Videojuegos: XCOM y XCOM 2 (PC).


Es duro estar tanto tiempo queriendo escribir y no hacerlo por el ritmo rapídismo de la vida, porque mucho "sólo 8 horitas" y su puta madre, pero el trabajo quita la hostia de tiempo y los quehaceres de la casa, casi más. Tampoco sabía sé cómo afrontar esta reseña, y eso casi que es más duro que no poder escribir, porque estamos hablando de dos juegos que me han pegado durísimo. Pensaba que Xcom: Enemy Unknown me podría gustar, por eso me lo compré de oferta en 2016, pero ahí lo he tenido pendiente 9 añazos. No sabía que me fliparía tanto que, después de pasármelo, compraría todas las expansiones (de oferta) y me lo volvería a pasar, luego jugaría del tirón a la secuela (comprada de oferta) y después de pasármela, la volvería a jugar con todas las expansiones (de oferta también). Y no te creas que ninguna de las 4 partidas lo hice rapidito para pasar a la siguiente, no, todas a mi ritmo e incluso alargando el final para acabar sacándome todo, incluidos el 85% de los logros.

No tener tiempo es duro, pero haberlos disfrutado tanto y no saber qué cojones decir de ellos, es más duro. Y ponerme a hablar por fin, sabiendo que tengo que abrir el melón del RNG, más todavía. Pero bueno, como dice el dicho, más vale tarde que votar a Vox, y en algún momento iba a ser el momento de endurecer el asunto frotando mis palabras (de momento) por toda tu puta cara. Reseña sin espóilers.


Los juegos de XCOM son de nicho, que para los que usan TikTok, significa que son café para cafeteros. La saga tuvo su momento en los 90s y estuvo más de una década enterrada hasta que la macroempresa Take Two decidió pincharle anabolizantes y meterle cinemáticas para que fuera del gusto del gran público, y así se revivió una nueva saga de dos juegos que prometen una tercera parte que lleva enterrada casi una década. Historia circular, dicen. Y digo que es café para cafeteros porque va de soldados matando aliens, pero no es tu juego de acción frenético pium-pium. XCOM va de gestionar. Cuando hay que matar aliens, gestionas a tus soldados y vas posicionándoles y dándoles ordenes para que ellos maten a los enemigos; y cuando no hay que combatir, gestionas los limitados recursos que tienes para priorizar qué quieres hacer, bien investigando nueva tecnología o construyendo nuevas habitaciones para mejorarte a medio plazo. Si fallas con tus soldados, morirán bien muertos y tendrás que usar a otros. Y si fallas con tu gestión de la base, estarás rezando que llegue el dinero del próximo mes igual que haces en la vida real.


No se trata de avanzar como un loco y cargarte a aliens de forma violenta como en Doom, sino mover a tu escuadrón de forma eficiente para que cumpla la misión rápido y de forma segura. No es difícil, de hecho tiene varios niveles de dificultad, algo que me parece clave en un juego como éste, pero tampoco es ningún paseo. El orden en el que muevas a tus soldados importa, y pronto te darás cuenta de que cada pistolita enemiga que se pasee por el terreno es una posible amenaza.

Este tipo de juegos suele tener una historia débil y cada personaje importante es más una herramienta que un personaje, pero aquí se agradece la inyección de dinero para crear cinemáticas chulas, interfaces bonitas para que el juego sea accesible y no una patada en la cara, una historia básica pero efectiva, y qué cojones, la intención de contar una trama que interconecte (de momento) dos juegos con sentido y progresión. También me gusta que la primera parte se centre en mantener el control del planeta y el segundo cambie la dinámica y se trate de ir reconectándolo poco a poco, haciendo que sea más de lo mismo, pero con un giro distinto, a parte de mejoras pequeñas pero importantes.


Pero ya sabes cómo va: siempre hay defectos en el pack, y mejor saber cuáles son. Como decía, si te matan a un soldado, el soldado se muere. Eso significa que un soldado nunca hablará en una cinemática, ni le llamarán por su nombre, ni nada, porque es prescindible. Te tocarán de forma aleatoria, les cogerás cariño conforme juegues más con ellos, y en algún punto morirán, incluso puede que fuera tu mejor soldado. Aquí ya entra tu criterio a la hora de jugar. Personalmente, si el soldado moría por una decisión consciente que resultó salir mal, o era de Israel, encajaba la muerte, pero si su muerte se debía a un despiste mío o a un crítico que el nisu de turno se sacaba del culo a 50 metros con una probabilidad mínima de que pasara, cargaba la partida y me la sudaba lo más grande.

También es algo digno de comentar que al principio te saturen a contenido y cosas que hacer, sin que apenas te den tiempo a aclimatarte. Todavía estás viendo cómo funciona el manejo de la base y ya te han enviado corriendo a una misión de rescate, y así durante las primeras 2 ó 3 horas. Por el contrario, al final está todo despejadito y sin prácticamente nada que hacer. Entiendo que quieran darte el contenido desbloqueable pronto, pero una mejor progresión les hubiera venido bien, sobre todo porque tanta abrumación al principio malogra a las expansiones.

