Los muchos vicios del manga y el anime.
Yo es que hablo de vicios y me lío a hablar, y a hablar... ¡aunque sea de los
míos! Hace pocos días publiqué una entrada (con la que personalmente me quedé
muy contento) llamada
Los muchos vicios del género de fantasía, en la que, como escritor y consumidor de fantasía, hablo sobre los
topicazos y los problemas que acusa este género desde que se volvió popular.
Siguiendo el mismo patrón, voy a contaros los problemas que tiene tanto el
manga, que son cómics japoneses, como el anime, que sería la serie japonesa de
dibujos de toda la vida, la mayoría de veces adaptada de un manga.
Hace mucho que no consumo manga ni anime como dios manda, porque les acabé
cogiendo manía, pero todavía recuerdo con mucho cariño a
Death Note y Gantz, mis favoritos por muchísimo. También he
sido un fan acérrimo de Bleach, que tiene uno a uno todos los problemas
que voy a enumerar luego, pero me pilló en una época de mi vida en la que
necesitaba una serie así. Tengo que reconocer que mi cultura manga se estancó
en los 16 años, pero sé que ahí fuera hay muy buenas series, como
Serial Experiments Lain (que vi hace poco y no me enteré de casi
nada), Fullmetal Alchemist: Brotherhood, One Punch Man,
Cowboy Bebop, Jojo's Bizarre Adventure, Neon Genesis Evangelion o Berserk,
sólo por decir algunos.
Que hable sobre los problemas del anime o manga no significa que lo ataque, ni
mucho menos, sólo voy a dar mi opinión sobre las limitaciones de estos medios,
y cómo podrían resolverse, si se pudieran. Algunos de los vicios hicieron que
yo me descolgara, pero entre tú y yo, tengo amigos que les flipa
Naruto de una forma tan sincera que hacen que me derrita de la
envidia.
Así que... ¿qué problemas reales tienen el manga y el anime? Porque no
hablo sobre que se lean al revés ni su humor absolutamente exagerado, porque
son cosas de su estilo. Tampoco hablo de su machismo, que éso va por libre.
Hablo sobre planificación, diseño, organización y adaptación.
¡Dentro opening! Ah, mierda, que ésto sólo es un puñetero blog.
Vamos primero a los problemas comunes.
Historia floja. Por norma general, la narrativa de un manga no es
buena, y lo normal es que la de un anime tienda a lo malo. Por
ejemplo, en Serial Experiments Lain, la historia comenzaría con unos
misteriosos suicidios, cuyos fantasmas pueden ser vistos por la protagonista, e incluso puede hablar con ellos por chat. Una metáfora de las personas que se pierden en la
red y "dejan de vivir" en el mundo real. Pues a partir del 4º episodio
aproximadamente, ese concepto acabaría desechándose por completo, para acabar
en un debate sobre quién debería ser el etéreo Dios de la red. Menudo cambio,
¿no? La regla de oro del escritor es que si vas a generar determinadas preguntas, ciérralas, al menos. Además, a lo largo de los capítulos se suele ir enrevesando la trama, con golpes de efecto basados en dar la sorpresa barata, porque los personajes no evolucionan. Mal.
No hay tema. Las historias empiezan de determinada forma, con un rollo y tocando unos temas concretos, y van cambiando y mutando a lo largo del tiempo, hasta que, en el final, hace tiempo que se perdió la esencia que movía los capítulos originales, sin que se hayan cerrado los temas iniciales. Además, la mayoría de mangas se centran en la
historia en lugar de en su tema (lo más importante).
Fullmetal Alchemist: Brotherhood es uno de los pocos que presumen
de conservar su tema de forma consistente. One Piece empezó como la búsqueda de lo imposible, pero esa meta primordial se dejó de lado hace tanto tiempo...
Comportamientos. Puede que en Japón las sociedades se comporten
así de raro, en ése país son raros de la hostia, pero en el resto del mundo la
gente no se comporta como en los mangas/animes. Si Goku pide la energía al
universo, ni las monjas de la caridad le darían un cachito. ¡Pues no va a
venir un alien aquí a hablarnos de forma etérea a pedirnos nada, el caradura!
Del mismo modo, Death Note planta a los estadounidenses como gente
todavía más pelele de lo que es, y a los japoneses como unos
retras considerables. Y los personajes principales... pues bueno. La
mayoría son planos o mal diseñados, sobre todo en el "shonen", los dedicados a
adolescentes. Que se lo digan a Sword Art Online, una de las series más estúpidas (a todos los niveles) con las que me he topado.
