Por qué Mulán fracasa donde Mulán triunfa.
Mulán 2 salió a mitad de una gran crisis en Disney, a nivel económico y creativo. Para conseguir guita, sacaron secuelas de sus grandes clásicos directas a VHS, con tiempos de producción enanos y una calidad aceptable de animación para el poco tiempo y dinero que habían tenido. Muchas de estas secuelas dan risa, pero la de Mulán, a pesar de los lastres, entendió la esencia de por qué ha calado tanto en la generación que la vivimos, y por qué inspiró a tantas mujeres.
Bueno. Han pasado los años y Disney, luego de convertirse en el mayor titán del entretenimiento, nos dio por sentados y empezó a saturarnos de contenido a un nivel absurdo, sin ideas nuevas ni mucho que ofrecer, poniendo gran parte de sus esperanzas en los refritos de los clásicos que un día hicieron icónica a esa empresa, sin mucha producción mediante, sin mucho tiempo para darle al coco con el guión, muchas veces tomando decisiones polémicas por querer ser progres y feministas sin saber lo que eso significa. Joder. Como ya dijo el filósofo Conejito Malo, la vida es un ciclo, sólo que, en vez de salir directa a VHS, la mierda la venden en el cine y hay imbéciles que van a comprarla.
La entrada de hoy va a propósito de Mulán y Mulán, la de 1998 y 2020, y por qué ni siquiera es interesante hacer un versus entre las dos. Básicamente, Mulán no entiende a Mulán, siendo la primera Mulán la última, pero no la última dentro de mi frase, porque las dos pelis no son la misma, sino que la primera de mi frase es la última, la última que se hizo, la de 2020. Que Mulán no entiende a Mulán, vamos, hasta el punto en el que Mulán es la película menos feminista que he visto jamás, directamente nociva para los valores que cree que transmite.
Para llegar al punto al que quiero llegar, necesito hablar con espóilers, pero, aunque también sería interesante ir punto por punto viendo los cambios y por qué todas las decisiones son malas, me voy a centrar sobre todo en el corazón, es decir, lo que nos importa Mulán como personaje, la relación con su padre y cómo funciona... feministamente hablando. Si no has visto Mulán, lárgate de aquí y no me hables, en serio, y si no has visto Mulán... no te pierdes absolutamente nada. Es imposible sentir nada viéndola porque eliminan todos los putos elementos de tensión y empatía que podría haber. La protagonista, ni tiene conflictos, ni tiene crecimiento posible. Decepcionante en absolutamente todo, pero sobre todo, en lo que vamos a tratar hoy.
Mulán.
Mulán es un icono feminista por mostrarnos una chica humana. Nunca ha recibido entrenamiento ni conocimiento sobre la guerra, ni siquiera ha jugado a pelearse cuando era pequeña, porque ella debía ser ama de casa. Es una chica inteligente y apañada, pero impuntual, despistada, un desastre, que además tiene una crisis de identidad terrible porque lo único para lo que la han criado, ser mujer en la antigua china... no es donde sienta que debe estar, y se guía demasiado por su corazón (algo que se trata en la secuela, por cierto). No sabe qué se le da bien, sólo sabe que no quiere saber hacer el único trabajo que debe. Así que se siente una decepción, algo con lo que, estoy seguro, muchos adolescentes empatizan, sobre todo los que eligieron hacer una FP media en vez de bachillerato, y todos los que no hayan querido hacer una carrera, en general.
De toda su familia, el único importante a nivel sentimental es su padre. Cuando Mulán fracasa en su prueba de feminismo antiguo, el padre va a consolarla diciendo una sola línea:
"Qué flores tan bonitas tenemos este año. Pero mira, ésta es tardía. Seguro que cuando haya crecido será bella, la más hermosa de todas".
No dice nada más, y no hace falta. Qué manera más basta tiene la animación para condensar momentos en frases tan cortas. Sabemos que su padre la quiere y la apoya, y por eso nosotros sentimos por el viejo.
