Videojuego: Star Ocean - The Second Story R (Switch).
Cuando voy a comprar ropa (casi nunca, soy pobre), acabo en tiempo récord, y no porque sea pobre, que también. Es que tengo en mi cabeza una idea más o menos clara de qué necesito, entro a la tienda, barro los escaparates con ojo de halcón y si nada me llama la atención, me voy. Con la música también es más o menos lo mismo: las cosas que me gustan, que consumiría en mi día a día, crean una alerta inmediata en mi cerebro, que hace que encienda la pantalla para ver qué se está reproduciendo o, en el caso que decía de la ropa, vaya derecho hacia ese perchero. Y ya está, me pruebo la ropa, y si me queda bien, me la llevo de una, se acabó.
Te cuento esto porque con las películas y los juegos me pasa lo mismo cuando veo sus tráilers. Tantos años viendo tráilers han educado mi ojo para ver cuánto me están engañando, y yo sé qué géneros o rollos tienden a gustarme más porque en el pasado me han gustado títulos así, pero cuando algo se me atraviesa, ya está, lo quiero y lo necesito, me da igual el género, y lo tendré enfilado hasta que lo consiga, lo conseguiré, ¿y sabes qué? Que siempre acaba siendo una maravilla. Tú no sabes la cara de alivio que se me quedó cuando, después de un año queriendo jugar Star Ocean - The Second Story R, por fin me puse con él y, tras un par de horas, confirmé que la expectación y el deseo valieron la pena. Algo más de 140 horas después, te traigo su reseña sin espóilers.
Es importante que sepas que estamos hablando de un rimeic de un juego de 1998, porque a partir de ahí se va a entender todo lo que te cuente. No sabe a viejo, pero en su núcleo tiene la filosofía de los videojuegos noventeros, en los que había una barbaridad de limitaciones que les obligaron a tener ciertas decisiones de diseño, y en los que no era necesaria una buena historia porque no se llevaban esas cosas.
Y la historia es, por mucho, lo peor. Por internet hay críticas que merecerían estar en mi sección de "reseñas mal", así que desmentiré la más infame: no, el juego no es corto, ¿a quién se le ocurriría decir eso? Tiene su giro a mitad de juego, tiene su momento de derrota, la recuperación y el clímax, y para las 40 horas que dura en la teoría, yo, que estuve trasteando, me lo pasé a las 100. Pero vamos a ser sinceros, la historia es simple, los personajes están bien, pero poco más allá, hay aristas por todos lados y su giro a mitad no tiene sentido. No tiene sentido porque viene de ninguna parte, hace que cosas de la primera mitad no encajen, y otras cosas que esperas que se resuelvan en el clímax se dejan colgadas. Al menos, más allá de ese giro infame, no hace más piruetas y su final es sencillo, no como en Final Fantasy IX, donde tenemos que vencer a Dios. Pero vamos, que no deberías jugarlo por la historia porque, siendo agradable, no va a engancharte de ninguna manera.
Ya jugándolo, me ha sorprendido la cantidad de compañeros reclutables que hay, sólo pudiendo tener en tu equipo a la mitad, y haciendo que tener unos te impida tener a otros. Si ya de inicio has de elegir entre uno de sus dos protagonistas, esto hace que ver la perspectiva del otro en una segunda partida se haga mucho más ameno. La gente de tu equipo tiene, además, eventos personales, de los cuales algunos son bastante currados, pero generalmente están desaprovechados, aparecen en momentos cualesquiera, en ciudades cualesquiera, y no duran demasiado, por lo que si quieres verlos, has de estar consultando el mapa cada poco tiempo y acabarás utilizando el viaje rápido. El Final Fantasy IX también tenía algo de esto y estoy seguro de que en su momento era la última moda, pero no es algo que haya envejecido tan bien.
Igualmente, los 99 posibles epílogos no añaden demasiado al final único e importante, sólo son interacciones de personajes basándose en los sistemas de amistad que has ido labrando, y tampoco es que se trabajaran tanto las relaciones entre personajes. El sistema es tosco y se nota que el juego original fue uno de los pioneros, pero títulos como Mass Effect hicieron esto mucho mejor 9 años después, y a lo mejor el rimeic debería haber renovado esto.
¿Pero cómo se siente jugarlo? Aaaaaaah, porque antes he dicho que estaba contento con el título y sabías ya que el rollito iba a cambiar, ¿eh, artista? Jugarlo es muy, muy divertido, similar a los primeros Tales Of para los viejunos que sepan de qué hablo: es un RPG (numeritos) de acción ágil, pero sin ser frenético. Otra crítica estúpida que veo es que el combate es demasiado fácil y se vence apretando sólo un botón, pero a esa gente habría que recordarles que hay 4 dificultades. Yo me pasé el juego en difícil porque me gustaba trastear y, como se sube fácilmente de nivel, solía estar siempre por encima de los enemigos, pero luego hay picos de dificultad en los que me las he visto putas y he necesitado dominar todos los sistemas que puedes utilizar en la batalla.