Épica. Ésto ya roza lo personal, pero es que no entiendo la
fijación que tienen mangas y animes con resultar épicos, aunque supongo que lo
hacen para atraer al impresionable público adolescente. Bersekr y
Serial Experiments Lain, orientados a un público adulto, carecen de
este defecto, pero yo no puedo evitar reírme cuando Death Note me
planta el hecho de comer una patata o escribir un nombre a boli como algo
épico. Eliminado. ¡Eliminado! ¡ELIIIMIIINAAADOOOO!
Y a parte de éstos, cada medio tiene sus problemas particulares... pero hay un
por qué detrás, llamado "la puta industria que despersonaliza y al mismo tiempo da de comer al artista".
El currante mangaka.
Un manga es un cómic en blanco y negro cuyas páginas se encuentran a medio
camino entre el A5 y el A6, es decir, es algo más pequeño que un
libro normal. ¿Qué significa ésto? Que tienes menos espacio para entender todo
lo que está ocurriendo, y no dispones de colores que te ayuden a ubicarte
mejor. Ésto fuerza al mangaka, el ilustrador del manga, a crear viñetas
grandes y dibujos claros. Los capítulos son muy cortos, unos 5-6 minutos
si los filmáramos, y los fans reclaman contenido, por lo que el mangaka debe
ir al grano todo lo posible para que en cada capítulo pase algo interesante. ¡Y que quede claro!
Ésto le lleva a apoyarse de cuadros de texto que apoyen la información de sus
dibujos. Los mangas utilizan el silencio siempre que pueden, porque mucho
diálogo significa bocadillos gigantes que entorpecen la acción y la
comprensión de lo que está pasando, pero, en seguida que puede, el autor
utiliza cuadros de texto para confirmar lo que los ojos pueden intuir, o
utiliza el diálogo de un personaje que exponga explícitamente en lugar del
cuadro. Ésto no resulta demasiado molesto porque el cómic es un medio sobre
todo visual, que se centra en que una escena quede espectacular y
explícitamente clara en tu cabeza. Como debe ir al grano, sigues el ritmo de
la historia a través de imágenes casi inconexas que, cuando estás metido,
tienen sentido porque tu cerebro construye el resto.
Precisamente porque construyes la historia en tu cabeza, en un cómic estás
mucho más dispuesto a creerte todo lo que pase, y permitir que se centren en
escenas visualmente preciosas pero con poco o ningún sentido. El manga no
tiene en general ni una gran historia ni grandes personajes más allá de buenas
ideas planas. Éso es algo que
no puedo justificar. ¿O sí?
La realidad no es tan sencilla. Para un dibujante de cómics, lo normal es
haber terminado una página por día, desde el boceto al entintado. Un capítulo
de manga tiene 21 páginas de normal, y se suele entregar semanalmente. ¡Haz
cálculos! Un mangaka cuyo manga vende pero no lo suficiente para generar un
pastizal debe hacerlo todo él, y sin asistentes, cumplir plazos es una tarea
imposible. ¿Vas a pedirle a alguien que se mata a trabajar para cumplir los
plazos que diseñe una historia de putísima madre? Es más, ¿vas a pedirle que
estudie cursos de narración, en primer lugar, de forma obligatoria, si su
pasión es dibujar? Podría escribir una serie entera de manga en su casa y así
asegurarse de que escribe una buena historia concisa y coherente, pero si
luego presenta la serie y nadie quiere publicarla... ¿qué hace, se la come?
¿Y si se la publican, pero el editor decide que el final es poco comercial y,
además, hay que alargarla porque está triunfando?
Los equilibrios del animador.
POBRE SASUKE. |
Por más que hayamos pasado de un formato a otro, el anime sufre de los mismos
plazos agresivos que el manga. Al menos, los mangas suelen conservar la
calidad de dibujo de forma consistente, pero en el anime hay que tener en
cuenta que el presupuesto es el que es, que se necesitan bastantes más
dibujantes y que lo importante no es hacer algo bonito, sino hacer algo rápido
para poder acabar los 100 fotogramas que hay que hacer hoy. La calidad del
anime es peor, y no suele ser por las capacidades del equipo de animación,
sino pura cuestión de llegar a tiempo.
Y volvemos a lo mismo; si están liados y trabajando más horas de las debidas
para cumplir los plazos, ¿tú crees que se van a calentar la cabeza con la
historia? El manga es un cómic y el anime un medio audiovisual... ¿tú crees
que utilizan los mismos recursos? Habría que coger el material original y
traducirlo a un medio en el que el espectador no necesita rellenar el espacio
que ocurre entre dos imágenes, y además puede verlo todo de forma nítida y a
color, pero adaptar significaría tener tiempo para hacerlo.
