¡LA POKEGACETA YA NO EXISTE!
Jajajaja... me río y lloro al mismo tiempo. Es increíble. Hace cinco días publiqué una entrada sobre mi colaboración con La Pokegaceta, un portal joven sobre Pokémon, y de hecho, yo era el admin/corrector, lo que significaba que coordinaba a un equipo de 15 redactores y corregía sus artículos semanales. Cito textualmente de aquel anuncio:
"Échale un buen ojo a esta página, porque tiene pinta de que cada mes va a crecer más y se va a volver más relevante."
"Tengo mi propio criterio, pero al menos es uno con sentido. Para todos los que confíen en él, me he implicado tanto con el proyecto que no soy un redactor, sino que soy el corrector de la página."
Y aunque la química entre el resto del equipo y yo fuera buena, aunque el proyecto realmente fuera interesante y los redactores estuviesen ilusionados, a veces la realidad te da un golpe en la cara, y es tan ridículo como triste. Para mí es difícil anunciar que esa web en la que tanto confiaba, en la que llevaba dos meses trabajando, se ha borrado de la realidad. ¡Sólo ha durado una semana! El trabajo del programador, del diseñador, de los otros miembros del staff, mi trabajo y el de todos los redactores, todo se ha enviado a la basura.
Porque ésa es otra. Si el creador decide repentinamente que no quiere continuar con el proyecto, sin un motivo personal de peso detrás, él verá. Si decide no renovar el dominio porque lo ha pagado él, me parece razonable. Pero no ha migrado el dominio a uno gratuito, no ha probado a ver si alguien se lo compraba, no, nada, anunció a las 23h de ayer que lo cerraba, y a las 2 de la mañana intenté entrar y ya estaba todo cerrado. Es decir, no nos dejó ni siquiera salvar nuestro trabajo. Y éso me parece completamente IMPRESENTABLE.
La decepción se mezcla con el cabreo. Porque si digo que ya no colaboro, pues mira, queda raro después de anunciar la web por aquí a bombo y platillo, pero al menos queda una constancia de mi trabajo. Yo me quiero dedicar a ésto, a redactar y corregir, y para ello necesito 1000 años de experiencia según las empresas. ¿Cómo les explico que, de mis dos meses trabajando en la página, no hay pruebas?
Voy a meterme un poco en lo personal, pero la situación me ha tocado tanto la moral que me parece procedente. Cuando por favor le pedí al creador de la web que la restaurara aunque fuera una hora para poder copiar y pegar en un word guarro los trabajos, me dijo
"¿Qué trabajos?",
y se quedó más ancho que largo. Obviamente me refería a los míos y los de los demás, que, por nuestra cuenta y medios, estábamos pudiendo recuperarlos malamente desde la versión en caché de la web, sólo si nos conocíamos el título exacto de la entrada. La contestación del creador de la web fue, básicamente,
"Según me han comentado, se puede recuperar por el caché."
¡Valiente puto subnormal! No tengo suficiente con haber perdido las horas de trabajo de dos meses, haber mejorado las normas de formato reguleras que había cuando yo entré, y haber formado a todos los redactores para sacar más partido a sus textos, ¿encima tengo que aguantar que no me pida ni una disculpa y se quede tan apático ante la putada que ha hecho a todos?
No voy a entrar a valorar defectos personales, ni enseñar su rostro, ni decir quién es en twitter. Basta con que diga que ese hombre es un impresentable y que, tristemente, es muy común ver a gente lamentable al mando, porque a los mediocres les gusta mandar más que al resto, y muchas personas honradas, algunas de ellas verdaderos genios, se ven obligadas a tragar por los caprichos ególatras de los que saben que no lo valen. Es la historia de siempre: peones trabajadores y jefes mediocres que sólo son éso, jefes, y no líderes.
Estoy mucho más furioso que triste. Anuncié que La Pokegaceta se había abierto al público y mostré por twitter mis artículos y los que más me habían gustado, y ahora la página ya no existe, sin tiempo para conservar nada, sin copia de seguridad. Mi hilo de twitter sólo tiene una semana, y ya no vale. Al menos el texto de los artículos ha sido rescatado, aunque el texto sólo fuera la mitad del trabajo.
Un besi de fresi.
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