Película: Oppenheimer.
Nolan es un director de ideas, de filosofadas, un pedante, vamos. Cuando narra la vida de Robert Oppenheimer no te está contando realmente su vida, sino que habla sobre la idea del genio terrible y su legado, se saca la chorra haciendo que todos los efectos sean prácticos, te firma una peli masiva que no sé cómo han tardado menos de 8 años y medio en rodarla, y se la pela. Hay 3 secuencias que me parecen sobresalientes. La primera de ellas es la inicial, cuando vemos su juventud, y vemos su forma de entender la física, con los electrones iluminando su habitación y los choques entre partículas impidiéndole dormir. La luz y el sonido, posiblemente, las dos mejores cosas de la película, y con luz no me refiero a que rueden durante el día, sino a la luz que hay en la escena a la hora de grabar. Pero el sonido. Joder, el sonido. Cómo puede llegar a reflejar la tensión del momento y agobiarte de esa mala manera. Nolan te revienta los tímpanos y se la pela. Y sobre sonido, la música. No es