Este momento que da peso a su decisión NO está en Mulán. |
Cuando llega el consejero imperial a anunciar la guerra, el padre deja el bastón a un lado y cojea, conteniéndose el dolor, para coger el pergamino. No le vemos caer hasta que entrena en su casa, cuando ya nos queda claro que morirá si acude a la guerra, sin que haga falta que nos lo digan, y éste es el momento en el que Mulán decide hacer el cambiazo. Justo antes, en la cena, los dos discutieron por esta situación, y el padre le dijo una frase hiriente. Pese a estar en "malos" términos con su padre, ella decide sacrificarse, siendo una buena hija, y esta última nota agridulce es la que nos hace desear que ambos vuelvan a encontrarse para hacer las paces. Es, de hecho, el miedo recurrente de Mulán, el enfrentarse a su padre cuando vuelva, sabiendo que es una deshonra según sus tradiciones y le va a caer el broncón de su vida.
Sobre el entrenamiento tengo poco que decir, pero importante de cojones. Mulán se parte el lomo, entrena el cuerpo y la mente hasta el máximo, sin haber hecho antes de ese día ni un gramo de ejercicio, para conseguir ser un guerrero aceptable, más habilidosa que eficaz en combate, y con los ovarios bien puestos por enfrentarse al enemigo como lo hace siendo sólo un guerrero aceptable.
Me parece relevante el momento en el que descubren el pueblo arrasado, porque están cantando la canción más feliz (y la última), cuando se corta en el último acorde y vemos las llamas. Una muñeca, que perteneció a una niña que ahora está muerta, está sobre la nieve. El general, que es el padre del capitán, ha muerto en la batalla. Es un momento triste, que nos hace sentir indefensos y nos hace sentir por el capitán, que se ve seguido por uno de desesperación. El pelotón de 30 novatos de Mulán se enfrenta a un ejército entero y van a morir. No es un momento épico, es un momento de puro peligro. Mulán ni siquiera es la clave de la salvación y no se anda con dramatismos: gana porque es apañada y los tiene bien puestos, punto, y ha sido herida por torpe. Se ve expuesta y se descubre que es mujer contra su voluntad, y, habiendo salvado la vida al capitán antes, es mucho más dramático que el capitán le perdone guiándose por sentimientos, no por el reglamento.
Algo que desde el papel suena mal pero a mí me funciona es que no la deshonren, simplemente la manden a casa. Deshonrándola o desterrándola todo queda más dramático, pero habiendo sido deshonrado es mucho más fácil huir hacia adelante e intentar salvar el país para redimirse. Mulán vuelve porque quiere hacer lo correcto, y no ha sido deshonrada, pero si sigue hacia adelante se expone a ser descubierta por gente que no va a perdonarla.
Llegados al final, Mulán triunfa y recibe los regalos allí mismo, donde todos la han visto. Ella se marcha a casa con los regalos portátiles más valiosos del país en ese momento, y nadie se fija en ella, todos creen que es alguien normal. Enfrentándose por fin a su padre, le entrega los regalos a modo de justificación y él la mira, coge los regalos, los tira al suelo sin prestarles atención y la abraza. ¿Qué más necesitas? O sea, tengo los ojos húmedos de describirte la escena, es así de poderosa. Va directamente al cerebro reptiliano, sin discursitos ni moralinas. Papá querer hija, papá contento de ver hija viva. La deshonra de las tradiciones no vale nada en comparación a vivir feliz con los seres queridos. Final feliz, a casa.
Mulán.
Ésta es su expresión en el momento climático de la película. |
El caso de Mulán es muy distinto. El rimeic laiv-axon cambia una barbaridad de cosas y, salvo un par muy menores, creo que falla en todas. La producción es muy barata y la peli se ve terrible, se nota demasiado que están en sets de grabación porque están vacíos, sin detalles y nuevísimos. Se ven artificiales, y la luz lo empeora todo. La acción no tiene sentido y la cámara se mueve una barbaridad, un punto por el que merecería la pena hacer un análisis detallado de este desastre. La actuación... no existe, nadie actúa ni transmite sentimientos. Y estos sólo son problemas fundamentales de la película, que, aunque sólo venga hoy a hablar de la historia, se hubiesen solucionado todos de una forma: haber hecho una peli de animación.
