hayan títulos de precio reducido, entre los 10 y los 30 euros, que sean más cortos que una superproducción, pero que sean muy buenos en un aspecto concreto, como puede ser la atmósfera de 'Hellblade' o lo extrañamente gracioso del título de hoy. No necesitas 60 euros para pasártelo bien con amigos, solo saber qué estás buscando. Yo quería esto, a mi familia y mis amigos les gustó, y hemos pasado juntos muy buenos momentos. Quiero decir... por favor, solo míranos.
—Oye, Perri, estás poniendo mis clases de yoga muy al límite para salvarte...
—¡Perri, por favor, que de verdad estoy muy a gusto enganchado en esta valla!
—¿Y tú te ves capaz de conducir esto, Carli?
—Pues claro que sí, Perri. ¿Qué podría salir mal?
—Así, ¿ves? Despacio y con buena letra.
—Oye, Carli, ¿eso que hay delante es un camino? Porque parece el vacío abisal.
*Carli se va silenciosamente*
De catapulteo con mis colegas [SALE MAL]
—Oye, Perri, ¿me colocarías el cable en el sitio?
—¿Te lo hago normal, o como si tuviera problemas mentales severos?
—Ni que fueras normal, Perri.
—También es verdad.
—Carli, se me ha metido la pierna pa dentro.
—¡¿Cómor?!
—Sí, mira, me pasa a veces.
—¡No se hable más! Yo te curo, chucho.
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