Justamente por ésto, los animes son una copia calcada del manga, en un sentido
negativo: hay una barbaridad de exposición que no hace falta porque todo lo
que ocurre lo podemos ver claramente con nuestros ojos. Vemos toda la
secuencia de acción completa, que, al no tenerla en la cabeza, sino que la
estamos viendo, suele acabar resultando artificiosa y estúpida, incluso aunque en tu
cabeza fuera exactamente así. La realidad es que un cómic es un medio en el
que se suspende mucho la credulidad, mientras que la animación no, no para el estilo manga, mucho más aterrizado que el occidental incluso usando magia y universos imposibles.
Y claro, que generalmente sean una copia de los mangas (y, de cambiarlos,
suele ser a peor), hace que también hereden todos los problemas del manga. Es
por éso que yo, ante un buen contenido, prefiero leer su manga antes que ver
el anime, porque el anime es más cómodo, pero muy pocos, como
Death Note, han podido traducir los fuertes de un formato a otro y
justificar su ingente exposición. Odio cuando animes como
Shingeki no Kyojin me tratan como si fuese un putísimo subnormal,
pese a tener unas imágenes espectaculares. Lo que me da más rabia, porque con esa animación me gustaría quererlo.
¿Soluciones?
No puedes luchar contra el río, y los japoneses son demasiado buenos y sumisos
como para fundar un sindicato que les garantice ciertos derechos. Ni que un
sindicato sirviera para nada, también te digo. Algo que es innegable es que
los mangakas tienen carencias narrativas tochas, y carecen de un plan más allá
del "qué pasa". A la hora de afrontar una serie en la que, desde el momento en
el que te la compran, tienes que estar varios años de tu vida dedicándosela a
ella sin parar, es importantísimo tener una base no sólo con qué va a
pasar de forma general, sino qué quieres contar con ella. Además, en
ese documento, que yo llamo "planificación de contenido" pero normalmente se
llama "hoja de ruta", también deberían reflejarse los cambios que van a pasar
los personajes.
De esta forma, teniendo clara la historia, el tema y el desarrollo de los
personajes, es muy fácil estructurar una historia para que no vaya dando
bandazos, como hace Death Note a partir del capítulo 16 y
Serial Experiments Lain en la mitad, y los pongo como ejemplo por
ser los últimos que he visto. También es fácil alargarla o contraerla, y
apuntar qué detalles serán cruciales para más adelante, en lugar de que vayan
pasando cosas e intentar, con esfuerzo y suerte, hilarlas en el futuro.
Respecto al anime es más complicado, porque darles más presupuesto no es una
opción realista. Simplemente, y no sé si ya es así, yo tendría a un tío que
sería el encargado de adaptar los recursos que sólo tiene el manga a unos que
sólo tenga el anime. ¿El personaje no puede pensar en voz alta para el
espectador porque éso es barato y cutre? Aprovechemos que en el anime vemos la
secuencia completa para mostrar cómo el protagonista va reaccionando a las
cosas en las que la cámara se va fijando. O utilicemos un código de color en
el que, por ejemplo, cada vez que un personaje malo se esté planteando hacer
el bien, sus pupilas o su sombra sea azul, y que sea roja si es al revés. Son
detalles que en un manga no se podrían hacer. Una especie de protocolo de adaptación estandarizado sería incluso mejor que utilizar un medio con las características de otro.
Estos trucos ya han sido utilizados por animes de forma suelta, pero todavía
no he visto ninguno que me parezca una historia de alto nivel. Más bien me
parecen el equivalente a la comida rápida, quizá porque la propia industria
japonesa los haya planteado así. Pero Japón no es el villano de esta historia.
Las productoras estadounidenses han adaptado varias historias del anime a
películas una vez habían terminado y han fracasado de forma total.
¡No todas! |
Supongo que, al final, todo depende de la ambición que tengas y de lo que el tiempo y el dinero te permita conseguir, una vez comenzado el
proyecto. Mientras tanto, la industria del manga genera millones, y no me voy
a oponer. Los cómics serios occidentales se follan por la oreja a los mangas,
pero en los últimos hay más variedad, más riqueza en sus mundos y, sobre todo,
más tradición. Prácticamente ellos solos nos enseñaron que "los dibujitos"
también pueden ser para adultos.
¡Poco más que decir! Supongo que este tema habrá levantado ampollas. ¿Qué
opinas? ¡Pónmelo en los comentarios, que
el twitter
me lo petáis a menciones pero por aquí no decís ni pío! Hale, sayonara,
arigató, pikachu, y muchos besis de fresi, guapi.
Definitivamente hay series de anime muy buenas, que vale la pena para ver. Tambien me gusta mucho ver hentai online lo cual tambien hay muy buenas elecciones para los amantes del genero
ResponderEliminarEstoy de acuerdo, aunque reconozco que disfruto del manga mucho más que del anime. Por cierto, publicar un enlace porno en mi sitio web creo que va muy en sintonía con mi estilo. Sigue así.
Eliminar