Han querido hacer una versión realista de la historia, sin dragón y sin grillo, pero meten el chi, que básicamente hace ser a los guerreros como en la serie Avatar: La leyenda de Aang, caminando por paredes y haciendo el Matrix así sin venir a cuento. Meten a una bruja que se convierte en halcón y posee hombres, y ojo al dato, ella odia llamarse bruja, cuando las brujas de toda la vida han sido el principal icono feminista y, sabiendo que se va a hacer buena al final, cualquier guionista que sepa un mínimo sobre feminismo básico debería haber abrazado el término. Pero ojo, en una peli realista, a parte del Budokai Tenkaichi que se acaban de montar, nos meten por el culo al Ave Fénix, que sólo está para lucir palmito y para... yo qué sé, rendir pleitesía a una Mulán cuya historia no tiene nada que ver con ningún renacimiento y parece que es como Neo, la elegida.
Aquí Mulán es la guerrera más poderosa de toda china, pero es una mujer con talentos propios de un hombre y por lo tanto debe reprimirlos, igual que la bruja. Podríamos decir que esta bruja representa a esas mujeres que por pura supervivencia se han visto obligadas a ser cómplices del machismo malo malísimo... y son un escollo evidente para las jóvenes, un poco como la suegra en la peli El último duelo, que si a ella la violaron y se aguantó, ahora la prota debe callarse la puta boca por haber sido violada. El mensaje de la peli está claro, pero falla en lo más fundamental: Mulán no es como las jóvenes que la están viendo. No es apañada con coraje y una larga lista de defectos, sino que es, simplemente, perfecta. Cuando se desmelena, siempre toma las decisiones correctas, y su único conflicto está en si debe mostrar quién es realmente o no. El mismo puto argumento que Capitana Marvel.
En batalla, estrategias militares cuestionables aparte, Mulán se enfrenta contra la bruja, pero no puede ganar porque hacerse pasar por chico la está lastrando. ¡Necesita ser ella misma, soltarse el pelo Pantenne, tirar su armadura a tomar por culo y salvar el día! ¡Muéstrate como eres, cariño! ¡No renuncies jamás a tus sueños! Pero la parte de descubrirla... creo que Mulán la parte de que la iban a descubrir y que cuando uno está en un marco represivo no puede ser uno mismo... no se la sabía. La película tampoco. Fíjate si se la sabía poco que durante el entrenamiento casi confiesa su crimen, y ahora se ha expuesto de muy gratis a sus compañeros, pudiendo haberse disfrazado de nuevo. Luego la destierran y ella se pone a llorar, cariño, ¿qué coño esperabas? Una cosa es ser heroína y otra ser tonta, y resulta que las chicas que te están mirando no son ni heroínas ni tontas. Mostrarse como mujer porque "ejque nesecito epresarme" es lo que un hombre blanco cincuentón diría que es el empoderamiento. Vaya, pues Rick Jaffa, el guionista principal, es un hombre blanco cincuentón. Ups...
El clímax es un puto chiste, que si te paras a analizar punto por punto, no tiene ni pizca de sentido. La película es aburrida, plana y parece tener miedo a que exista un mínimo de conflicto, pero durante el clímax tiene momentos que de mala es graciosa. Sus compañeros soldados y su antiguo comandante ahora la siguien por... porque sí, supongo, y la bruja, encandilada por la esperanza que ella supone, muere por salvarla. Es el pago justo, ¿no? Las mujeres patriarcales han de facilitar ahora el camino a las juventudes que sí entienden de igualdad, pagando el precio que haga falta. Lo pillo, peli, lo pillo, igual que pillé que si el padre iba a la guerra moriría y aun así la madre lo dijo explícitamente en voz alta, por si fuera a ser tontito.
