Serie: The Clone Wars. La temporada final.
Y esto lo digo porque cuando la compañía compró Lucasfilm y todo lo relacionado con Star Wars, empezaron a hacer un genocidio de empresas y proyectos que es para llevarse las manos a la cabeza. ¿Una de sus primeras víctimas? The Clone Wars, una serie que, sin dejar de ser para toda la familia, trata sin pudor temas sombríos como las víctimas colaterales, los intereses egoístas en medio de la guerra, la tortura o el asesinato de inocentes a sangre fría. Y, a diferencia de otras, ésta era mejor cada temporada que pasaba. Pero era demasiado violenta para los estándares limpios de Disney, por eso chapó, dejó sus historias aparcadas para crear un pastiche sin personalidad llamado Rebels, que, lejos de continuar las historias de los personajes exclusivos de la antigua serie, lo único que logra es simplificarlos. ¿Y ahora, después de 6 años en el dique seco, rectifican y rescatan la serie para una última temporada? ¿Con la personalidad original? Ojalá lo hicieran por convicción... pero bueno, si el dinero les dice que tengan personalidad, a quien debo aplaudir es a la gente, por demandar este contenido.
Que conste en acta que de las 6 primeras temporadas no he visto más que capítulos sueltos, pero conozco los hechos que ocurren, y tenía curiosidad por ver cómo Dave Filoni terminaba la historia que comenzó en 2008. No habrá espóilers. Voy a comentarte las luces y las sombras de uno de los finales más satisfactorios que he visto nunca. Sin haber visto otras temporadas no puedo servirte de guía para que veamos su evolución, pero al menos te puedo argumentar por qué he disfrutado.
La importancia de la animación.
Bo-Katan, The Clone Wars contra Rebels... ¿Quién perfila mejor a una guerrera? |
Hay muchos que consideran la animación como un medio de segunda, generalmente para niños, y menos mal que series como Bojack Horseman, Rick y Morty, y películas como Kubo y las Dos Cuerdas Mágicas han venido a romper ese estigma que, cuanto más se piensa, más estúpido se vuelve. La animación es un medio para narrar, no un género en sí mismo. ¡Me pregunto si en una hipotética película de Aladdín con actores reales, el genio podría ser tan carismático como el de Robin Williams! El límite de lo animado está en la imaginación del artista, y su puesta en escena nos dice más que lo que pueda estar pasando.
Allá donde Disney ablandó Rebels a la estupidez políticamente correcta, pocos ángulos en los rostros y todo muy limpio e iluminado, los personajes y entornos que Dave Filoni diseñó para The Clone Wars son carismáticos. Los de la séptima en concreto son técnicamente impresionantes, y el uso del color y las texturas es exquisito, sobre todo en el décimo capítulo, donde la luz es reina. Es un alivio ver que alguien que trata la animación con tanto respeto y que cada año que pasa aprende a dirigir mejor, empieza a tomarse licencias artísticas, como en una de las primeras escenas de acción, en plano secuencia, o los 5 minutos finales, una de las joyas de la temporada, porque logra decir un montón de cosas sin una sola palabra.
Es curioso cómo, precisamente, los momentos más impresionantes tienen que ver con la tensión y el drama de los personajes, y los más genéricos suelen ser las escenas de acción, que por momentos parecen obligadas en Star Wars.
Estructura en 12 capítulos.
Una de las cosas más criticadas de la temporada, y entiendo por dónde van los tiros, es haberse dividido en tres arcos diferentes de 4 capítulos. Bueno, miento, no es tanto haber hecho eso, sino por la calidad dispar de los arcos. Tenemos un primero que está bastante entretenido y nos muestra un escalón más en la evolución progresiva de Anakin hacia el Lado Oscuro, aunque bueno, nunca me pareció que su evolución fuera de golpe, ni la de él ni la de Daenerys. Es cierto que no hay mucho drama aquí, y que quizá el retorno de un antiguo personaje no compensaba el tiempo invertido, pero claramente fueron a atar cabos sueltos de la temporada anterior.
Sobre el segundo, debo decir una cosa a su favor: Star Wars tiene un lado muy estúpido e infantil. Que tres chavales y un oso se líen a tiros en una estación espacial llena de enemigos y vacía de coberturas, y sobrevivan como si nada, es algo bastante tonto. ¿Por qué los malos no aciertan nunca? ¿Si los protas son buenos, no se sienten mal por la gente que están matando? Sobre esta parte estúpida de las aventuras en la galaxia de Star Wars hay opiniones divididas, pero eso no quita que el segundo arco sea el peor de todos, presentando a estas alturas de la serie a personajes nada importantes, e incluso metiendo un capítulo de puro relleno. ¿No había otros secundarios que tuvieran sus actos a medias? Hubiera sido mucho más factible reducir este arco a un sólo capítulo para ponernos al día sobre las andanzas de Ahsoka Tano, protagonista por pleno derecho y la mayor contribución de la serie al universo expandido.
Pero bueno. Cuando llegas a los 4 últimos capítulos entiendes por qué quisieron continuar esta serie para darle un finiquito digno, y tengo que decir que estas dos horas finales son muy superiores a muchas películas de la franquicia, posiblemente el mejor contenido que han ofrecido las precuelas, y mejor incluso que El Retorno del Jedi. Usando el primer logo de Lucasfilm, LTD.
Un digno final, y por qué saber lo que va a pasar no importa.
El buen contenido se disfruta aunque se sepa el final, y cada producto se evalúa por separado. Esto es porque, aunque a algunos les va a parecer flipante lo que voy a decir, una película o un libro no son una serie de cosas que pasan, sino la visión de un artista. No es sólo la atmósfera, la luz y los efectos especiales, o los momentos de acción en los que el corazón te va a mil. Es todo a la vez, cómo te quedas después del final, sí, pero también el viaje que has vivido.
A diferencia de cómics y novelas de la saga, que sólo existen para dejarte a medias y que tengas más ganas de ver la película, esta serie es autoconclusiva. Sigue siendo material complementario, y es vital haber visto las películas para poder palpar el drama correctamente, pero no pretende engancharte con un cliffhanger de culo torcido, sino que respeta sus personajes y ofrece una conclusión al gran planteamiento con el que empezó en 2008: que los clones son seres humanos, vivos, con personalidad propia. Un concepto rompedor que logra elevar el tercer episodio al volverlo todavía más trágico.
Mis únicas pegas respecto al final son las leves masturbaciones de poder que ocurren en la última media hora, en la que, por momentos, parece que la Fuerza lo soluciona todo por arte mágico. Esto no anula la experiencia como sí lo hace en el Episodio IX, pero para mí, que parece que cada vez me molestan más los clímax violentos o frenéticos porque soy un amargado, se me hizo algo incómodo. Creo que un protagonista es más interesante cuanto más vulnerable es, pero si va a tener el carisma del capitán Rex, o el de Ahsoka Tano, una niña que la serie ha visto convertirse en mujer, se lo perdono. Ojalá los conceptos de esta serie se hubiesen integrado en El Ataque de los Clones, pero ya que no lo tenemos, podemos consolarnos con The Clone Wars.
Hale, que la Fuerza te acompañe, y esas mierdas frikis que se suelen decir. Un besi de fresi, y dame laic si quieres que hable del Episodio IX, ahora que el polvo se ha asentado y me puedo permitir ser más subjetivo.
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