La secuela, como ves, está mejor iluminada.

Y déjame que te hable bien sobre esas expansiones. Estos juegos no son para todo el mundo, pero si te gustan, te gustan, y querrás jugarlos con expansiones, pero no todas son buenas. El primero tiene Enemy Within, que cuesta sin ofertas 20 castañazos, pero aporta al juego la última chispa de empaque que le faltaba, ya que jugándolo sentí que cuando estaba empezando a ganar pasta y a desbloquear el equipo bueno, se acababa, y la expansión te da ese extra de contenido, incluyendo clases de soldados y enemigos nuevos, que acaba de redondear el título. De las expansioncillas pequeñas, pasa.

Respecto al segundo, tiene más, pero el patrón es el mismo. War of the Chosen es la expansión principal y, si bien no tiene la epicidad que las reseñas profesionales dicen que tiene, sabe cómo apretarte el cuello lo justo para que te guste y quieras más, añade misiones de zombies muy chulas, soldados nuevos, y mejora un montón algunos sistemas de tu pelotón, como añadir un medidor de cansancio. También me gustó Shen's Last Gift, pero sólo si le das al botón de no integrar con War of the Chosen, para hacer la misión como dios manda. Y luego hay una expansión de cazar bicharracos fuertes, pero es una basura. Los bichos están tan rotos que es imposible que no te maten a alguien cada vez que aparecen, por lo que tuve que instalar un mod en Steam que me dejaba bajarles el poder. Luego te da armaduras chulas, pero están tan rotas que vuelven la recta final del juego en un paseo, así que pasando.

Como ves, muchas expansiones te dan clases nuevas y cosas nuevas que hacer, por lo que, al aparecer sus misiones tan pronto, sumamos a la ya abrumación de base que se sufre al principio una saturación extra, y por eso no recomiendo jugar a las expansiones la primera vez que juegas a estos juegos. Es una razón extra para empezarlos otra vez, ahora ya sabiendo 100% cómo hacer las cosas, y encima ver un montón de contenido nuevo. Personalmente, a mí no me cansó nada hacerlo de esta manera.


No me cansó, y se debe principalmente al bucle jugable, que es inmejorable. Es cierto que cuesta 2 ó 3 horas hacerse a los sistemas, pero una vez los has asimilado, el juego se puede convertir muy pronto en tu zona de confort. Gestionas la nave, dejas pasar los días, desbloqueas mejoras, salta una misión, y estás a un botón de hacerla, así que la haces. Para cuando la completas, a lo mejor ya estás satisfecho, pero en vez de cerrar el juego vas a gestionar la nave, porque coño, a tu próxima mejora le queda sólo un día, y en cuanto te das cuenta aparece la siguiente misión, y sólo estás a un clic...

El RNG es en parte culpable de que el juego sea tan adictivo. Los combates tienen una cantidad brutal de RNG que manipula algunos de tus tiros para joderte en el último momento la estrategia perfecta que habías montado, y también te da las situaciones más épicas cuando el último soldado disponible salva el día acertando un tiro del 15%, creando picos y valles en tus emociones que te mantienen enganchada como tu ex de tipo veneno. El RNG, por cierto, hace que pase lo mismo todas las veces por más que cargues partida, por lo que, si te pasa una situación ridícula y cargas partida como yo porque los dos somos unos lusers de secano, la única forma de alterar las tiradas es mover a los soldados en un orden diferente, o moverlos a otra casilla. De nada.


Tener trabajo es ya duro de por sí, no tener tiempo para jugar, también, y tener que subrayar tanto los defectos de dos videojuegos que me han flipado, también. Por eso quiero insistir también en los buenos momentos que me ha dado. Jugar a los dos juegos seguidos, que van de lo mismo, jugando dos partidas a cada uno, exprimir las 4 al máximo, con más de 200 horas a la espalda, y sentir que podría haber jugado una quinta partida, es muy bestia. Descargarme mods que mejoran el juego, como este que te dejo aquí, aprovechando que la comunidad es muy activa, es bonito. Y utilizar lo prescindibles que son los soldados a tu favor para crear a tus amigos y personalizarlos para que se vean como ellos, para ver cómo salvas el mundo con tu escuad y con Messi, es más bonito aún.

No sé, trabajar es duro, consume demasiado tiempo y agradezco haber jugado a estos juegos mientras saltaba de uno a otro, porque hoy en día me vicio así con el ritmo de vida que llevo y se me mueren las plantas y el gato. Así que nada, a partir de ahora sólo jugaré títulos pequeños e inofensivos, como uno indie que me han recomendado, el Baldur's Gate 3, a ver qué tal está... ¡Besis duros de fresi!

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