Cómo escribir un gran villano como el Gran Lobo Malvado.
Noticia para nadie: El Gato con botas: El último deseo es una muy buena película. Hoy no vengo a reseñarla, ya lo hice aquí, sino que voy a hablarte de un personaje concreto, para ver si podríamos replicarlo en nuestras historias. En general, esta peli tiene muy buenos personajes que entre todos forman un caos muy calculado y balanceado, pero de todos, hay uno que ha llamado la atención de la ciudadanía y se ha convertido en la gran sorpresa, el favorito. Sólo sale 10 minutos en toda la película, en un total de 3 escenas. ¿Cómo ha podido el Gran Lobo Malvado convertirse en uno de los personajes animados más icónicos de la última década, adquiriendo el estatus de villano clásico inmediatamente e incluso venciendo en los ránkins a algunos de los mejores de Disney... con tan poco tiempo en pantalla?
Este taller de escritura no tiene espóilers graves, pero sí voy a analizar a fondo la primera escena en la que aparece y en nada voy a revelar un girito que tiene que ver sólo sobre este personaje cerca del final. Mi recomendación es que, si no la has visto, la veas. Este taller va a seguir aquí más tarde.
Hay muchos tipos de villano, y los puedes clasificar por su rol en lo que ocurre, su arco de evolución o su presencia. Para hacer un buen villano intimidante como el lobo voy a tratar aspectos que son comunes a prácticamente todos los villanos, pero sobre todo me voy a centrar en su presencia, y cómo conseguir ese efecto concreto, ese tipo de villano que es tomado en serio, que intimida y que es una fuerza imparable. Que da miedo. Un niño llegó a llorar en la sala de cine en la escena de los cristales.
Este lobo no necesitaba ser la Muerte para dar miedo porque la primera escena en la que aparece ya se gana nuestro respeto, pero pronto vamos a ver por qué que lo sea es clave para elevarle el estatus a villano clásico, ya que, bueno, ¿qué hay más imparable que la muerte?
Villanismo clásico, volumen I.
Nuestra historia tiene un tema, un mensaje que queremos transmitir a nuestros lectores. El cambio de nuestro protagonista a lo largo de la historia nos lleva a ese mensaje, mientras que el villano/antagonista simboliza el anti-tema. Debe ser aquello que el protagonista debe no-ser. A raíz de esta anti-filosofía, nuestro villano definirá sus motivaciones, y su personalidad será o bien opuesta al protagonista (si el prota tiene más o menos razón) o muy parecida a la del prota del principio, si éste está equivocado.
Además, nuestro villano debe ser la fuerza que provoque el conflicto inicial, en primer lugar, y debe forzar el cambio del protagonista a largo plazo. El lobo, la Muerte, sólo sale 10 minutos, pero su presencia está en todas partes porque es él quien lleva a Gato al retiro, quien hace que Gato quiera recuperar sus vidas, y por quien Gato se siente perseguido cada vez que vive una situación de peligro. Ese miedo a la muerte de Gato que le impide vivir es lo que hace que la Muerte le persiga, y, aunque no sea el último villano en resolver su conflicto, su pelea final es el momento más dramático de la película y donde Gato debe usar todo lo que ha aprendido. Por eso Muerte es el villano principal, saliendo tan poco.
El único que le lleva a la paranoia. |
La intensidad de este conflicto es clave, pero no confundas intensidad con acción y destrucción. Puedes llevar al protagonista al límite haciendo que supere grandes inseguridades, como haciéndole pedir al más guapo del insti que vaya al baile de graduación. Un conflicto intenso significa que entre el protagonista y el villano hay algo muy personal, y eso es lo que hace que le recordemos.
Por último, es importante su diseño. No pienses que por escribir un libro el diseño da igual, porque es aún más clave que en una película. Al no haber referencia de imagen, ni colorines, ni movimiento, dependes de lo que el lector se imagine, y, por mi propia experiencia, el lector se involucra con los personajes que tienen uno o más elementos reconocibles. Un libro hace que sintamos reguleramente cada uno de los sentidos, pero no olvides que escribiendo puedes usar todos los sentidos. ¿Cómo huele? ¿Qué ruido hace al respirar? ¿Lleva alguna prenda característica? Describe a tus personajes de forma simple usando estos elementos característicos, y tus lectores rellenarán el resto de huecos.