Porque puedes cambiar de personaje, sí sí, y manejar a cualquiera que te dé la gana de los 8 compis permanentemente aunque no sea el prota; puedes dar órdenes al resto, puedes establecer estrategias, formaciones de batalla, usar objetos, usar ayudas de los compas que no luchan, además de moverte por el escenario, golpear, esquivar y usar todas tus habilidades. Ah, espera, ¿querías más? También puedes subir de nivel dichas habilidades, también subir habilidades pasivas, y además, subir de nivel ciertos talentos que, con cierta combinación, les harán subir profesiones que les permitirán hacer más cosas, y cuando varios personajes junten la misma profesión, desbloquearás superespecialidades para hacer todavía más cosas.
Qué, ¿te he saturado? Dime que sí, porque era mi intención. La cantidad de sistemas que se interconectan es una barbaridad, y requieren de cierto estudio para familiarizarse con ellos, pero, si bien se nota que son retro en la hostia que te dan cuando los desbloqueas, el juego sabe que son muchos y te anima a ir usándolos poco a poco mediante unas "misiones terciarias" que vas desbloqueando a cuentagotas. Mi sugerencia es que vayas familiarizándote con ello mediante estas misiones, pero si todo fuera demasiado lío para ti y te impidiera disfrutar del juego, has de saber que es completamente opcional. ¡No hace falta! Conocer todos los sistemas sólo es un premio para los jugadores que se adentran en ellos, que les permiten romper algo más el juego a su favor de forma legal y satisfactoria, y con ello, poder vencer a las dificultades más altas, pero no es ningún requisito y es de agradecer que así sea. De hecho, tras cada batalla tus personajes se curan bastante vida y maná, lo cual está bien porque anima a usar las habilidades, pero yo hubiera preferido desactivar la opción para cocinar mis recetas tras cada batalla dura y aprovechar todavía más este sistema algo abandonado.
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Además, hablando de sistemas, hace poco hice un artículo sobre cómo no se ha de hacer un minijuego, y en este título hay varios. Todos excelentes. Increíble cómo criticara tanto los minijuegos de pesca y aquí éste sea perfecto, digno de análisis. Dejémoslo, como resumen, en que jugar a este Star Ocean es divertido, y cuanto más te adentras en los menús, sobre todo si te gusta trastear con ellos como a mí, todavía puedes exprimir más diversión.
He dicho que con este título tuve un flechazo a primera vista, y ver cómo eran los combates influyó mucho, pero no fue lo principal. Lo que a mí me encandiló los ojos que estaban percibiendo el amor que sentía por dentro a raíz de lo que mis ojos veían... fue su arte. Su dirección artística, mejor dicho. Ya lo habrás visto: escenarios 3D modernos, personajes pixelados en 2D, y cuando hablan, un retrato dibujado a mano. ¡Esta combinación es fascinante, y está mejor implementada que en Octopath Traveler! Logran plasmar la esencia de los juegos antiguos, de modo que sus fans en seguida van a saber qué esperar del título aún sin haber visto ningún avance, y al mismo tiempo, le dan un sabor actual y moderno, que en parte es cierto porque algunas mecánicas se han actualizado a los nuevos tiempos, y la interfaz se ha diseñado desde cero. ¡Y qué colores, coño!
Ya dije antes que no sabía a antiguo, aunque sí lo parezca, y no es porque los escenarios tengan nuevos gráficos y hale, a volar. Explorar ese mundo se siente actual, es decir, bien, se siente bonito, porque esa es la palabra, bonito, no, precioso. Es bello. Me hacía sentir bien explorar, igual o más que cuando vi el tráiler, porque, de un modo que no sé explicar, para mí tiene mucho sentido esa combinación de 3D con 2D, y los dibujos de los personajes ya acaban de rematar toda la faena, porque me encanta el estilo, los detalles, la calidad, en general.
De día... |
... y de noche. |
Así lo siento, un título de calidad, en rasgos generales, más allá de su historia y de todos sus defectos que, seamos sinceros, los lleva arrastrados de su versión original. Pero, en gran parte, muchas de sus virtudes, como el diseño de arte, vienen precisamente de querer emular que este juego fue viejo, y no se avergüenza. Hay mucho cariño puesto en esta entrega, y se siente al ver lo pulido que está, cómo de responsivo se siente, la ausencia de fallos o el contenido que hay una vez te has pasado el juego, porque yo dije que me pasé la historia a las 100 horas, pero llevo más de 140 y todavía me falta jugar la historia con el otro protagonista, para conocer a los personajes que no pude reclutar. Súmale la lista de objetos, para descubrirlos todos. La de los peces, la de enemigos, la galería de voces... El infierno del completista, así lo digo.
No voy a decirte que compres este juego, porque hay muchísimos en el mercado y no podremos jugar ni al 10% de los que queremos incluso teniendo todo el dinero del mundo. Lo único que te puedo decir es que yo hice el barrido por la tienda igual que miro todos los Nintendo Direct, de repente vi esa prenda de ropa que no sabía que llevaba tanto tiempo esperando, y la llevé tantos días seguidos sin ducharme que al final se me ha dado de sí, y ni a ella ni a mí se nos va ya el mal olor de encima. No, en serio, me vició tanto que perdí toda noción de rutina y casi se me mueren las plantas. ¡Un besi acuático-espacial!
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