Mulán no fue rechazada de la casamentera por el grillo o por torpe, sino por culpa de la propia casamentera, y no es descubierta como mujer por una herida, sino porque quiso. Se cepilló a los soldados ella sola, y de igual manera, esa flecha que iba a matarla podía esquivarla como esquivó doce antes más difíciles. La bruja murió porque fue mala por servir a un hombre patriarcal machirulo malo malíiiiisimoooo. Fin. Un fin nada empoderante, por cierto, teniendo en cuenta que la bruja era más poderosa que el villano y aún así fue su esclava hasta ese momento. Y Mulán no necesita ayuda para nada, ella es la más poderosa, sólo necesita escuchar el poder de su interior. Es una Mary Sue que ni siquiera expresa emociones, ¿esa es la heroína feminista del Disney más woke? ¿Así se han de sentir identificadas las nenas, mostrándose tal y como ellas son, sólo si son mejores que los hombres?
¿Para qué quieres aquí hielo que se resquebraja si no vas a hacer nada con él? Y EXPRESA ALGUNA EMOCIÓN COÑO |
¿Y qué hay de la relación con su padre? Porque no es personal, sino de cara a todo el mundo del pueblito. Cuando el padre cae, no lo hace en el entrenamiento, sino cuando va a recoger el papel, con todos mirando. Mulán regresa a su pueblo después de salvar al Emperador, y su padre la recibe delante de todos, pero hay más. Es allí, delante de todos, cuando una comitiva le entrega entonces los regalos y le ofrecen un puestazo, para que todos los que la criticaron de niña lo vean, y por estar la comitiva, el padre no puede tirarlos al suelo para mostrarnos lo que quiere a su hija. No sé qué pensarás tú, porque que haya mujeres en puestos de poder que se han ganado es la hostia, pero a mí lo que me parece más guay de la Mulán animada es que pasa de todo eso y termina con su familia viviendo la vida chill, igual que en el cuento original, centrándose más en inspirar a las niñas de su pueblo que en matar malos (cosa que se explora en la secuela, por cierto).
Hay rumores fuertes de que el Gobierno Chino reescribió algunas cositas, lo que hace a Disney cómplice de su Gobierno, por más que le pique. |
¿Qué decir? En la película animada, Mulán salva el día con un cañón, un set de vestidos y maquillaje, y un abanico. Salvo el cañón, todos son elementos marcadamente femeninos. No se trata de una mujer buena en el juego de los hombres, sino de una mujer que gana, con las armas de una mujer, una guerra de hombres. No se trata de la fuerza, ni el talento, ni de despertar el puto fénix de los cojones de tu interior, sino de demostrar que allá donde rememos, por más en contra que estén las aguas, si persistimos, podemos marcar la diferencia con las habilidades que nosotros tenemos. Mulán es fuerte porque fue débil, y es valiente porque tuvo miedo. Las chicas que vieron el rimeic son débiles (cedieron a la presión de grupo para ver esta mierda) y tienen miedo, están jugando en el tablero que han puesto unos hombres ricos, pero se puede llegar a ganar un juego trucado pensando más allá de las reglas. Pueden crear las suyas, pueden desarmar al guerrero más temible con un abanico.
Mulán es una película aburrida y sin alma, pero es más doloroso cuando se trata de una revisión de LA heroína Disney, un icono feminista que todavía nos seguirá inspirando, pero vamos, ellos ya sabían dónde se metían cuando quisieron compararse con Mulán. La balada original, a la que Mulán tanto desea parecerse, termina con una imagen preciosa: nuestra heroína está en el campo y ve, por los rasgos de su cara, a un conejito y una conejita, pero, cuando estos empiezan a correr juntos... ya no les distingue. Sin embargo, nuestra infame heroína empieza la película distinguiendo a ambos conejos en plena carrera.
Los que hicieron esto no sólo meten una idea falsa de empoderamiento y feminismo, sino que encima muestran una distinción total entre géneros, convirtiéndose de paso en terfos jajaja no dan una, me meo. Suficiente apaleamiento. ¡Besis de chini, digo, chinis de fresi! COMPLE BESI PO UN EULO
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