El lobo tiene un buen diseño, simple, pero en un póster no llama demasiado la atención porque sí, es bueno, es simple, pero es bastante cliché de villano-asesino. La audiencia se queda con los elementos disruptores, algo que llame la atención, como un tipo grande y rudo usando una elegante gabardina blanca. En el caso del lobo, lo que más llama la atención es su silbido, que sí, es parte de su diseño. Por eso nunca olvides ni subestimes el resto de sentidos.
"¿Cuánta presencia?" "Sí".
A la hora de hablar del lobo o cualquier villano que tenga un efecto parecido, lo más importante es su presencia dentro de cada escena de la historia. Cuando hablo sobre presencia, me refiero a su actitud y su lenguaje verbal y corporal en los momentos en los que aparece, pero también a la sombra que deja sobre la historia cuando no está. Durante dos tercios de la película, el lobo daba miedo por ser un cazarrecompensas extremadamente poderoso y malrollero, pero cuando se revela que es la Muerte, su presencia dentro de la historia se multiplica. Porque toda la historia ha estado girando alrededor de la mortalidad de Gato y su ansiedad a morir, y resulta que su principal enemigo es la Muerte misma, la fuerza de la naturaleza más despiadada que existe y que, además, no puede ser derrotada. Si la Muerte va tras él, Gato está sentenciado.
También convierte al lobo en algo simbólico. Siempre que aparece físicamente, Gato se está dando cuenta de que su vida corre o ha corrido peligro. De ser el lobo un cazarrecompensas, Gato necesitaría habilidad para vencerle, algo que no tiene nada que ver con aceptar su mortalidad, pero el hecho de que el personaje sea la Muerte, nos hace entender que si Gato le derrota no es por habilidad, sino un símbolo de que ha cambiado. Cosa que, si analizas la pelea final, compruebas que sí lo ha hecho.
No fueron sutiles al colocar así las piedras. |
La del lobo es una gran presencia para ni siquiera estar presente, ¿no crees? Pero no necesitas que tu villano sea la Muerte para instaurar ese miedo, sino una amenaza presente y real que conecte en lo personal con el protagonista. ¿Y cómo comunicar al lector que tu amenaza es real? Haciéndole provocar mucho daño/caos/conflicto. Cuando esté en escena, el villano debe sentirse, haciendo que la atmósfera del lugar cambie, robándose el momento y haciendo que, si los personajes fueran las notas de un acorde, el villano sea la más sonora y discordante de todas. Cada escena en la que le utilizas debes hacer que importe, y que sirva para algo, para avanzar la trama, para (m)atar cabos sueltos... lo que sea.
Un villano intimidante aprovecha la mínima oportunidad que se le da, el mínimo error de los protagonistas, para ganar o hacer daño.
El cambio de actitud. |
Y en concreto para este tipo de villano me parecen importantes dos cosas: una actitud tranquila y un enfado temperamental. Ha de ser tranquilo para que notemos cómo su aura pesa, también porque es confiado sobre sus capacidades. Podemos hacer que siempre sea así, pero entonces en mi opinión se pierde casi toda la magia. ¿No es mucho más tenso saber que, si se enfada, puede causar un gran daño e incluso perder el control? Es el juego de dos posturas: la recta y altiva versus la animal y despiadada. Y si te fijas, en El último deseo el lobo siempre tiene la actitud contraria a Gato, en todo momento, es decir, que es tranquilo cuando Gato está alterado, y activa el instinto asesino cuando Gato se asusta. Un detalle de buena escritura entre los muchos que tiene la película.
Cómo narrar el poder sin decir que es poderoso.
Cada uno tiene su estilo, pero todos podemos incorporar trucos para hacer que nuestro villano intimidante acapare toda la atención del lector, sobre todo con el uso que le damos a la cámara. Voy a llamarla cámara porque no encuentro palabra mejor, pero para que nos entendamos, sería igual que una cámara de cine, pero a nivel narrativo, es decir, que puede captar todos los sentidos. Donde está poniendo su atención el narrador en ese momento, vaya. El villano debe acaparar esa cámara de forma natural, pero claro, tu forma de narrar las escenas debe ponérselo en bandeja.
Estudiemos bien lo que hace El último deseo con su lobo para incorporarlo nosotros a la escritura. La primera aparición del villano es importante y nos debe comunicar su poder y otros rasgos de un primer vistazo. Si el villano era de los buenos o fingía serlo, ya antes debía sentirse poderoso, pero la revelación ha de resultar devastadora, y para un villano de este estilo, cuanto antes sea, mejor, porque más efecto generará en la audiencia cuanto más tiempo tenga presencia en la historia.
