Los idiotas me dan miedo.
Tuve la suerte de ir a un campamento de verano en el que coincidí con tres MENAs. Dos de ellos eran españoles, y la otra era polaca. Para ellos, lo más preocupante era saber que, dentro de dos años por aquel entonces, en el momento en el que fueran mayores de edad, les pondrían de patitas en la calle. No supe de dos de ellos, pero me alegra saber que al menos uno logró labrarse un futuro y vivir con su tía, ayudándola con un trabajo. No sé por qué no vivía con su madre, porque me consta que ella le quería, pero para ella era imposible mantenerle. Vox sabe perfectamente que 4 de cada 5 menores no acompañados son españoles, por mera cuestión de lógica: un menor que pone el pie en costas españolas sin sus padres es, o porque los padres lo han arriesgado todo para que al menos él encuentre un futuro, o porque ellos han muerto durante el viaje. Sea como sea, el menor está solo, y no siempre cae un trabajo honrado del cielo. Dímelo a mí, que trabajo en una ETT sin garantías de renovación des