Nuestro lobo aparece de la nada y reflejado en un espejo, acompañado de un silbido inquietante. No se le ven los ojos, pero su figura ocupa todo el espejo y es visiblemente más grande que Gato. Su imagen es intimidante, pero lo que más se queda con nosotros es el silbido y el hecho de que haya aparecido de la nada, lo que le da un aura de misterio siniestro, un anticipo de que es la Muerte.
Además, no empieza mirando a Gato directamente, sino que le ve a través del reflejo del vaso... porque va a bebérselo.
Una presentación potente, pero te he engañado, porque no empezó ahí. Antes de que apareciera físicamente, ya teníamos señales de que iba a ocurrir, y la película, hasta ahora afable y divertida, comienza a volverse oscura. Los truenos suenan en el fondo. El tabernero se va y deja solo a Gato, en un plano torcido que nos indica que algo no va bien, y la última vela de la lámpara se apaga. Algo va a pasar muy pronto.
Nuestro objetivo es esa gran presentación del silbido, pero de poco te va a servir si antes no cambias la temperatura del ambiente. No tiene por qué ser todo así de cantoso, también puedes jugar con el color de las cosas de alrededor, como que tus protagonistas avancen por la selva y se adentren en una arboleda más densa que filtre más la luz del sol. Unos minutos antes de la aparición del villano, un viento frío puede empezar a hacerse poco a poco más presente para el narrador, y el viento frío no tiene nada que ver con el villano, pero calienta al lector para su aparición.
Sin embargo, nuestro lobo no empieza por las malas, sino como un fan poseído. Varias señales nos indican que ese lobo no es un fan; la mirada, la sonrisa, el sonido gutural de su risa, etzzzzz, y sin embargo, sigue jugando a ese juego... hasta que pide un autógrafo a Gato. Mientras saca el papel de su túnica, la armónica sube el volumen con una nota sostenida trémula, un trueno se escucha al fondo. Es un cartel de Se Busca, y el lobo señala el lugar que Gato debe firmar, en el Dead, de "muerto".
Fíjate cómo la cámara hace zoom a cada golpe de dedo del lobo, y no puedes oírlo (por eso te lo cuento), pero con cada golpe, con cada zoom, el bombo acuchilla la banda sonora con un golpe suyo. El hecho de que diga que el bombo acuchilla no es casual, porque, debido a la tensión creciente en la escena, el lenguaje también ha de volverse más agresivo para acentuar las intenciones del villano. Los verbos que utilicemos con él pueden ser perfectamente normales cuando esté en escena, al margen de la temperatura del ambiente, pero sólo si el villano está en calma. Cuando crece la tensión, también debemos crecer con él, igual que la cámara hace un zoom violento y un golpe con cada golpe del lobo. Cámara y sonido le están dando poder.
Nosotros no tenemos banda sonora, por eso moldeamos el vocabulario para que se adapte a la agresividad de la situación, y no tenemos cámara, pero podemos acentuar cada golpe de ese lobo en nuestra narración, centrarnos en cómo rasga ligeramente el papel con su garra, y cómo ésta brilla bajo la luz de la única vela que queda por apagarse. Podemos hablar del aliento frío de su risa, de su gran tamaño que se mimetiza con la oscuridad de las paredes, cómo su color gris engulle esa única luz y la escupe por sus ojos color sangre, pero cuidado. No te extralimites y cuida el lenguaje para no sonar amanerado, que ese es el primer fallo de los escritores novatos. Utiliza siempre el mismo registro, y yo me inclino por uno natural, por lo que hablar de ojos rojos y de pronto decir que sus ojos son dos rubíes en el firmamento negro, cuando la intensidad de la escena crece... se me hace cursi. Villanos como nuestro lobo deben ser tomados en serio, así que si dudas, mejor utiliza siempre el mismo lenguaje.
Una vez se revela el pastel, Gato amenaza a lobo con ser él quien le dé muerte, y fíjate cómo en la imagen de arriba le atrapa con su cuerpo y su brazo, le ha enjaulado dentro del plano, pero el lobo sonríe y se libera como si nada, para acto seguido, servirse un trago y pasar de su cara. Nosotros podemos hacer también eso, haciendo que el villano desafíe al narrador logrando cosas que habíamos establecido al principio como imposibles, atrayendo por la fuerza a esa cámara pese a que ocurren otras cosas alrededor, o haciéndole pronunciar palabras que estén conectadas con el pasado del protagonista, de forma deliberada por su parte, o sólo a modo de símbolo.
Volviendo a la película, tras un breve intercambio de palabras, Gato es el primero en atacar, pero, después de esquivarle con gracia sin derramar un sorbo, el lobo saca sus guadañas y contesta. Oh, sí que contesta. Antes mencioné que es importante que un villano como éste sea confiado y tranquilo, pero que tuviera un lado violento y salvaje. A partir de aquí, la escena cambia completamente y con la presentación hecha, es hora de demostrar por qué debemos temer a la Muerte.
Desde el momento en el que el lobo saca las guadañas, Gato no dice ni una palabra más en toda la escena, y no volverá a mencionar una palabra en su presencia hasta casi terminar la película, y a duras penas. El lobo no le da cuartel y le pone al límite, hasta el punto de cortarle con una pantalla llena de rojo y unos ojos de desquiciado. Ese color es para la audiencia, para generar el impacto, y de igual manera podemos hacerlo nosotros. Una vez escribí una escena que en general era una mierda, pero impactó mucho a la audiencia porque el villano estaba logrando separar con trampas al grupo de buenos, en una casa en ruinas y oscura, con un coro de voces guturales de fondo cantando sin parar palabras en un idioma parecido al nórdico. ¿Tiene sentido? Casi ninguno, pero los lectores estaban cagados con el puto coro, cuyas palabras se narraban durante todos los silencios entre una frase y otra, constantemente, palabras, palabras, y oscuridad, y oscuridad, y se están separando.
Podemos generar falsa ansiedad en el lector combinando frases largas con muchas comas, repeticiones de palabras y frases cortas. Porque en una frase larga, agónica, que nunca acaba ni parece que va a terminar, con el enemigo agresivo mirándote fijamente y golpeando, golpea, tú retrocedes cómo puedes, él golpea y parece que va a darte, con cada repetición, cada vez que pronuncias sus golpes estás recalcando cada uno de ellos y reconociéndolos como amenaza, y entonces tu espalda toca la pared. No hay más escapatoria. Y esa frase corta hace más daño al lector que ninguno de los golpes de nuestro villano. En fin, no es un taller sobre cómo narrar acción, pero quería mostrarte cómo podemos generar atmósferas amenazantes.
La escena prácticamente la mata la imagen que tienes arriba. Por último, cuando Gato está acorralado y se ha rendido, la Muerte grita por primera vez y nos muestra unas pupilas blancas de la luz del rayo que ha caído cerca, son blancas artificialmente, pero de eso se trata, de convertir a ese supuesto cazarrecompensas, inconscientemente, en una fuerza imparable más allá de nuestra comprensión. Sus pupilas son blancas por el rayo, y es como si el rayo y él estuvieran unidos, y el trueno rasga la escena mientras esas pupilas blancas todavía te miran. No estoy diciendo que tu villano deba romper las leyes físicas, sino que podemos tomarnos licencias y usar expresiones para que su presencia parezca más sobrenatural de lo normal.
"Envuelto en su capa, parecía que levitaba en la noche".
No levita, pero esas expresiones son las que le dan poder, igual que las pupilas blancas. No jugamos con las leyes físicas, sino con la percepción de nuestro protagonista, y cuando está asustado, puede percibir cosas muy raras. Y en la película, bueno, más allá de ese momento, la escena continúa un poco más, pero no hay nada que no haya explicado ya en ellas. Utilizan la confianza y la agresividad del lobo para intimidar aún más, luego el silbido para que te quedes con la tonadita y la asocies a este momento, y una sombra alargada por debajo de la puerta que va en relación a las pupilas blancas de ahora.
Terminamos. Ha sido un taller bastante largo, creo que ya hemos conversado suficiente. He mirado hace un rato mi lista de talleres de escritura y no hay ninguno que hable sobre los villanos, hay sobre Thanos, pero no un villano clásico y general. No sé, a lo mejor un día lo hago, pero creo que se me da mejor analizar personajes concretos y explicar a partir de ahí. Bueno, sea como sea, si algún día es, será en ¡Muy Rocambolesco! Tú lo que quiereh que me comaaael looobo que me comaaael looobo mi carnesita morenaaaaa tú lo que quiereh que me comaaael looobo que me comaaael looobo mi carnesita ta buenaaaa
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